Caza social
La isla de Selandia es la principal de Dinamarca: aquí se encuentra su capital y la mayor parte de la población del país. Al norte de Copenhague se extiende un territorio que culmina en la península de Selandia Septentrional. Históricamente, esta es una zona asociada a la nobleza y realeza, sobre todo desde que en el siglo XVI la monarquía confiscara buena parte de las tierras a los monasterios asentados. Selandia Septentrional es hogar de castillos tan importantes como el de Kronborg, playas, lagos, tupidos bosques y áreas donde la nobleza se divertía y socializaba. Una actividad muy propia de este estrato en la Edad Media y Moderna era la caza. Su principal objetivo no tenía nada que ver con la provisión de alimentos, era una simulación de la guerra donde los nobles demostraran su pericia. Con el tiempo fue generando sus propias reglas, tradiciones y privilegios. La caza adquirió tanta importancia en Selandia que se designaron y diseñaron zonas específicas para su disfrute en los bosques de Gribskov, Store Dyrehave y Jægersborg Dyrehave.
Fue en 1536 cuando el rey Federico II de Dinamarca confiscó los primeros territorios en Gribskov. En la cercana localidad de Hillerød construyó un palacio que empezó a funcionar como retiro para la temporada de caza. Al noreste del palacio se levantó un cercado de ciervos que se expandió con el tiempo en un bosque preparado para la caza. En 1618, esta zona se complementó al sur con Store Dyrehave. Estos bosques quedaban lejos de la capital, por lo que en el XVII se montó también el espacio cercado de Jægersborg Dyrehave, justo encima de Copenhague. Eran los tiempos de Cristián V de Dinamarca, tiempos de racionalismo, absolutismo y caza como sistema de relaciones. Se trazaron caminos en los bosques, se diseñaron paisajes y se construyeron nuevos pabellones y facilidades para la caza. En 1777, los tiempos habían cambiado y se prohibió la caza, por lo que la gestión de los bosques cambió radicalmente. De la mano del silvicultor Johan Georg von Langen se reforestaron y reacondicionaron todos los espacios. En el siglo XX, este proceso culminó con la reintroducción de los ciervos.
Gribskov es uno de los bosques más grandes y famosos de Dinamarca con casi 6.000 hectáreas. Está limitado principalmente por la ciudad de Hillerød y el lago Esrum. En el bosque dominan hayas y robles, entre los que cuatro especies de ciervos están presentes, además de una avifauna muy apreciable. Es una zona muy húmeda con oscuros lagos como el de Store Gribsø y más de 500 kilómetros de canales artificiales construidos desde el siglo XVI. Además de estos se trazaron caminos, aunque Gribskov es por lo general más agreste que Store Dyrehave. Es en este último donde podemos apreciar mejor el sistema de caminos que intentaba facilitar la tarea de la caza: perseguían a las piezas por ellos hasta agotarlas. Estos caminos están formados por largas rectas que confluyen en cruces de hasta ocho brazos. En el cruce principal del bosque se encuentra una famosa rosa de los vientos llamada Kongestenen, la piedra del rey. Store Dyrehave es bastante más pequeño y a las hayas y robles añade muchas coníferas.
Jægersborg Dyrehave, más a mano de Copenhague, está vallado completamente. Para acceder existen varias puertas con un característico color rojo, entre las que la más famosa es Klampenborg. Cada puerta tiene asociada una casa destinada al guardabosques. En el interior se resguardan más de 2.000 ciervos que pasean entre antiguos robles. La zona más accidentada es la de Ulvedalene, en la que hace unas décadas se acondicionó una zona de asientos para representaciones teatrales. Al norte está la zona más conocida, la de Eremitagesletten. Aquí se encuentra el principal edificio, conocido como el Retiro. Fue construido en 1736 para que los cazadores comieran y departieran.
Desde Copenhague parte la carretera costera de Strandvejen que deja a la izquierda el bosque de Jægersborg Dyrehave. Virando al noroeste llegaremos a Hillerød, muy a mano de los otros dos. Entre ambos, la localidad de Hørsholm funciona bien como base para estos. Cuenta además con un museo específico de la caza y la silvicultura, el Dansk Jagt-Og Skovbrugsmuseum, que tiene actividades infantiles. En los bosques podremos disfrutar por los caminos diseñados haciendo trekking o yendo en bici. Toda esta zona de Dinamarca está muy orientada al turismo, en primer lugar de los propios habitantes de Copenhague. Hay localidades muy turísticas como Hornbæk o Gilleleje. La agenda de Jægersborg es la más interesante. Incluye el teatro al aire libre en verano y una famosa carrera de caballos de trece kilómetros de longitud, la caza de Hubertus, que se celebra el primer domingo de noviembre. Era cuando tradicionalmente se cerraba la temporada de caza. En otoño hay también una carrera cross famosa.
Fotos: .bastian / Ramblersen
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