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Fábricas del valle del Derwent

Fábricas del valle del Derwent

East Midlands (Reino Unido)

Agua antes de vapor


La Revolución Industrial es uno de los procesos más influyentes en la historia de la humanidad por los cambios que ha producido a todos los niveles: político, urbanístico, social, etc. Como otros procesos tan influyentes, las cosas no son blancas y negras y no suceden en un único día. La Revolución Industrial se suele dividir en periodos. Aunque el grueso de los cambios sucedió a lo largo del siglo XIX, el primer periodo puso los cimientos de 1760 a 1820. Hablando de fechas tan tempranas nos tenemos que trasladar a Reino Unido, germen de la Revolución. En concreto, tendremos que poner foco en el valle de Derwent, una región de los East Midlands donde se dieron pasos definitivos para la expansión de la fábrica moderna. Más de 800 edificios de aquella época, levantados en busca de la energía hidráulica del Derwent, son el legado de aquella época.

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Vista de East Mill, North Mill y el río Derwent en Belper

El río Derwent no es excesivamente largo: recorre 106 kilómetros a lo largo de un boscoso valle. Lo hace no muy lejos de Manchester, fluyendo hasta encontrarse con el río Trent justo debajo de Derby, la capital del condado. Aparentemente, el río no tiene nada de especial. Sin embargo, sus rápidas corrientes fueron la razón por la cual atrajo a distintos inventores y empresarios. Estos vieron en la fuerza del agua una fuente de energía continua y barata. Antes de la invención de la máquina a vapor de Watt, el curso fluvial fue la energía utilizada por los empresarios. El primero en tener la idea de utilizar el agua del Derwent fue John Lombe en 1719. Con esta propuesta en mente, pero sin la tecnología, viajó a Venecia para copiar un diseño de maquinaria para hilar seda y montó una fábrica en Derby. Al ser la seda un material de lujo, la fábrica de Lombe tampoco podía suponer una explosión de fabricación, pero puso los primeros cimientos.

La figura del valle llegó en los años 60 de ese siglo con Richard Arkwright. Se le considera uno de los padres de la Revolución Industrial, hecho que le valió ser caballero de la Corona británica. Arkwright trasladó la idea de hilar seda al algodón, un material con mucho más mercado que sí podía hacer despegar la zona de Derby. Con la ayuda de empresarios como Strutt montó su primera fábrica en 1771. Aunque inicialmente pensó en utilizar caballos como energía, la corriente continua del Derwent parecía más conveniente. El lugar elegido fue Cromford, un pequeño pueblo al que revolucionó completamente. Con el fin de atraer a trabajadores de la zona, Arkwright construyó poco a poco todo un pueblo con facilidades para los trabajadores. Especialmente para los más pequeños: en aquella época el trabajo infantil era habitual y dos tercios de los más de mil trabajadores que llegó a tener empleados eran niños de edades tan tempranas como los siete años. La sensibilidad social aún tardaría unas décadas en llegar a los empresarios industriales.

Exterior de Cromford Mill

Exterior de Cromford Mill

Arkwright puso la primera piedra de lo que se convirtió en uno de los paisajes industriales con más historia del mundo. Empresarios como Strutt o Evans construyeron fábricas similares a lo largo del valle: Belper, Milford y Darley Abbey son ciudades que han pasado a la historia por este lapso del tiempo. Estos empresarios pagaban a Arkwright royalties por su invento. Esto solo en ocasiones, pues resultaba más barato piratear sus patentes, por poco ético que fuera. El sistema fabril de Arkwright empezó a expandirse: en 1788 había ya 200 fábricas similares en Reino Unido. También empezaron a llegar las primeras a EEUU, a pesar de la prohibición de exportar tecnología que había en la época. El cambio como fuente energética del agua al vapor afectó a la zona. A pesar de la construcción de infraestructuras de transporte como canales de agua y carreteras, la zona de Lancashire era más apropiada por su cercanía a los mercados de materias primas y mayoristas. Paulatinamente, en el primer cuarto del siglo XIX la producción se fue trasladando, dejando todo un legado industrial atrás que afortunadamente ha resistido bien el paso del tiempo.

La fábrica del valle del Derwent se ha convertido en un símbolo de la temprana Revolución Industrial. La protección del patrimonio empezó aquí muy pronto. La Arkwright Society, por ejemplo, se creó en 1971 para conmemorar el segundo centenario de la fábrica y molino de Cromford, la cual adquirió en 1979 para restaurarla y protegerla. Visitar el valle exige una planificación previa por la cantidad de museos en la zona. El centro de visitantes está en Belper North Mill, una de las fábricas de Strutt, que fue reconstruida en 1804 tras un incendio. Uno de los museos más visitados es el Masson Mill, una construcción de Arkwright que contiene la mayor colección de bobinas del mundo. Aunque se puede uno mover perfectamente en tren o coche, también se puede pensar en caminar, aunque sea parcialmente, por el Camino del Patrimonio de Derwent, una ruta de 88 kilómetros que atraviesa el valle.

Foto: Eamon Curry / Amanda Slater

    4 Comments

  1. Como ahora estoy estudiando algunas cosillas en la UNED sobre Patrimonio Industrial, he pasado por aquí, pues en este aspecto de la arqueología industrial hasta hace 20 años solo existía un país, Reino Unido, cuna de la revolución industrial. El patrimonio industrial británico es algo así como el equivalente al renacimiento para los italianos.
    Como sabrás este año pasado aumentaron su patrimonio de forma muy merecida con el magnífico Forth Bridge, en Escocia.

    Saludos

    • Sí, Reino Unido es el país que más aprecia y conserva su patrimonio industrial: suma 9 sitios UNESCO (en breve le toca a Blaenavon en Gales) relacionados con esta era que ellos ven con orgullo y otros países intentan tapar. No obstante, hay otros países como Alemania, Japón o Suecia que también han sabido apreciar este tipo de patrimonio que yo, sinceramente, desconocía en este sentido hasta que empecé este proyecto.

      Qué carrera estás haciendo en la UNED? Acabé una el año pasado y ya hasta la echo de menos un poquito!

      • Geografia e Historia, terminando. Por cierto en españa hay un proyecto absolutamente fantastico en este ambito que es el Museo de la ciencia y de la técnica en cataluña, con sede en tarrasa, pero numerosas subsedes por toda Cataluña.

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