Ciudad monasterio
La vida monástica cristiana nació en Egipto y se expandió con el paso de los siglos por Europa. Los distintos monasterios y órdenes crearon auténticos microcosmos que en más de una ocasión evolucionaron como ciudades. Cada monasterio era autosuficiente, además de comerciar y aportar a la comunidad a través de la educación y la sanidad. En la Edad Media fueron un reducto de conocimiento, aunqmaulbrue luego la Reforma los sancionara como rémora de vida ociosa. Algo así le pasó a Maulbronn, que no obstante es uno de los más completos y mejor preservados del universo luterano gracias a su oportuna transformación en seminario. Maulbronn fue una pequeña ciudad amurallada que se adscribió a la orden cisterciense desde su fundación en el siglo XII. Construido cuando el románico predominaba, en Maulbronn aparecen aun así las primeras señas de identidad del cambio estilístico que continuaría en Europa: el gótico. La capacidad de los monasterios de expandir conocimiento tiene aquí un ejemplo: desde Maulbronn, el gótico se expandió por los monasterios de Alemania y de ahí a las ciudades.
La orden del Císter se extendió como la pólvora en la primera mitad del siglo XII gracias a su principal valedor, Bernardo de Claraval. Aunque había llegado a territorios germánicos, Maulbronn se inauguró también durante la primera ola de aperturas, en 1147. Fue gracias a la llegada de doce monjes del monasterio alsaciano de Neubourg. Se les asignó un territorio en el valle de Salzach. El obispo Arnold consagró la iglesia principal en 1178 y el resto de esta ciudad-monasterio tomó forma en los siglos XIII y XIV: primero los edificios más funcionales y finalmente el claustro y las fortificaciones. Todo fue bien hasta la Reforma, que en Alemania actuó con dureza. El duque Ulrich atacó el monasterio y este pasó por su peor momento: abandono, saqueos impunes y finalmente secularización. Fue devuelto puntualmente tras los esfuerzos del emperador Carlos V para devolver al catolicismo el territorio. Pero fue en vano: en 1556, el siguiente duque de Wurtemberg transformó el monasterio en un seminario protestante. Aún hubo otro par de regresos del Císter en la década de 1630, durante las guerras de religión, pero la paz de Westfalia convirtió al Císter en pasado.
Esta conversión, no obstante, permitió que Maulbronn conservara su arquitectura durante estos siglos. Además, su historia como seminario no fue para nada inane: Johannes Kepler y, siglos después, Herman Hesse estudiaron aquí. En 1651, Maulbronn volvió a ser monasterio, aunque esta vez protestante. Esto no le libró de problemas: estar cerca de la conflictiva frontera con Francia tuvo consecuencias. El sanguinario conde Ezéchiel du Mas arrasó la región y el monasterio no se libró. En la Mediatización alemana de comienzos del XIX, una especie de desamortización, Maulbronn fue definitivamente secularizado por el rey de Wurtemberg Friedrich I. Se reconvirtió en seminario teológico interno en manos del estado. Durante dos siglos se asoció al monasterio de Bebenhausen, con quien sigue compartiendo ideario, aunque sus itinerarios educativos ya no se crucen.
Maulbronn no deja de ser uno de los cientos de monasterios cistercienses repartidos por Europa, pero su estado de conservación lo hace especial. La conversión de los primeros edificios de madera a piedra previno de males mayores en incendios, guerras y saqueos. Está en las afueras de la ciudad homónima, claramente separado por su muralla de 850 metros de longitud. Alrededor de complejo principal hay edificios auxiliares en piedra, entramado de madera e incluso muestras renacentistas. Mientras, el complejo apenas ha variado lo suficiente para transformar en aulas el refectorio y otras estancias. La iglesia principal se diseñó bajo los preceptos románicos del Císter. El detalle de evolución al gótico llegó en la bóveda: la inicial de madera fue rehecha en piedra con el nuevo estilo. Fuera de la iglesia hay también muestras góticas como la preciosa fuente que centra las miradas en el claustro. Más en línea con el Císter, Maulbronn incorporó innovaciones hidráulicas para facilitar la vida de los monjes: cisternas, canales y drenajes. Lamentablemente, este sistema fue modificado en el siglo XIX tras la expansión de la ciudad.
Maulbronn se encuentra entre las ciudades de Karlsruhe y Stuttgart, a poco más de una hora de ambas. También está conectada por tren con Heidelberg. La entrada permite acceder al complejo central, pudiéndose pasear sin pago por el resto de los edificios intramuros, convertidos en tiendas, cafeterías, etc. También se puede recorrer la parte alta de las murallas. Hay visitas guiadas solo en alemán, en otros idiomas si se viene en grupo y se reserva, pero hay audioguías. Típicos en la zona son las cervezas y el Maultasche, pasta rellena de carne picada. Maulbronn se encuentra justo al norte de la Selva Negra, una de las regiones naturales más famosas de Alemania.
Fotos: Elke Wetzig / Andreas Zschorsch
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