Protección sin fronteras
En los años 20 del siglo pasado, las áreas naturales protegidas eran muy escasas, pero aun así se empezó a anticipar una limitación. Las fronteras políticas son convenciones humanas de las que poco entienden flora y fauna. Si un país decidía nombrar un Parque Nacional en una zona limítrofe, inevitablemente surgía el problema de que la fauna seguiría saltando de lado a lado de la frontera. Polonia y Checoslovaquia firmaron un primer acuerdo para establecer un área protegida transfronteriza. Poco después, en 1932, Canadá y EEUU declararon el primer Parque de la Paz dándole al concepto una vuelta más con la cooperación y amistad entre países, además de dar cobertura legal al movimiento de comunidades indígenas. El primer Parque de la Paz fue Waterton-Glacier, en las montañas Rocosas norteamericanas. Hoy son más de 200 y están considerados una herramienta vital para la conservación medioambiental. Este de alta montaña da cobijo a especies amenazadas como los osos grizzli y los linces canadienses.
Que un Parque sea transfronterizo no implica que ambos países aporten la misma extensión. En el caso del canadiense Waterton y el estadounidense Glacier hay mucho desequilibrio: 4.000 kilómetros cuadrados del segundo y ocho veces menos del canadiense. Este está articulado en el lago homónimo situado entre las montañas Rocosas y las grandes praderas al este. Tres lagos se denominan Waterton y están unidos por canales. El alargado lago Superior está compartido con EEUU. Glacier recibió su nombre en el siglo XIX, cuando se contaban aquí unos 150 glaciares. Hoy apenas quedan una veintena en franca contracción. Los que persisten son los más de cien lagos que puntean las Rocosas, coronadas aquí en el monte Cleveland a 3.190 metros, y otros cientos de circos glaciares de menor tamaño. Por las temperaturas y composición química, muchos tienen aguas tan cristalinas que la mínima polución les afecta. Tras salir de las Rocosas, las aguas de Waterton-Glacier se dirigen a tres océanos diferentes regando todo Norteamérica.
Descargar a tres océanos supone que se citen especies de flora de todo el continente, superando pese al clima las mil especies vegetales. Gracias también a la escasísima ocupación histórica de los territorios, el ecosistema de Waterton-Glacier está considerado la joya de la biodiversidad norteamericana. Dependiendo del lado de las Rocosas y la altitud, los hábitats varían entre bosques de coníferas, árboles caducifolios y praderas alpinas. Las distintas comunidades de árboles se distribuyen de acuerdo a los variados climas. La fauna ha gozado de las mismas condiciones de conservación, de modo que, salvo los casos de bisontes y caribúes, todas las especies precoloniales siguen presentes y disfrutan de poblaciones totalmente equiparables a las del siglo XIX. Además de linces y grizzlis, en Waterton-Glacier viven glotones, alces, pumas, mofetas, marmotas y otras muchas especies encabezadas por la cabra blanca, símbolo de Glacier. Además se cuentan 260 especies de aves y una veintena de peces.
Nunca ha habido grandes ciudades cerca de Waterton-Glacier. Su ocupación por distintos nativos viene, no obstante, de unos 10.000 años atrás, aunque siempre hablemos de formas de vida sostenibles. En el siglo XVIII llegaron aquí los indígenas pies negros, que dominaron tanto las praderas al este de Waterton-Glacier como los Parques en sí. El primer contacto occidental fue la expedición Lewis y Clark de 1806, pero la figura clave para Glacier fue George Bird Grinnell. Fue el primero en coronar la mítica montaña Chief, situada hoy en la frontera entre Glacier y la Reserva indígena establecida casi a la vez que fue nombrado el Parque, garantizando así todos los valores de la región. Del otro lado, Waterton fue nombrado Parque en 1895. Su nombre recuerda a Charles Waterton, uno de los primeros conservacionistas británicos. Aunque también forman parte del desarrollo normal del Parque, la principal amenaza son los incendios.
Pese a la lejanía, cada año más de dos millones de personas visitan ambos Parques, muchos más en EEUU, aunque la oferta de alojamiento es igualmente generosa. No solo por extensión, sino porque cuanto más al norte más corta es la temporada turística, que en Canadá se reduce a julio y agosto. Lethbridge en Canadá y Kalispell en EEUU son los aeropuertos más cercanos, pero es probable que lleguemos de otras zonas más famosas como Banff o Yellowstone. La mejor manera de moverse es en coche atravesando la Sun Highway con sus miradores, aunque también podemos hacer una excursión en los famosos Jammer, antiguos Ford renovados a comienzos de siglo. Más de mil kilómetros de rutas de senderismo conforman la principal actividad de Waterton-Glacier. En el lado estadounidense, el recorrido más famoso es el Garden Wall, mientras que en Canadá son famosos Bear’s Hump y Crypt Lake. En algunos lagos es posible tomar un barco y pescar. Hay que seguir rigurosamente las medidas de seguridad para evitar ataques de osos.
Fotos: Troy Smith / Jan Mosimann
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