Maestría carpintera
El origen de la palabra rusa pogost se asemeja al de caravasar: hospederías para viajeros en zonas remotas y despobladas. Estos pogost se fueron transformando en pequeños núcleos rurales que, al llegar la cristiandad, levantaron iglesias. El tiempo dejó en desuso la función original de los pogost, que hoy se traduce más como parroquia rural. Una zona que representa este ambiente es la república de Carelia, una región en el norte ruso que se asemeja geográficamente a Finlandia, con la que comparte 700 kilómetros de frontera. Es decir, es una zona totalmente plana plagada de bosques y lagos, unos 60.000 del lado ruso. Onega es el segundo de extensión no solo en Carelia, sino de Europa. Más de cincuenta ríos vierten sus aguas y mayor es el número de islas, unas 1.650. Una de ellas, Kizhi, destaca por el número de edificios de madera que conserva, casi cien construidos desde el siglo XV. Los más espectaculares están en el pogost que lleva el nombre de la isla. Dos iglesias del siglo XVIII son icono nacional por su arquitectura de madera y cúpulas en cebolla.
Kizhi es una isla pequeña y alargada, de seis kilómetros de largo y uno de ancho, frente a una península del Onega. Este lago alcanza tan poca profundidad aquí que se empantana. Como muchos pogost, Kizhi tomó forma en el siglo XIV como paso entre Novgorod y el mar Blanco. La suerte quiso que además se encontrara mena de hierro en la región, lo que la convirtió en minera con la llegada de la industrialización del siglo XVIII. Llegaron muchos obreros tratados como esclavos que empezaron a rebelarse. Fueron duramente reprimidos precisamente en Kizhi Pogost en 1771. No obstante, la isla en sí siempre estuvo más centrada en la agricultura y pequeña artesanía. Así fue hasta 1951, cuando Kizhi Pogost se convirtió en un museo al aire libre. Además de sus edificios originales se trajeron otros para su protección y exposición, como la iglesia de madera del monasterio Murom. Con el tiempo se abrieron además instituciones de investigación.
A finales del siglo XVII, un rayo causó un catastrófico incendio en Kizhi Pogost que se llevó por delante todos los edificios de la isla. La desgracia fue renovadora, pues sus habitantes levantaron todo sobre las cenizas. La primera, un año después del incendio, fue la iglesia de la Intercesión de 1694. El edificio actual, no obstante, es producto de varios rediseños y reformas durante el siglo XVIII. El resultado está caracterizado por una gran cúpula central que alcanza 27 metros y se rodea de ocho cúpulas más, todas en forma de cebolla. Un porche da acceso al interior, levemente decorado. Según la tradición arquitectónica en madera, que hunde sus raíces en la Novgorod medieval, no tiene un solo clavo salvo en las cúpulas, pese a lo cual ha aguantado más de 250 años en un duro clima. A su lado está el campanario que comparte con la iglesia de la Transfiguración. Fue levantado y reformado en el siglo XIX. Su base es cuadrada, pero según ascendemos toma forma octogonal en la zvonnitsa, típico campanario ruso.
La estrella de Kizhi Pogost es la espectacular iglesia de la Transfiguración, uno de los cúlmenes mundiales de la arquitectura en madera. De 1713, es la versión aumentada de la Intercesión con 37 metros de altura y 22 cúpulas en cebolla que caen en cascada. Concebida por el maestro Néstor, demuestra hasta donde se puede llegar esta suerte de arquitectura artesana. Hay que ser muy ducho con el hacha para enganchar tablones con perfil cola de pato sin clavos. El pino domina la estructura, sostenida sobre piedra, mientras que la pícea se usa en los tejados planos y el álamo en las cúpulas. En el amplio interior con base octogonal destaca el iconostasio. Tiene cuatro niveles y 102 iconos, algunos de los siglos XVII y XVIII. Todo Kizhi Pogost está protegido por 300 metros de valla de piedra techada con varios accesos y una torre defensiva.
Viajar a Kizhi Pogost depende de la estación. Salvo en verano es muy complicado y lo habitual es usar motonieve. De junio a agosto hay una hidroala que parte de Petrozavodsk. La capital de Carelia está unas nueve horas al este de San Petersburgo, pero tiene un pequeño aeropuerto. Hay que pagar por entrar a la isla museo, donde además de los tres monumentos del pogost podremos pasear para descubrir otros edificios de madera, ver trabajar a los artesanos, escuchar el tañer de las campanas o, algunos días, asistir a un espectáculo folclórico. Hay disponibles audioguías en varios idiomas y la artesanía se puede comprar en varias tiendas. Por su material no es raro que las iglesias de Kizhi Pogost estén renovándose, así que es mejor informarse.
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