Navigation Menu
Monumentos históricos de la antigua Nara

Monumentos históricos de la antigua Nara

Nara (Japón)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 22 03, 2019
  • Category:

Japón se presenta


Hace más de 1.200 años que Nara fue la capital de Japón durante solo 74 años, pero su influencia sigue patente. El periodo histórico que lleva su nombre arrancó al acabarse el periodo Yamato, que durante 460 años vio evolucionar la sociedad japonesa hacia un modelo chino confuciano. Concluyó con el periodo Asuka y la adopción del budismo en templos como Horyu-Ji. La actual prefectura de Nara fue protagonista en este periodo que se confirmó plenamente con el traslado de la capital a la actual Nara, entonces llamada Heijō-kyō. La emperatriz Genmei mandó construir la ciudad a imagen y semejanza de la china Chang’an, actual Xian. Nara fue así la primera ciudad japonesa diseñada con una cuadrícula y con la geomancia en mente. Es la época de la apertura definitiva de Japón, que se integró a la Ruta de la Seda y fue influida por mercaderes chinos, coreanos e indios. En sus 25 kilómetros cuadrados llegó a albergar más de 100.000 personas. La primera urbe internacional de Japón aún conserva edificios de entonces.

Parque de Nara con la capilla Kasuga al fondo

Lo que hasta entonces habían sido leves influencias, desde el 710 se convirtió en una explosión de aculturación china. Se creó el primer silabario japonés a partir de kanji chinos, ya en uso. Se le denominó Man’yōshū por un compendio de poemas escritos con él. Japón se modernizó económicamente con impuestos mejor recaudados gracias al uso de moneda y el establecimiento de los primeros shōen, que con el tiempo derivarían en el sistema feudal dirigido por los daimyo y sus defensores samuráis. Religiosamente, el budismo recibió un nuevo impulso bajo el emperador Shōmu. Entre los siete grandes templos de Nara destacó Tōdai-ji, construido por él. Durante siglos fue la construcción de madera más grande del mundo y en su interior se conserva el Buda de bronce más grande que existe. Ambos, madera y bronce, han sido reconstruidos varias veces. En el 784, la capital se mudó de Nara y diez años después se inició el periodo Heian, centrado en Kioto.

Aunque fue la capital poco tiempo, con Nara se cambió la costumbre de mover la capital con cada emperador. Seguramente tuvieron que ver su diseño y rápido crecimiento. La ciudad se desplegaba al sur del palacio imperial Heijō, de la que partía la calle Suzaku, de cuatro kilómetros, que partía la ciudad en dos. No está claro por qué Kanmu mudó la capital: posiblemente trataba de huir de la influencia de los clérigos budistas. Con todo, Nara siguió siendo influyente como capital del sur. En el siglo XII, el apoyo político de Nara a un clan rebelde opositor hizo que los templos Tōdai-ji y Kōfuku-ji fueran reducidos a cenizas. Los templos fueron reconstruidos bajo el shogunato Kamakura y Nara creció otra vez. Aún restarían algunos momentos de tensión más, especialmente a finales del convulso periodo Sengoku, que vio una nueva quema de Tōdai-ji. En el periodo Tokugawa, el shogunato tomó el control pleno de Nara. Desde el siglo XVIII empezó a depender de Osaka, mucho más desarrollada industrialmente.

Templo Tōdai-ji en Nara

Los monumentos históricos de Nara comprenden cinco templos budistas, una capilla sintoísta, un bosque y el palacio de Heijō. Este quedó enterrado entre cultivos tras el cambio de capital. En los años 70 se iniciaron labores arqueológicas y se han reconstruido algunas partes. La capilla sintoísta de Kasuga y el bosque están relacionados. La capilla, del siglo VIII, dio nombre a su propio estilo. Destacan los miles de farolillos, de bronce en su interior y piedra en sus alrededores. El bosque que la rodea está protegido desde el 841. Los cinco templos budistas pertenecen a cuatro escuelas diferentes. Tōdai-ji y Kōfuku-ji son sin duda los más influyentes. Gangō-ji es el centro de la escuela shingon, pero poco queda de su esplendor pasado. Yakushi-ji puede presumir de conservar la pagoda del este, del 730. Tōshōdai-ji fue fundado por un monje chino y es el arquetipo del estilo clásico. Su hall central es también del siglo VIII.

Nara tiene hoy 400.000 habitantes y es visita obligada antes o después de ir a Kioto. Está cerca de los aeropuertos de Osaka, pero es más habitual llegar desde Kioto en tren, a media hora. Buena parte de los monumentos están en el parque de Nara, en el que un recorrido de seis kilómetros pasa también por el museo nacional de Nara. Los ciervos sica campean aquí a sus anchas. Son sagrados y lejos de molestarlos lo acostumbrado es darles de comer senbei, un snack para ellos. Si tenemos más de un día podremos acercarnos al resto de monumentos. En marzo, en Tōdai-ji se celebra desde el 752 el festival Shuni-e, ceremonias de agua y fuego incluidas. No tan antiguo, pero espectacular, es el Tōka-e. Celebrado en agosto, entonces se encienden miles de farolillos en el parque. La gastronomía de Nara es muy relevante con ingredientes como el kudzu y platos como el sushi recubierto con hojas de caqui.

Fotos: Ray in ManilaNatee P

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.