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Fortaleza de Suomenlinna

Fortaleza de Suomenlinna

Helsinki (Finlandia)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 30 03, 2019
  • Category:

Entre Suecia y Rusia


Si uno observa en un mapa la posición relativa de Helsinki con otras grandes ciudades cercanas podrá apreciar dos cosas: una equidistancia con Estocolmo y San Petersburgo, a ambos lados, y la cercanía de Tallin, a menos de cien kilómetros por el golfo de Finlandia. Estas tres ciudades son las que marcaron la historia de la capital finesa, un joven país independizado en 1917. Fundada por los suecos para combatir el liderazgo comercial de Tallin, Helsinki fue posteriormente capturada por los rusos. Se cierra así el triángulo en el que el fuerte de Suomenlinna tuvo un papel central. Levantado entre suecos y rusos según época, su objetivo inicial fue proteger a los primeros del expansionismo de los segundos. No tuvo éxito en la misión: en 1808, uno de los puntos de inflexión de la guerra entre ambos países fue la toma del fuerte. A pesar de ello, Suomenlinna representa toda una época de construcción militar escandinava. Como ocurre en buena parte del litoral finés, el fuerte se tuvo que adaptar a una compleja geografía de islas, entrantes y cabos.

Vista del bastión Zander en Suomenlinna

Helsinki fue fundada como Helsingfors por el rey Gustavo I de Suecia en 1550. La idea era plantear un rival comercial a la entonces danesa Tallin, que dominaba el comercio regional desde que formara parte de la liga hanseática. La suerte quiso que Estonia fuera conquistada por los suecos poco después, por lo que el sentido inicial se perdió y Helsinki se tuvo que conformar con ser una modesta villa. La fundación de San Petersburgo cambió la situación: los suecos empezaron a temer lo que vendría y arrancaron la construcción de Suomenlinna. Con todo, fueron precisamente los rusos los que auparon a Helsinki: una vez creado el Gran Ducado de Finlandie movieron la capital de Turku a Helsinki. Buscaban alejarse de la cercana Suecia. Un gran incendio posterior en Turku forzó la mudanza de la universidad y la supremacía de Helsinki fue definitiva. Hasta 1899 todo fue bien, pero la política de aculturación rusa se endureció y los nacionalistas fineses se soliviantaron. Esto derivó en la independencia de 1917, ratificada en la II Guerra Mundial no sin luchas.

Suomenlinna nació como Sveaborg, nombre que tuvo hasta en 1918. Las obras se iniciaron en 1748, poco después de que Suecia perdiera los primeros territorios a manos rusas. Siguiendo los preceptos europeos de construcción militar de la época, el mariscal de campo y conde Augustin Ehrensvärd inició las obras con un doble reto: adaptar estos preceptos al terreno irregular formado por varias islas y habilitar una base naval para la flota sueca. La construcción se aceleró por las beligerancias rusas: utilizando a los propios militares como obreros, hacia 1757 se habían acabado varios bastiones. Las obras continuaron a otro ritmo y fueron interrumpidas por otra guerra con Rusia en 1788. En ella, los rusos se percataron de la relevancia de Suomenlinna y en 1808 fueron directos. Tras conquistar Helsinki, sitiaron el fuerte y lo sometieron a base de bombardeos. Carl Olof Cronstedt, sin apoyo ni refuerzos, se rindió. Bajo dominio ruso, Suomenlinna fue rematado y tuvo que ser restaurado tras los daños sufridos en la vertiente báltica de la Guerra de Crimea.

Puerta del Rey en Suomenlinna

Suomenlinna ocupa casi un kilómetro cuadrado repartido en seis islotes rocosos unidos en varios puntos por bancos de arena o puentes. El diseño de partida es la traza italiana estrellada adaptada al contexto marítimo y terreno. En total hay seis kilómetros de murallas, bastiones como el de Zander y puertas como la del Rey, inaugurada en la primera visita real. Ehrensvärd intentó utilizar roca local y adaptarse al terreno para que el fuerte pasara lo más inadvertido posible. Las reformas del siglo XIX adaptaron luego el fuerte a las necesidades de la nueva guerra. Aunque Suomenlinna ya no tiene presencia militar, está muy vivo. Entre los 200 edificios del fuerte viven cerca de mil personas. Los edificios históricos principales son el dique seco, la iglesia ortodoxa y los barracones Jetty.

Unos quince minutos en ferri desde la plaza del mercado de Helsinki bastan para llegar al fuerte. Está disponible todo el año, incluso con el mar helado. Suomenlinna es un lugar de picnic habitual entre los habitantes de Helsinki y en verano puede estar concurrido. Se ha convertido en un centro cultural de la capital con estudios, centros de arte, escuelas de arte, etc. Cuenta también con museos y un submarino histórico, el Vesikko. Una visita rápida es posible si seguimos las indicaciones azules, que cubren una ruta de kilómetro y medio. También hay visitas guiadas. El fuerte es la estrella de Helsinki, una ciudad moderna reconstruida por los rusos a imagen y semejanza de San Petersburgo. Es la puerta de entrada al país por aire, tren y mar. Además del centro merece la pena el museo al aire libre de Seurasaari, sobre otra isla.

Fotos: kallernaMussels

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