Kosovo cristiana
Kosovo requiere poca presentación, pues de los Balcanes ha sido el conflicto más prolongado. Hoy el país lucha por su reconocimiento internacional como estado independiente, lo que ya es de facto. Esta región pasó inadvertida en tiempos romanos y entró en la Edad Media a base de saqueos bárbaros. Se volvieron culturalmente eslavos y fueron un fortín frente al avance musulmán. También fue zona de disputas entre los búlgaros, aliados de Bizancio, y Serbia. La victoria de los segundos marcó a Kosovo, que disfrutó de una de sus épocas más esplendorosas, con cientos de monasterios y fortalezas construidas en poco tiempo. En el auge serbio llegó el punto de inflexión marcado por la batalla de Kosovo de 1389, tras la cual el imperio otomano controló Kosovo más de cinco siglos. La región giró hacia Albania y el Islam. Cuando la religión enfrentó las regiones balcánicas en el siglo XVII, los monasterios serbios sufrieron las consecuencias. Algunos sobrevivieron esta oscura fase y han llegado hasta nosotros como testigo de la era serbia.
Hoy Kosovo sigue siendo mayoritariamente albana y musulmana, causa raíz de las recientes tensiones nacionalistas. También los monasterios han sufrido, algunos bastante. Teniendo en cuenta los conflictos desde hace siglos, que monasterios cristianos hayan sobrevivido es casi milagroso. También reflejan otro tipo de tensión más arquitectónica: la que había entre el oeste serbio, marcado por el europeo románico, y el este bizantino, marcado por su estilo. Lo serbio vino de la mano de la dinastía Nemanjić, clave hasta la dominación musulmana y responsable de los monasterios. Ascendieron al poder en 1166 y poco después fundaron su propio reino y la Iglesia Ortodoxa Serbia. Alcanzaron su cénit en el siglo XIV: se hicieron llamar imperio imprimiendo una identidad nacional muy marcada por la religión. Sin embargo, en 1371 Stefan Uroš, llamado el débil, murió sin descendencia, abriendo la crisis que el imperio otomano aprovechó.
Todos los monasterios se levantaron antes de esa fecha y luego procuraron sobrevivir, aunque los programas pictóricos continuaron enriqueciéndose. Uno de los principales es Visoki Dečani, mandado construir por Stefan Dečanski en la primera mitad del siglo XIV en las faldas de la montaña Prokletije. Le sirvió como mausoleo cuando su hijo lo estranguló para hacerse con el trono. Fue construido por Fra Vita, un monje proveniente de Kotor, en solo ocho años. La inmensa iglesia principal tiene tres naves en el nártex, cinco en un naos que alcanza 29 metros de altura y otras tres en el santuario. El exterior mezcla varios mármoles y está esculpido en parte. El espacioso interior es un enorme lienzo cubierto prácticamente en su totalidad por frescos. Es uno de los programas pictóricos más sobresalientes de los Balcanes con más de mil composiciones. También destacan el suelo original y el iconostasio del siglo XIV. Los iconos son la otra joya de Dečani: hay más de sesenta originales, quince del maestro del siglo XVI Longin.
Diez kilómetros al norte está el patriarcado de Peć, muy relevante a nivel histórico por acoger el arzobispado serbio y ser escenario de coronaciones reales. Su fundación data de 1230 con la iglesia de Todos los Santos. Lo curioso de Peć es que, un siglo después, dos iglesias se le unieron por el nártex, de forma que el conjunto parece una única iglesia con varios brazos. Los frescos mezclan un estilo propio y el estilo renacentista Paleólogo. La iglesia de Ljeviša está al sur de Kosovo, en Prizren. Sus frescos están más dañados y el estilo es plenamente Paleólogo. La planta es de transición de basílica a cruz griega, transición finalizada en el monasterio de Gračanica, que comparte el estilo de los frescos. Gračanica tiene cinco cúpulas formando una especie de pirámide extendida por el lado del nártex. Su posición en el centro de Kosovo la ha hecho habitual escenario de batallas y disputas. En la última década ha sido la más dañada por el saqueo de su techo de plomo.
Kosovo ha sido y es una región complicada, así que antes de planificar un viaje hay que informarse de la situación, que mejora. Para el turista ofrece un país de gente hospitalaria, paisajes de media montaña y por supuesto monasterios y fortalezas medievales. La capital, Pristina, tiene aeropuerto y desde aquí es fácil moverse en autobús. Peć o Peja es una de las capitales turísticas y su monasterio es la principal atracción. Como en el resto, ser un foco cristiano en territorio musulmán lo rodea de seguridad y es bueno llevar el pasaporte. Detrás del monasterio está la garganta Rugova, que ofrece posibilidades de trekking. El monasterio de Dečani está a apenas veinte minutos de Peć, mientras que a Prizren se puede llegar en autobús fácilmente y para el de Gračanica tendremos también autobuses que parten desde la capital.
Fotos: Adam Jones / Martin Furtschegger
Comentarios recientes