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Parque de Kinabalu

Parque de Kinabalu

Sabah (Malasia)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 22 07, 2019
  • Category:

Pulmón derecho


Entre las islas que enlazan Asia y Oceanía, Borneo es la más extensa. De hecho, se considera la tercera isla más grande del mundo y la mayor de Asia. En las antípodas del Amazonas, Borneo comparte su clima y es uno de los principales pulmones del planeta. Geográficamente, la isla está atravesada por una cadena montañosa de suroeste a noreste. La altitud sigue la misma dirección: en el suroeste apenas se alcanzan los 1.200 metros y al llegar al extremo noreste hace techo en los 4.095 del Kinabalu, el punto más alto entre el Himalaya y Nueva Guinea. Si unimos un contexto de riqueza natural tropical como el de Borneo con la gama de altitudes que hay en Kinabalu y los distintos sustratos que tiene, podremos entender la consecuencia: estamos ante uno de los puntos del planeta con mayor densidad de biodiversidad. En apenas unos kilómetros cuadrados contamos con más de 5.000 especies de flora, más de 300 aves y cien mamíferos. Entre estas especies se encuentran algunas carismáticas como las rafflesia con sus gigantescas flores y los orangutanes de Borneo o pongos, auténticos supervivientes entre los primates.

Pico Kinabalu con sus faldas cubiertas de vegetación

Kinabalu está a solo cuarenta kilómetros de la costa, casi al final de la cordillera Crocker. Su origen es plutónico, esto es: procede de una extrusión de magma que se abrió paso a través de la corteza para emerger en la superficie. Se calcula que el proceso arrancó hace unos quince millones de años y emergió hace solo un millón, por lo que se considera que está entre las más jóvenes del planeta, volcanes aparte. El aspecto actual de la roca es similar al granito, pero no es exactamente granito, sino granodiorita. Kinabalu sigue empujando hacia arriba, pero las principales fuerzas que le han afectado son las erosivas. Hasta el final de la última glaciación, Kinabalu estuvo sometido a fuertes presiones de los glaciares que lo cubrían. Estos le dieron forma, pero desaparecieron. De hecho, es raro que nieve. La roca desnuda domina su cima. Según bajamos metros, el clima se funde con el resto de la isla y surge el verde: primero en forma de matorral y pradera. Al llegar a las faldas, la jungla lo cubre todo.

Hasta el final de la Edad de Hielo, Borneo estaba unida a Java, Sumatra y el continente asiático, por lo que su bioma principal es el indomalayo. Las fosas en dirección a Sulawesi y Nueva Guinea hacen que comparta menos similitudes con estas, pero Borneo es punto de encuentro de los biomas de ambos continentes. Para procesar la biodiversidad de Kinabalu, baste decir que acumula tanta biodiversidad como Europa y Norteamérica juntas. Por poner ejemplos, en la parte superior se acumulan al menos 800 especies de orquídeas; también hay 600 de helechos, más que en toda África. Tanta profusión de especies conlleva inevitablemente un alto número de especies endémicas. Además, la profundidad de algunos cañones genera endemismos a pequeña escala. Este es el contexto en el que viven multitud de especies adaptadas a la selva: la mayoría de ellos, incluidos unos orangutanes que tampoco abundan, viven en los árboles. El endemismo en fauna es más reducido, pero sí entre los invertebrados.

Dos enormes flores de rafflesia en el Parque de Kinabalu

Siendo un pico tan alto y prominente, Kinabalu ha llamado la atención desde siempre. Para la etnia local, los kadazan, es sagrado por ser hogar de sus ancestros y fuente de leyendas. El primer occidental en coronarlo fue el naturalista británico Hugh Low en 1851. Coronó uno de los picos menores de la cima, pues el más alto exige escalada. Fue John Whitehead el que finalmente lo consiguió en 1888. Siguió atrayendo montañistas y la región llamó la atención de los botánicos. E. J. H. Corner lideró dos expediciones y, al final de la segunda, en 1964, se nombró el Parque Nacional, siendo uno de los primeros del país. Este hecho y lo complicado del terreno han librado a Kinabalu de correr la misma suerte que buena parte de Borneo, asolada por las talas masivas para plantar palma.

La entrada a Kinabalu se realiza por el aeropuerto de Kota Kinabalu. Desde aquí hay que buscar transporte a las oficinas centrales. Alrededor de estas, dentro del Parque, hay alojamientos. Como el monte está ganando fama es bueno reservar los permisos, que incluyen un guía, y lodges con antelación. El principal objetivo es claramente ascender el pico, una tarea asequible si no vamos a por el que exige escalada. La ruta más habitual arranca en Timpohon e implica dos días haciendo noche en Laban Rata. No obstante, es factible hacerlo en un solo día. Kinabalu es una zona de sismos y ha habido ya desgracias: es imprescindible seguir las indicaciones. Más habitual es tener problemas por el clima. Hay que evitar la estación lluviosa y pensar en abril, mes más seco.

Fotos: NepGrower / Mike Prince

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