Herencia en el sur de África
A mediados del siglo XV, el reino de Gran Zimbabue se desintegró. Había llegado a controlar amplios territorios gracias al oro y el marfil y dejó tras de sí el monumento antiguo más grande al sur del Sáhara. A falta de fuentes escritas, el declive solo arroja hipótesis: competencia, cambios climáticos, minas agotadas, etc. Fuera lo que fuera, Gran Zimbabue empezó a resquebrajarse en varios reinos que ocuparon su hueco. El arqueólogo Peter Garlake identificó en los años 70 hasta cincuenta sitios arqueológicos de esta era y posteriores, ciudades que compartieron su arquitectura base. Una de las más relevantes fue Khami, cuyo auge parte justo tras Gran Zimbabue, lo que inevitablemente las relaciona. Khami fue capital del reino de Butua durante más de 200 años. Ambas eras tuvieron puntos en común, como el comercio del oro, pero también nuevos ingredientes como la entrada en escena de los portugueses. Arquitectónicamente, Khami innovó en la decoración de sus muros y paredes.
El reino de Butua nace sobre el año 1450 de la mano de la dinastía Torwa, iniciada según las fuentes orales en la zona por Dlembeu. Como en el caso de Gran Zimbabue, la dinastía tiene origen kalanga, una etnia minoritaria instalada hoy en el oeste del país. Butua controló una región seguramente menor que su predecesor, pero con herramientas parecidas: la ganadería y el comercio de materiales tan apreciables como oro y marfil. Las labores arqueológicas han encontrado objetos chinos y europeos, lo que da idea del alcance del comercio de Khami. El interior de África tenía asentados enlaces con la costa suajili, con ciudades como Kilwa. Los europeos llegaron de la mano de los portugueses. Antonio Fernandes visitó la zona en 1513 y quizá conoció Khami. A finales del siglo XVII, Butua cayó a manos del imperio Rozwi, que fue capaz de unificar casi todo el territorio actual de Zimbabue y expulsar a los portugueses, cuya influencia estaba incomodando a los pueblos de la zona. Así, Khami inició su declive al ser sustituida por la capital Danamombe.
La ciudad no fue totalmente abandonada, no obstante, hasta la propia crisis de Rozwi en el XIX. Entonces, etnias matabele tomaron el control de la llanura de Zimbabue hasta finales de siglo. Cédulas reales protegieron las ruinas de Khami evitando el saqueo indiscriminado de exploradores occidentales, lo que permitió que arqueólogos como David Randall-MacIver, Gertrude Caton-Thompson y K.R. Robinson investigaran Khami en el siglo XX. Las dataciones coincidieron con la lógica histórica y los artefactos encontrados: porcelana china, imitaciones portuguesas, cerámica alemana o cubertería española. También coincide el diseño básico, similar al de Gran Zimbabue. Khami está dispersa a lo largo de dos kilómetros en la orilla oeste del río homónimo. Las dos zonas más diferenciadas son la denominada colina de las ruinas y la zona residencial en la que los habitantes llanos vivían en dagas, cabañas hechas de madera que no han resistido el paso del tiempo. No obstante, esta zona estaba también protegida por murallas.
En todo Khami hay varias plataformas elevadas apuntaladas con pequeños muros de contención. Estar un tanto elevado por encima del resto mejoraba la cálida temperatura de la ciudad y además paliaba los problemas de malaria en la estación lluviosa. Algunas de estas plataformas estaban enlazadas por estrechos pasillos flanqueados por muros. Estos muros son la principal característica de Khami. Están levantados sin argamasa bajo la técnica de piedra seca, en concreto de granito laminar. Esta piedra no es fácil de extraer ni levantar nada con ella, por lo que los ingenieros de Khami tuvieron que llegar a soluciones innovadoras. Usaron muros de contención inclinados hacia dentro para mejorar la estabilidad. Esta técnica muestra su mayor potencial en la colina real. Se trata de una colina natural en la que los muros se usan en varias terrazas para soportar las estructuras de la parte superior, en la que estaba el mambo o residencial real. Este complejo diseño refleja la necesaria cooperación que hubo en Khami. Todos los muros, además, no son simples piedras apiladas, sino que muestran elaborados diseños decorativos como ajedrezados, espigas o cuerdas.
Bulawayo, segunda ciudad de Zimbabue y ciudad industrial, es la puerta de entrada a las ruinas de Khami. Tiene aeropuerto, aunque mucho turismo llega en ruta por carretera desde lugares como Gran Zimbabue o las cataratas Victoria. Es una ciudad colonial que merece un paseo. Khami está unos veinte kilómetros al oeste, por lo que será fácil encontrar un transporte que nos lleve y espere. Serán unas dos horas de visita, pues la zona es amplia y la colina exige una pequeña subida que a cambio nos deja buenas vistas. Es mejor si vamos con guía, aunque todo está bien señalizado. Además hay un modesto museo a la entrada. Es mejor venir en estación seca, entre mayo y noviembre.
Fotos: Amanda / Lars Lundqvist
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