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Observatorio de Jodrell Bank

Observatorio de Jodrell Bank

Noroeste (Reino Unido)

Señales invisibles


Corría el año 1932 cuando al físico e ingeniero Karl Guthe le adjudicaron presupuesto en Bell Telephone Laboratories para construir una gran antena. Con capacidad para girar en múltiples direcciones, la antena empezó a recibir emisiones que se registraban continuamente. Al cabo de unos meses, Guthe clasificó las señales recibidas en tres grupos: truenos cercanos, truenos lejanos y origen desconocido. Tras estudiar detenidamente el tercer grupo y consultar libros de astronomía, disciplina totalmente ajena a él, llegó a la conclusión de que estas señales procedían del centro de la Vía Láctea. El descubrimiento causó revuelo, pero conectar dos mundos ajenos como la ingeniería de radio y astronomía llevó años. Tras el desarrollo de los radares en la II Guerra Mundial, la radioastronomía nació oficialmente gracias a proyectos pioneros en las universidades de Ohio y Manchester. Al frente del grupo de radioastrónomos de la segunda estuvo Bernard Lovell, responsable de la construcción del observatorio Jodrell Bank, cuya aportación a la disciplina es incalculable.

Mark I y II en Jodrell Bank

Hasta el nacimiento de la radioastronomía, la astronomía se basaba exclusivamente en el espectro visible, esto es, emisiones con una longitud de onda adecuada a nuestros ojos. Por muy potente que fueran los instrumentos utilizados, las limitaciones físicas eran nuestras. Los físicos del siglo XIX especularon con la radioastronomía, pero hubo que esperar a que tecnológicamente fuéramos capaces de captar otras longitudes de onda. Esto multiplicó nuestro conocimiento no solo cuantitativa, sino cualitativamente. Descubrimos un nuevo universo de astros y pudimos formular una de las teorías más famosas y consensuadas en la astronomía, el Big Bang. Nada es gratis en ciencia y la principal pega de la radioastronomía es el tamaño de antena que exige, sustancialmente de mayor diámetro que los telescopios tradicionales. Esto retrasó su despliegue en su día e implica la necesidad de una compleja organización en cada iniciativa. Lovell se apoyó en la Universidad de Manchester y consiguió un amplio espacio libre de interferencias que había pertenecido al departamento de botánica. 

Así nació en 1945 Jodrell Bank, que heredó multitud de equipamiento militar de la reciente guerra. Tras una exitosa campaña detectando meteoros, Lovell convenció a sus superiores para construir el primer gran radiotelescopio. Aunque consiguió captar señales de otras galaxias como Andrómeda, las dificultades para orientarlo llevaron a la construcción del hoy denominado telescopio Lovell. No sin dificultades, el icono de Jodrell Bank vio la luz en 1957. Rápidamente demostró su potencial. No solo en la investigación científica, sino en el seguimiento de los primeros satélites artificiales soviéticos y estadounidenses en un clima de colaboración insólito para la época. Con la construcción del Mark II, en Jodrell Bank se sentaron las bases de la interferometría, técnica fundamental de la radioastronomía basada en el trabajo conjunto de varios telescopios y el principio de superposición. Desde Jodrell Bank se gestiona desde los años 70 la matriz MERLIN, que utiliza siete telescopios británicos. El observatorio también trabaja con otros telescopios en suelo europeo y americano.

Radiotelescopio Mark I en Jodrell Bank

Ningún radiotelescopio británico superó nunca el tamaño de Lovell, antiguo Mark I, que con 76 metros de diámetro es el tercero del mundo. Su perfil domina Jodrell Bank, cuyos edificios se distribuyen en dos zonas: Lovell y Green. La segunda es un área verde en cuyo perímetro se localizan distintos edificios del observatorio. Algunos tuvieron funciones en el pasado, aunque la norma en el observatorio ha sido la continua adaptación a las nuevas tecnologías. El Mark II, situado en el Green, es un ejemplo, pues fue el primer telescopio controlado por una computadora digital. Está además situado justo donde se asentó el denominado telescopio de tránsito, el antecedente del Lovell. El Mark II, de forma elíptica, tiene 38 metros en su eje mayor. El Mark III, diseñado para ser portátil, fue desmantelado en 1996 por su falta de sensibilidad. Hay algún telescopio más en Jodrell Bank, pero ninguno se acerca a las dimensiones de los dos principales.

Desde la construcción del telescopio Lovell, el rol divulgativo de Jodrell Bank ha sido intenso. Esto culminó en la apertura en 1971 del primer centro de visitantes. El observatorio se encuentra unos treinta kilómetros al sur de Manchester y es fácilmente accesible por carretera. La visita se compone de varios pabellones dedicados al sistema solar, la radiotelescopía y universo y otro dedicado a distintos eventos y charlas. Podemos ver el telescopio Lovell desde el exterior, pero si queremos profundizar y acercarnos, diariamente se ofrecen charlas sin coste añadido. Lo único a tener en cuenta es que es muy conveniente reservar plaza. El programa de actividades de Jodrell Bank es mucho más extenso y conviene revisarlo. Un fijo es el festival de música Bluedot, celebrado cada julio. Además, en el observatorio hay un arboreto visitable y una zona para hacer picnic. 

Fotos: Brian Rogers / John Picton

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