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Obra del ingeniero Eladio Dieste: iglesia de Atlántida

Obra del ingeniero Eladio Dieste: iglesia de Atlántida

Canelones (Uruguay)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 27 07, 2022
  • Category:

Ladrillo siglo XX


El ladrillo, un material constructivo con nueve milenios de antigüedad, entró en descrédito a comienzos del siglo XX. Su pobre desempeño en terremotos como el de San Francisco y la llegada del hormigón reforzado lo fue retirando de su función estructural original. Desde entonces quedó relegado a funciones secundarias, muchas veces más estéticas que funcionales. Las virtudes del ladrillo, empezando por su bajo coste y producción en serie, seguían ahí, pero se necesitaba una vuelta de tuerca. Esta llegó de la mano del ingeniero uruguayo Eladio Dieste. Combinando sus conocimientos en materiales y cálculo estructural llevó muy lejos la técnica constructiva conocida como cerámica estructural. Se sustenta en dos conceptos básicos: la introducción de armaduras de acero y un diseño basado en estructuras que se soportan por su forma y no por el peso. Válidos hasta entonces sólo teóricamente, los puso en práctica en la conocida como iglesia de Atlántida, levantada en tan solo dos años con unos costes muy reducidos.

Exterior de la iglesia de Atlántida de Eladio Dieste

Nacido en 1917 en Uruguay, Dieste se graduó como ingeniero. No cursó arquitectura, lo que marcaría su acercamiento a esta disciplina desde un ámbito puramente técnico. Otro componente fundamental para él fue su colaboración con el arquitecto Antonio Bonet, que había trabajado a su vez con Le Corbusier. Fue en el diseño de Casa Berlingieri de 1945, en Punta Ballena, donde Dieste se acercó a lo que sería su bóveda levantada con cerámica estructural, base de su arquitectura. Dieste tendría que esperar unos años más hasta que le llegó su primer encargo, la iglesia del Cristo Obrero en Estación Atlántida, una pequeña localidad a 45 kilómetros de Montevideo. Esta nació alrededor de la estación de tren que servía de principal conexión con la capital a la localidad turística de Atlántida, fundada en 1911. Estación Atlántida comenzó alojando a los trabajadores de la construcción de los hoteles y balnearios de Atlántida, pero al convertirse en barrio permanente de clase media-baja necesitó de servicios comunes como, por ejemplo, una iglesia.

El contexto implicaba la necesidad de controlar los costes al máximo, lo que le valió a Dieste el encargo gracias a su económica cerámica estructural. El ingeniero había montado junto a Eugenio Montañez una empresa de construcción que solo había levantado algunas naves de almacenamiento, por lo que el reto era máximo. De hecho, el propio Dieste denominó a su trabajo en la iglesia de Atlántida como su primera obra arquitectónica. Por ello fue también la oportunidad de exprimir los principios de su material predilecto. Dieste utiliza ladrillos estándar unidos con mortero estándar en el que introduce barras de acero que refuerzan la estructura. Los ladrillos no se contrapean necesariamente, como es habitual, sino que Dieste entreteje toda la estructura formando una retícula en la que se insertan oportunamente barras de acero. El uso de ladrillos en vez de hormigón fue un recorte de costes muy alto, tanto en material como en tiempo. No contrapear los ladrillos permitió además dibujar las características curvas de Dieste, que además de estéticas tienen una función estructural al reforzar desde la forma la integridad del edificio. 

Interior del campanario de la iglesia de Atlántida de Eladio Dieste

El resultado final es una nave única de 33×16 metros de longitud en la que destacan las paredes y cubierta ondulantes. La fachada acentúa estas sorprendentes curvas al optar por una disposición de planos y planos desplazados en la mitad superior que corresponde al coro. Tanto esta sección como los huecos irregulares en la parte superior de las ondulaciones se cubren con vidrios coloreados que aportan la única luz natural al interior. En este sorprende la zona del presbiterio, igualmente curva y abierta al resto de la nave única. Además de esta, en la iglesia de la Atlántida tenemos un campanario exento, quizá inspirado en el románico italiano, también circular y realizado con ladrillos, y un baptisterio subterráneo, circular y abovedado al que se baja por un acceso exterior triangular. El ladrillo, usado hasta en las escaleras y pasamos, está omnipresente en la iglesia de Atlántida transmitiendo ligereza a toda la estructura.

Atlántida, a pocos kilómetros de Montevideo, no es una visita muy habitual salvo que queramos turismo de playa. Para llegar a la iglesia de Dieste tendremos unos tres kilómetros desde aquí que podemos cubrir en taxi. La iglesia tiene visitas guiadas, pero muy escasas, y los oficios tampoco son abundantes, así que si no queremos ceñirnos a las restricciones tendremos que aventurarnos a llamar a alguien que nos permita verla por dentro. En todo caso será una visita breve por su tamaño. Aunque Dieste realizó muchas obras, muchas están en entornos industriales, siendo las más accesibles la iglesia San Pedro en Durazno y el primer centro comercial de Montevideo. Si no estamos en Uruguay, en el corredor del Henares de Madrid hay cinco iglesias de Dieste. La Sagrada Familia de Torrejón es una réplica de la Atlántida.

Fotos: Javier Villasuso / Javier Villasuso

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