Navigation Menu
Medina de Túnez

Medina de Túnez

Túnez (Túnez)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 15 05, 2019
  • Category:

Secundaria con protagonismo


En 1229, Abu Zakariya era el gobernador de la región de Túnez, dependiente de los almohades marroquíes. Su fidelidad no estaba en duda, pero cuando el almohade al-Ma’mun empezó a comportarse erráticamente y cambiar de credo, las cosas cambiaron. Abu Zakariya declaró la independencia, pero no solo eso: gracias a su habilidad en el campo de batalla y a su poder de convicción entre las tribus bereberes, expandió sus dominios. Fundó la dinastía hafsí, que durante siglos controló el territorio de la actual Túnez, más partes de Argelia y Libia. Tras una era de pirateo en el Mediterráneo, en el siglo XV Utman potenció el comercio al establecerse como nexo entre las caravanas del desierto y Europa. Cuando mejor pintaban las cosas, los hafsíes se vieron metidos en medio de las disputas entre España y los otomanos. En 1574, estos últimos vencieron y ejecutaron al último hafsí por su alianza con España. Pusieron bajo su control la capital Túnez, una vieja ciudad acostumbrada durante siglos a vivir en un segundo plano, pero que con los hafsíes fue una de las cabezas del Islam.

Vista de la medina de Túnez con el minarete de Al-Zaytuna

Tan antigua o más que la capital púnica por excelencia, Cartago, Túnez fue fundada por tribus bereberes. Fue un suburbio aventajado de Cartago, un puesto militar desde cuya colina observaba la entrada y salida de barcos. No obstante, siempre tuvo cierto carácter indómito, pero sirvió de poco frente a los romanos. Estos pasaron el rodillo al final de la Tercera Guerra Púnica de la misma forma que con Cartago. Fue reconstruida antes que la antigua capital, pues en principio Cartago iba a ser abandonada. Cuando los planes cambiaron, Túnez volvió a su cómodo segundo plano. Al llegar los árabes de la mano de Hassan Ibn Numan a finales del siglo VII, la situación cambió. La eligieron como centro administrativo y todo cambió paulatinamente. Además del impulso comercial, su puerto se convirtió base militar regional. Es en el siglo VIII cuando se levanta la actual medina. Con todo, Túnez sigue estado detrás de Kairuán, primera capital árabe.

Tras el fin de los omeyas, quedó dentro en Ifriqiya y empezó a sufrir cambios de dinastías. Conllevaron muchas insurgencias locales por las disputas entre chiíes y suníes. Fue ganando autonomía hasta que llegaron las dos dinastías que la encumbraron. Con los almohades, Túnez alcanzó la supremacía regional frente a Kairuán. Con los hafsíes fue la indisputada capital del estado. Abu Zakariya apuntaló la medina con dos barrios nuevos y murallas para protegerla de los previsibles ataques. Estos no llegaron del Magreb, sino de estados europeos. Algunos como España también la proveyeron involuntariamente de riquezas al expulsar a sus poblaciones judía y musulmana. Bajo los otomanos, Túnez volvió al segundo plano y retornó a sus viejas prácticas de pirateo que le reportaron tesoros y riquezas. Bajo los husainidas, vasallos de los otomanos, se volvió a apostar por el comercio y empezó a modernizarse. El verdadero cambio, eso sí, llegó con el protectorado francés. Túnez no ha dejado nunca su lado rebelde, como demuestra su liderazgo en la reciente Primavera Árabe.

Mezquita Al-Zaytuna de Túnez, con columnas de Cartago

Túnez está sobre una serie de colinas entre los lagos Túnez y Séjoumi. Las murallas se retiraron con los franceses, pero sobrevivieron puertas como Bab Bahr. Al este de la medina también construyeron un moderno barrio vertebrado por la amplia avenida Habib Bourguiba. En la medina sobreviven 700 edificios históricos gracias a la ausencia de grandes catástrofes y guerras. Hay madrazas, mezquitas, fuentes, palacios y mausoleos de las eras almohade y hafsí, e incluso anteriores. Las mansiones como la de Dar Othman son más recientes, del XVI como pronto. Se distribuyen en un complejo sistema de barrios de histórica rivalidad, estratificados según ocupación profesional liberal u obrera. Los dos ejes principales se unen en la mezquita de las olivas o Al-Zaytuna. Es la más antigua de la ciudad e incorpora 160 columnas de Cartago. Es del siglo VIII, menos su minarete del XIX. La universidad asociada es una de las más antiguas y relevantes del mundo islámico. A su alrededor se distribuyen los zocos de la ciudad.

Túnez cuenta con más de un millón de habitantes y el principal aeropuerto del país. En la medina es factible orientarse, así que es mejor evitar los guías, muchos falsos. Veremos multitud de edificios históricos y podremos regatear en la infinidad de zocos. El acceso a Al-Zaytuna está vetado a no musulmanes, pero hay habilitada una terraza de pago para ver el patio. En Túnez hay museos espectaculares como el Bardo, con mucho arte romano y musulmán. Desde la capital hay excursiones fáciles de un día a Cartago, Sidi Bou Said y las playas de La Marsa. La comida del país es más picante que la media magrebí por el uso de la harissa, una mezcla de especias. Es ingrediente clave junto al tomate, aceite de oliva, huevos y cuscús.

Fotos: Marcus / Andrew Moore

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.