Lago Baikal

Lago de records

Como muchos fenómenos geográficos, un lago es un concepto consensuado definido por su tamaño e hidrología. Si tomamos la medida estándar mínima de una hectárea, en el planeta hay millones de lagos de agua dulce, aunque solo 122 superan los mil kilómetros cuadrados. Independientemente de su origen, todos comparten su carácter efímero a escala geológica. El nivel de los lagos es muy sensible a la sedimentación y otros cambios que pueden llevar a su progresivo vaciamiento o conversión en humedal. La inmensa mayoría cuentan con menos de cinco millones de años, siendo el más veterano el Baikal con sus 25 millones. No solo destaca por esto, sino que es el más profundo del planeta con la excepcional cifra de 1.642 metros, lo que sumado a su extensión lo convierten también en el más voluminoso si restringimos a los lagos dulces. Antigüedad y volumen son las claves para uno de los ecosistemas lacustres más excepcionales que existen. Un 80% de sus especies son endémicas, lo que históricamente ha hecho de Baikal un laboratorio evolutivo.

Vista del lago Baikal empezando a helarse

Como tantos lagos, el Baikal es alimentado por varias fuentes de agua, aquí más de 300, mientras que desagua por una sola. Es el río Angara, afluente del Yenisei. El principal secreto de Baikal es que es un lago rift, esto es, está localizado justo donde dos placas se están separando generando un profundo y alargado valle. Comparte así muchas similitudes con el lago Tanganika, parte de los grandes lagos africanos, incluyendo una inusual forma alargada de 626 kilómetros por solo 79 de ancho. Tamaño y profundidad colaboran en que Baikal contenga un quinto del agua dulce líquida del planeta. 25 millones de años dan para mucho y son siete kilómetros de sedimentos los que ya se acumulan, lo que convierten a este rift en el más profundo. En el fondo, dos cadenas montañosas dividen en lago, mientras que en la superficie, el valle continúa con pronunciadas orillas. Especialmente en el norte, donde se juntan las cordilleras Baikal y Barguzin. También sobresalen la isla Oljón, de 72 kilómetros, y la península Svyatoy Nos, que alcanza 1.877 metros.

Baikal está en una zona extremadamente fría de Siberia, tanto que se hiela completamente unos cuatro meses al año. Se inicia entonces el ciclo de temperaturas de un agua excepcionalmente limpia por su proporción de oxígeno. El hielo es parte fundamental del ecosistema de Baikal, que cuenta con mil especies de flora acuática y algas y 2.500 de animales. Muchos son invertebrados, entre los que el endemismo es muy alto. Hablamos de zooplancton, gusanos, caracoles, sanguijuelas, esponjas y los muy numerosos anfípodos que presentan gigantismo por el abundante oxígeno. Peces hay unas 65 especies, más de la mitad endémicas. Algunos de ellos, los cótidos, son los peces de agua dulce capaces de vivir a mayor profundidad. El pescado es la principal fuente de alimento de las numerosas focas de Baikal, única foca totalmente de agua dulce. En el bosque boreal que rodea el lago veremos osos, zorros, lobos, alces, ciervos y varios mustélidos.

Rocas Shaman en la isla Oljón del lago Baikal

Un pez, el ómul, es una de las principales fuentes de explotación de la perla de Siberia. De larga historia de ocupación humana, dos son las etnias oriundas de Baikal: buriatos y yakutos. Ambos son producto de la mezcla étnica de los kurykanos, que ascendieron el Yenisei en el siglo VI, y los mongoles. Los rusos descubrieron el lago en 1643 de la mano de Kurbat Ivanov, convirtiéndolo en parte fundamental de su expansión al este. Se demostró con la construcción del ferrocarril transiberiano a finales del XIX, cuyo trazado en la costa sur fue una proeza. Por entonces se empezaron a estudiar las particularidades del lago, cuya profundidad máxima fue alcanzada por Anatoly Sagalevich en 1990. Económicamente, muchas localidades están a sus orillas, como lo estuvo la fábrica de papel Baykalsk. Son las principales fuentes de polución, aunque su enorme masa de agua ha mantenido su alta calidad del agua.

Otro factor estresante está empezando a ser el turismo, que crece con fuerza. La puerta de entrada es el aeropuerto de Irkutsk, donde podemos continuar de varias maneras. La más escénica es el transiberiano, que nos puede llevar a Ulan-Ude, base para la costa este. En la oeste, más turística, está Listvyanka, a la que es mejor llegar en autobús. En esta zona es fácil encontrar en verano un pequeño crucero de unos tres días. Según vayamos al norte entramos en la pura aventura: la carretera de hielo para cruzar a la isla Oljón, pequeños pueblos de buriatos y yakutos y espectaculares rutas de trekking como Frolikha, de cien kilómetros bordeando la costa este. En el norte, la localidad más accesible es Severobaikalsk, parte de la línea Baikal-Amur. No hay que irse de Baikal sin probar el ómul ahumado ni su agua, potable por su pureza.

Fotos: Sergey Pesterev / amanderson2