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Fiordos del oeste de Noruega – Geirangerfjord y Nærøyfjord

Fiordos del oeste de Noruega – Geirangerfjord y Nærøyfjord

Møre og Romsdal y Sogn og Fjordane (Noruega)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 18 06, 2018
  • Category:

Recuerdos de la Edad de Hielo


La palabra fiordo evoca inmediatamente a Noruega. Etimológicamente proviene de su lengua y probablemente de fjoðr, vocablo del nórdico antiguo que designaba áreas lacustres o marinas adecuadas para navegar. Geográficamente, un fiordo es simplemente un brazo de mar largo y estrecho flanqueado por acantilados. Su origen geológico no es el mismo que el de una ría y tiene que ver con la excepcional acción erosiva de glaciares del pasado. Debido a este origen, los fiordos como tal se sitúan en latitudes extremas, pese a que a algunos accidentes similares como la bahía de Kotor en Montenegro se les llame así. El proceso de formación de un fiordo comienza al fundirse el glaciar, hecho que conlleva la recuperación de la corteza. El resultado final se ve y no se ve: a simple vista se forman brazos de hasta cientos de kilómetros y acantilados de más de mil metros. Por debajo del agua, los fiordos alcanzan hasta 1.500 metros de profundidad. Esta profundidad no es uniforme y la boca del fiordo no llega a los 200 metros, lo que genera fuertes mareas. Toda la costa oeste de Noruega es sinónimo de fiordos: Geirangerfjord y Nærøyfjord son dos de los más representativos.

Vista de Nærøyfjord

Los fiordos noruegos se suelen dividir en brazos. Es el caso de Storfjorden, el gran fiordo. En sus 110 kilómetros aparecen brazos que le superan en fama, como es el caso de Geirangerfjord, uno de los dos más interiores que tiene. Geirangerfjord suma quince kilómetros hasta llegar a la pequeña localidad homónima. Los acantilados de cientos de metros son imponentes y apenas se puede hablar de orillas en la base de los mismos. La zona de Geirangerfjord es muy húmeda y en ella desembocan muchos ríos. Algunos lo hacen tranquilamente en el valle y otros se encuentran con el precipicio formando espectaculares cascadas de hasta 250 metros como la de Siete Hermanas, el Pretendiente o el Velo Nupcial. La zona de Geirangerfjord tuvo en su momento granjas agrícolas y ganaderas en la parte alta. Tres fueron especialmente importantes hasta comienzos del XX: Skageflå, Knivsflå y Blomberg. Otra más, Åkerneset, se sitúa un frágil terreno que en algún momento colapsará, anegando así el fiordo y provocando un tsunami.

Al sur quedan las montañas Jostedal, que albergan el mayor glaciar de la Europa continental. La cara sur de estas montañas recibe menos humedad y su carácter es más preglacial, con picos suaves y redondeados en contraposición al aspecto alpino de Geirangerfjord. Aquí empiezan a aparecer los brazos del Sognefjord. Es muy conocido por ser el más largo del país con 205 kilómetros. Uno de sus brazos es el Nærøyfjord. Su característica principal es la estrechez: si el fiordo tiene de ancho normalmente cuatro kilómetros y medio, en este brazo los acantilados llegan a estar separados solo 250 metros. En estos 18 kilómetros se combinan paisajes dramáticos y un estado virginal que le han hecho el fiordo prototípico. En sus orillas hay localidades como Bakka, una de las parroquias más pequeñas del país. En el siglo XIX construyeron una iglesia de madera para ahorrar a sus habitantes coger un barco cada vez que iban a misa.

Una cascada de Geirangerfjord

La flora de los fiordos es bastante diversa a pesar de la latitud, que deja la superficie nevada la mitad del año, y la escasa riqueza del sustrato de los fiordos. El factor que más afecta a la biodiversidad es la altitud, que varía enormemente desde la orilla del fiordo hasta lo alto de los acantilados: abajo hay árboles de hoja caduca y en las alturas abundan las coníferas. La fauna aquí es la típica de Noruega, con varias especies de ciervos, zorros árticos, nutrias y mucha vida en el agua: salmones, marsopas, delfines, ballenas y focas. La trashumancia del pasado en los fiordos añade un factor cultural no reñido con los valores naturales.

Hay dos maneras de visitar los fiordos: mediante un crucero o por tierra. Lo primero limita las opciones, pero aprovecha los canales naturales de la zona. Los coches no lo tienen fácil aquí: entre Geirangerfjord y Nærøyfjord hay 120 kilómetros en línea recta que se convierten en 300 por carretera, unas seis horas. Geirangerfjord es uno de los fiordos más turísticos y queda cerca del aeropuerto de Alesund. Un ferri hace el trayecto entre los pueblos de Geirangerfjord y Hellesylt, siendo la manera más práctica de visitarlo. Se pueden hacer rutas en kayak combinadas con escalada a las granjas, descenso en mountain bike o, con más tranquilidad, un trekking que nos lleva desde Geirangerfjord a la granja de Skageflå. Gudvangen es la localidad de referencia para Nærøyfjord, no lejos del aeropuerto de Bergen. El ferri ideal aquí es el que va de Gudvangen a Flåm. El pueblo de Bakka es hoy fácil de visitar, pues hay un túnel y conexión con autobús. De junio a septiembre es la temporada de los fiordos, cuando no hay nieve.

Fotos: Visit Sognefjorddconvertini

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