La visión de Liechtenstein
La casa de Liechtenstein da nombre a uno de los estados más pequeños del mundo, aún gobernado por ellos de forma hereditaria. El nombre de la familia procede de un castillo del siglo XII localizado cerca de Maria Enzersdorf, un pueblo al este de Austria no precisamente cerca del estado actual. Los Liechtenstein tuvieron esta y otras muchas posesiones repartidas por Centroeuropa que gestionaban señores feudales con experiencia. Fueron fieles consejeros de los Habsburgo, pero la falta de un territorio concreto limitó su poder. A comienzos del XVIII, esto cambió con la adjudicación de la región que conforma el pequeño estado actual. Este principado ha logrado evitar ser engullido por estados más grandes. Lo que los Liechtenstein no pudieron evitar es la pérdida de su principal proyecto arquitectónico. Localizado en la región checa de Moravia, la familia se dedicó desde el siglo XVII a modificar artificialmente una enorme extensión de más de 200 kilómetros cuadrados encabezados por las ciudades de Lednice y Valdice, separadas siete kilómetros. Fueron así responsables de uno de los principales paisajes culturales nacidos del espíritu de la Ilustración.
Parque de Lednice-Valtice con el minarete
La historia de la familia en la zona, antiguo limes del imperio romano, venía ya de muy atrás. En 1249 adquirieron un castillo en Lednice y, pocas décadas después, otro en Valtice. Este par de ciudades se convirtieron en la base de operaciones de la familia y, por tanto, en las elegidas para las innovaciones arquitectónicas. La más prolífica arranca a comienzos del XVII. Por entonces, Carlos I se alineó con el candidato al Sacro Imperio Germánico correcto, lo que le valió el título de primer príncipe. Lo celebró transformando ambas ciudades, especialmente el espacio que hay entre ellas, encabezado por una larga avenida arbolada y rectilínea. Lo que comenzó como un proyecto renacentista con arquitectura barroca se transformó en un paisaje ecléctico. A comienzos del XIX, el neoclasicismo y romanticismo se hicieron su hueco sobre un fondo de parque inglés. Lamentablemente para la casa, con la llegada de los nazis tuvieron que exiliarse. Desde entonces intentan, sin éxito, recuperar su legado.
Lo principal de Lednice-Valtice es la transformación del paisaje. Es responsabilidad principalmente de Juan I José. A comienzos del XIX, este príncipe quedó prendado de los diseños ingleses del maestro en estas lides, Capability Brown. Se trajo este nuevo concepto de parques naturales, alejados de los geométricos parterres franceses, y empezó a modificar el terreno bajo la supervisión de Bernhard Petri. Se elevó el nivel del parque de Lednice y se hizo un nuevo canal para el río Dyje, principal afluente del Moravia. Se crearon a la vez cuatro estanques principales: Mlýnský, Prostrední, Nesyt y Hlohovecý. A su alrededor se plantaron pinares y se levantó una multitud de piezas arquitectónicas nuevas de corte romántico y neoclásico, muy de acuerdo con la moda de entonces. De entonces son la Columnata Rajsna, templos dedicados a dioses griegos, un obelisco, ruinas artificiales y varios pabellones de caza, entre otros.
Castillo de Lednice
Los elementos buscaban a veces integrarse en el paisaje de fondo, pero otras intentaban destacar por encima de este. Es el caso de los dos castillos, uno en cada extremo, presentes antes de transformar los jardines. Poco queda del castillo medieval de Lednice. En su lugar se había levantado un palacete renacentista sobre 1570 al que se le fueron añadiendo elementos barrocos. A mediados del XIX se le quiso imprimir un carácter romántico y se reformó completamente bajo la dirección de Georg Wingelmüller. Es el aspecto que tiene hoy. Contrasta con un elemento inesperado: un altísimo minarete que en su día fue el más alto fuera de los países musulmanes. El palacio de Valtice fue levantado sobre el anterior de Feldsberg a finales del XVII bajo las órdenes de Johann Bernhard Fischer von Erlach. No tuvo remodelación posterior, por lo que su estilo es barroco. El mismo que la iglesia que tiene al lado, la de la Virgen de la Asunción.
Lednice-Valtice es una excursión de un día asequible desde Brno, Bratislava o Viena. Valtice, en concreto, tiene estación de tren. Para moverse en la zona hay un autobús que hace el recorrido entre ambas ciudades constantemente. También es buena idea alquilar una bicicleta y dejarse llevar por el parque. También podremos coger un bote en los estanques. En cada castillo hay visitas guiadas. El conjunto forma parte de la reserva de la biosfera de Pálava, un área de caliza con montañas bajas, estribaciones de los Cárpatos. Bosques, praderas y humedales se alternan. El vino Mikulovská, alrededor de Valtice, constituye una gran denominación de origen con treinta pueblos. En la ciudad está el Salon Vín donde podremos catar los mejores. Estos son seleccionados durante el mercado vinícola de mayo. Es también la mejor época para disfrutar de los jardines.
Fotos: Marzper / Creativfoto
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