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Jardines y castillo de Kroměříž

Jardines y castillo de Kroměříž

Zlín (República Checa)

Barroco coqueto


El jardín barroco por antonomasia se desarrolló en Francia en el siglo XVII con André Le Nôtre, responsable entre otros de los jardines de Versalles. Fueron el final de un camino iniciado en el Renacimiento italiano con varios puntos comunes: uso de parterres, simetría, fuentes, escaleras monumentales y programas escultóricos. De fondo latían las ideas de la nueva era de armonía y orden que inspiraban los clásicos. Le Nôtre llevó al extremo su idea de ordenar la naturaleza de forma racional. Este tipo de jardines se popularizaron enormemente por Europa desde entonces. Casi todos los grandes palacios barrocos tienen su jardín asociado con estas ideas. Algunos son tan fastuosos como la propia realeza, como ocurre en el palacio Schönbrunn de Viena. Otros en manos de nobleza o clero fueron más sencillos, pero igual de armoniosos. El obispo de Olomouc se sumó a la moda y pidió uno para su palacio de Kroměříž. Con el tiempo se ha convertido en uno de los jardines barrocos de tamaño reducido mejor conservados que existen.

Rotonda en el centro del jardín barroco de Kroměříž

Este territorio en la región de Moravia, a orillas del río Morava, fue adjudicado al obispado de Olomouc. Uno de ellos fundó la ciudad en 1260 sobre la base de una aldea. La eligió como sede por estar justo en el centro de sus vastos territorios. Levantó una fortificación gótica que fue modificada en 1497 por el obispo Thurzo. Este fue el primero en virar hacia el Renacimiento y abrir un jardín con elementos novedosos. Admirado en la época, palacio y jardín fueron muy dañados por los suecos en las Guerra de los Treinta Años. Era 1643 y Kroměříž tendría que reinventarse, aunque antes tuvo que esperar a que pasara la peste negra. Fue con el nombramiento en 1664 de Karel Liechtenstein-Castelcorn cuando Kroměříž renació. La ciudad volvió a ser elegida como sede del obispado y acometió una renovación para darle un aire aristocrático. Es cuando entra en escena la figura de Filiberto Lucchese. Este austríaco de origen italiano reconstruyó el castillo en lo posible e inició las obras del jardín barroco.

Lucchese murió antes de acabar su trabajo, que pasó a Giovanni Pietro Tencalla. Las obras del jardín de recreo o Lustgarten acabaron en 1675. Está separado del actual palacio y tiene un tamaño de unas diez hectáreas. Su estilo es tan francés como italiano. La entrada es a través de una larga arcada de 244 metros que cubren el ancho del jardín y está repleta de estatuas. Desde aquí se abre una primera zona centrada en el edificio octogonal de la rotonda, coronada por una cúpula y decorada en el interior con estatuas mitológicas. Alrededor de la rotonda se extienden parterres simétricos con composiciones florales de elaborados diseños y laberintos de setos, otro de los elementos típicos de los jardines barrocos. Esta primera parte da paso a una otra también simétrica en la que destacan dos montículos coronados por un árbol y dos estanques. En el lado este del jardín hay otros dos elementos: una pequeña pajarera en el centro de un estanque y el enorme y deslumbrante invernadero. Una vez que Tencalla acabó con el jardín, le tocó al palacio.

Palacio barroco de Kroměříž

Este es una descomunal obra de estilo barroco piamontés, aunque Tencalla respetó la base gótica, muy visible en la torre más alta. La planta del palacio es trapezoidal con cuatro alas niveladas que rodean un patio central. Sus tres pisos tienen una decoración consistente en las cuatro alas. El primer piso tiene salas más funcionales y los otros tienen habitaciones. El obispo se encargó de adquirir obras de dos mercaderes de Colonia para engalanar el interior. También es reseñable el archivo musical. La relación del palacio con la música se ha mantenido y fue escenario de los biopics de Mozart y Beethoven. El palacio fue restaurado tras un incendio en 1758 por el obispo Leopold, que aprovechó para incluir decoraciones de Maulbertsch y Stern. En 1777, el obispado ascendió a arzobispado y se celebró con la creación de un nuevo jardín al lado del palacio. Acorde con la época, es la antítesis del barroco por su estilo natural inglés.

Kroměříž es fácilmente accesible en tren tanto desde su ciudad de referencia histórica, Olomouc, como desde Brno, segunda ciudad checa. Estado a poco más de una hora es ideal como excursión de un día. El palacio está en la zona norte de la pequeña ciudad. Sus visitas son obligatoriamente guiadas y si la queremos en inglés hay que preguntar con tiempo. Es interesante subir a la torre gótica para disfrutar de las vistas de la ciudad con las montañas Chriby de fondo. El jardín inglés y el barroco se pueden visitar por libre. No obstante, para entrar en la rotonda necesitaremos guía y para el jardín entero hay visitas opcionales. La mejor época para venir es en mayo, cuando más lucen los jardines.

Fotos: Michael Kůr / Herbert Frank

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