Blanca Rusia
La región u oblast de Vladimir está situada unos kilómetros al este de la capital Moscú. Con una geografía llana repleta de ríos y agua, como tantas en esta zona de Rusia, empezó a ser poblada por pueblos eslavos sobre el siglo X. Inicialmente formó parte del Rus de Kiev, pero ante la fragmentación de esta región empezó a tener identidad política propia. Suzdal fue la primera en formar un principado junto a la histórica Rostov, que fue sustituida por Vladimir cuando esta ascendió a capital en 1157. Buena parte de la culpa de este ascenso la tuvo Andréi Bogoliubski, una figura fundamental aquí. No solo se trajo la capital a Vladimir, sino que finiquitó las relaciones con Kiev y desarrolló una nueva identidad. En esta tuvo un importante lugar su devoción en la iglesia ortodoxa, que le valió su beatificación. Otra de las consecuencias de la figura de Andréi fue su programa constructivo, uno de los primeros y más importantes en Rusia. Sus territorios fueron embellecidos con la caliza como material predominante, lo que ha originado que a estos monumentos se les conozca como monumentos blancos.
Vladimir sustituyó así a Suzdal, que a su vez había arrebatado la figura de capital a Rostov en 1125. Por esa época, Vladimir no era más que una sencilla ciudad que acaba de reforzar sus defensas y reconstruido edificios. Andréi cambió las cosas. Fue conocido como el piadoso, pero lo cierto es que parte de su estabilización del territorio pasó por quemar la ciudad de Kiev en 1169. Poco después fue asesinado, pero el principado resistió bastante bien las aproximaciones de Kiev, más las nuevas amenazas de Ryazan y Volga Bulgaria por el este. También abundaron las luchas internas, que quedaron en segundo plano con la llegada de los mongoles en el siglo XIII. De la mano de Batú Kan, estos arrasaron esta zona, como tantas de Rusia. Desde entonces, Vladimir fue un estado vasallo de los mongoles y vio cómo su principado empezaba a fragmentarse en pequeños estados. Uno de ellos emergería el siguiente siglo relevando a Vladimir como ciudad fuerte: Moscú.
No obstante, Vladimir no dejó de ser una ciudad relevante con el ascenso de Moscú e incluso tuvo un repunte industrial bajo gobierno soviético. Sus principales monumentos, en todo caso, son del siglo XII. El principal es la Catedral de la Asunción, principal templo de Rusia desde su construcción por Andréi el Piadoso hasta el siglo XIV, aunque siguió siendo el templo más grande del país un tiempo más. Las paredes del exterior presentan relieves y las del interior frescos del siglo XV. Vladimir tiene una segunda catedral, la de San Demetrio. Es mucho más pequeña y tiene una única cúpula, pero los relieves del exterior son excepcionales. La Puerta Dorada es el único vestigio defensivo de esta época en Rusia. El arco de quince metros fue complementado con una iglesia y barbacana que fueron retirados en el siglo XVIII para garantizar la supervivencia de la Puerta. A trece kilómetros está Bogolyubovo, que cuenta con un castillo y una pequeña iglesia. Esta, la de la Intercesión, forma una vista fantástica en la confluencia de los ríos Nerl y Klyazma.
Unos treinta kilómetros al norte está Suzdal. Hoy es una pequeña ciudad de 10.000 habitantes. Tras su periodo más político pasó una época comercial y luego una religiosa, cuando se construyeron multitud de iglesias en proporción a su población. El centro histórico lo marca el antiguo Kremlin, que alberga la Catedral de la Natividad. El actual templo es del siglo XII aunque, al contrario que la de Vladimir, ha tenido multitud de reformas que le dan un aspecto muy ecléctico. Destacan sus cúpulas de cebolla azules. En la época más religiosa se construyó el monasterio del Salvador y San Eutimio, que creció durante el siglo XVII hasta convertirse en una fortificación, prisión incluida. En la aún más pequeña localidad de Kideksha está la iglesia de los Santos Borís y Gleb. Del siglo XII, no ha tenido añadidos y es testigo de aquella época, como sus frescos.
Vladimir tiene hoy más de 300.000 habitantes. Está a medio camino de Moscú y Nizhny Novgorod, bien conectada por carretera y tren. Desde Moscú tardaremos unas dos o tres horas. Las dos catedrales guardan sus frescos como parte de museos. En Vladimir hay que aprovechar para probar su cerveza local, de larga tradición. Para llegar a Bogolyubovo contamos con autobuses locales. El mejor momento para ver la pequeña iglesia de la Intercesión es en primavera, cuando los ríos llevan más agua y la iglesia parece flotar entre aguas. Suzdal es accesible principalmente por carretera. Es una ciudad entregada al turismo con muchas opciones. Además de las visitas históricas ofrece experiencias como excursiones en trineo con perros o en catamarán.
Fotos: Alexxx1979 / carlfbagge
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