Río intermitente
La región de Carso se sitúa en el suroeste de Eslovenia y una pequeña parte de Italia. Se trata de una meseta que se alza verticalmente 300 metros desde el Adriático. Muy explotada por los venecianos por su madera y los ganaderos eslovenos, hoy sus bosques solo cubren un tercio de la superficie. Se ha convertido en un paisaje cultural con apenas 20.000 habitantes y muchos turistas. Vienen aquí especialmente por lo que hay bajo tierra. Desde que Johann Weikhard von Valvasor estudiara aquí en el siglo XVII la geología local, las cuevas atrajeron a científicos. Jovan Cvijić dio a finales del XIX una explicación lógica al extraño fenómeno del río Reka, que de repente desaparece bajo tierra. El secreto está en la disolución de la roca, que forma cuevas. Este tipo de formaciones se universalizaron bajo la denominación de terreno kárstico. El Reka fluye más de la mitad de su recorrido a través de la gruta de Škocjan.
En Carso, la probabilidad de que se formen socavones es la más alta del mundo. Llevado al extremo se forman las dolinas, hundimientos de cuevas cuando la estructura no puede soportar las grietas producidas por las infiltraciones del agua. Dos atraviesa el río Reka en su curso. Unos kilómetros antes empieza a cerrarse en un cañón exterior hasta que finalmente desaparece. Reaparece en las dos dolinas, separadas por un puente natural, y vuelve a sumergirse 160 metros por debajo de la superficie. Solo vuelve a emerger para unirse a otros ríos similares y formar el Timavo, en Italia. La mayor parte de los 34 kilómetros subterráneos son tan angostos que no se han explorado. La parte más accesible comprende solo los cinco primeros alrededor de la localidad de Škocjan. Aquí, tras varias cascadas y cámaras, el Reka llega a Ledeni dihnik, donde desaparece definitivamente. La sección desconocida es tan estrecha que, cuando hay lluvias, las cámaras conocidas pueden inundarse hasta cien metros de altura.
Estos fenómenos tienen apenas dos millones de años. Antes, el Reka era un río totalmente exterior, pero el proceso de karstificación lo hundió. Alrededor del curso actual hay cuevas conectadas con este que no son sino brazos antiguos del río subterráneo. Como regla, cuanto más arriba estemos, más tiempo hace que el Reka erosionó esa parte. Tras pasar la cámara Svetlanov, el Reka gira hacia el noroeste afrontando la parte más profunda y joven: el canal Hanke. Justo al final se alcanza la altura más alta en la cámara Martel, más de 140 metros. Aunque no sea muy ancha, le vale para ser la cámara subterránea más amplia de Europa. En Škocjan hay formaciones geológicas impresionantes, especialmente en las terrazas de carbonato de calcio precipitado, aunque el mayor espeleotema es la estalagmita del Gigante. También hay vida en Škocjan: cinco especies de murciélagos y la presencia de un anfibio denominado proteo, adaptado a la vida subterránea. Es endémico de la región que llega hasta Bosnia.
Mucho antes de ser estudiadas, Škocjan había llamado la atención por su particular geografía. La zona que rodea las dolinas ha estado habitada milenios. Se cree que fue lugar de culto temprano, peregrinación incluida, por los restos de cueva Tominčeva y la necrópolis en Brežec. Son de los sitios arqueológicos más relevantes del país, incluida su inscripción más antigua. Conocidas por los griegos, parece que fueron los romanos los que fundaron el pueblo de Škocjan. En los primeros atlas de la Edad Moderna, las cuevas suelen aparecer, pero poco se sabe de ellas más allá de lo visible. La exploración sistemática arranca en 1884. Seis años después se llega al lago muerto, un pequeño brazo justo antes de Ledeni dihnik, y en los años siguientes se descubren brazos secos. Hace poco, un grupo de buzos se aventuró más allá de Ledeni dihnik y llegaron a nuevas cámaras no inundadas.
El turismo en Škocjan empezó en el siglo XIX y sigue gozando de buena salud, con unos 100.000 visitantes anuales. Aunque Škocjan esté encima de la gruta, la localidad de referencia es la cercana Divača, con estación de tren y servicios. Es fácil llegar desde la capital Liubliana y la cercana Trieste, en Italia. Desde Divača hasta las cuevas hay autobuses y bicis. Lo primero es ir al centro de visitantes, donde podemos reservar tours y ver el pequeño museo. Hay recorridos exteriores en la zona de las dolinas, que se ven perfectamente desde el mirador Miklov skedenj. Subterráneamente hay recorridos guiados y sin guiar. Los primeros son más completos y conviene llevar ropa de abrigo. Pasan sobre el puente Cerkvenik, que cruza el Reka subterráneo en un punto espectacular. Hay también otros recorridos más centrados en los aspectos históricos y etnológicos de Carso.
Fotos: Andrey / yeung ming
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