Parque Nacional de Virunga

Gorilas en los volcanes

Cuando contaba con 31 años, Dian Fossey gastó sus ahorros en viajar a África. Conoció a los antropólogos Louis y Mary Leakey en Tanzania. Mary le habló de la pertinencia de estudiar los grandes primates tras el trabajo de Jane Goodall con chimpancés. Fossey volvió a EEUU, pero al reencontrarse en una conferencia con los Leakey acordó volver a África a estudiar los gorilas de montaña en Virunga, República Democrática del Congo. Seguiría así en 1966 los pasos del pionero George Schaller, que preparó el terreno a la científica. Lo que viene a la mente son los encuentros con los primates replicados por Sigourney Weaver en el cine. Entonces, como ahora, la situación del Congo no era la idónea para el trabajo científico. Tras ser apresada y escapar decidió cambiar de lado en las montañas Virunga pasando al lado ruandés. Fossey dedicó su vida al estudio y defensa de estos carismáticos primates. Asesinada en 1985 en extrañas circunstancias, su trabajo cambió radicalmente la visión de los gorilas, uno de los animales más fascinantes y amenazados que existen.

Un gorila de montaña en Virunga

Las montañas Virunga son parte del Rift oriental que produce todo tipo de actividad geológica en dos franjas que terminarán por partir África. Las depresiones y formaciones son constantes: los volcanes de Virunga van del lago Kivu en el sur al lago Eduardo. Algunos son tan activos como el Nyiragongo, con un lago de lava permanente en su cráter. Entre los inactivos destaca el Karisimbi, punto más alto con 4.507 metros. Como otros, forma frontera natural, en este caso con Ruanda. Al norte del lago Eduardo, el Parque continúa con las montañas Rwenzori, que enlazan con el siguiente lago, Alberto, para aumentar la longitud del Parque a unos 300 kilómetros. La altura aquí es superior y llega hasta los 5.109 metros del monte Stanley, tercer pico de África. Esto suma al Parque Nacional Virunga varios glaciares considerados una de las fuentes del río Nilo, aunque están retrayéndose. La expansión de Rwenzori fue un añadido posterior al Parque original, nombrado en 1925 por la Bélgica colonial. Tiene el honor de ser el primero del continente.

En sus orígenes, el objetivo de Virunga fue garantizar la supervivencia de los gorilas, por entonces unos desconocidos. Hasta 1960 el progreso fue bueno, con extensiones y actividad económica para garantizar la viabilidad del Parque. La caza furtiva era reducida, pero la situación cambió en los 60 con los tumultos nacionales. El ascenso del dictador Mobutu hizo despuntar a Virunga por su implicación personal, pero no era como antes. En los 80, con el declive de Mobutu, todo fue a peor: guardas forestales asesinados, infraestructuras echadas a perder y cazadores furtivos a sus anchas. El genocidio ruandés vino a sumar otro problema al ser Virunga usado como base segura para guerrilleros rebeldes. Aunque en los últimos años la situación se ha calmado, han aparecido otras amenazadas como las prospecciones petrolíferas, actividad industrial que se podría sumar a la industria de carbón de leña, que está haciendo estragos.

Cráter del volcan Nyiragongo en Virunga

Pese a este contexto, contra todo pronóstico las poblaciones de gorila han subido desde su punto más bajo en 1981. Aunque siguen estando en situación de extrema vulnerabilidad, entre los tres países suman unos 500 individuos. Una de las claves está siendo contrarrestar la acción del hombre con más implicación. Hay por ejemplo veterinarios que tratan a los individuos de los grupos más acostumbrados a nuestra presencia. Además de los gorilas, Virunga contiene la fauna tropical habitual de la zona, más los de sabana en algunas zonas bajas: elefantes de montaña, chimpancés, okapis, monos dorados, jirafas, hienas, etc. más unas 200 especies de aves. En las montañas Rwenzori, lo más sorprendente es la flora en las altitudes superiores. Varias especies se han adaptado a los cambios drásticos de temperatura entre el día y la noche con un tamaño desproporcionado, como las lobelias gigantes o los dendrosenecios.

El turismo, denostado en su día por Fossey, está siendo una palanca para atraer capital, mejorar las comunidades locales y favorecer la conservación. Antes de venir hay que informarse de la situación y, aunque esté mejorando, es mejor contratar con touroperadores locales. La ciudad de referencia en Congo es Goma. Tiene aeropuerto, aunque la mayor parte llegará de Uganda. Para la parte norte hay que viajar hasta Beni. Los alojamientos serán lodges o campamentos. La actividad estrella son los gorilas, en cuya presencia tenemos que seguir escrupulosamente las normas. En Congo, esta excursión es algo más barata que en Uganda o Ruanda. Las otras dos actividades típicas son el ascenso al volcán Nyiragongo, haciendo noche cerca de la cima para ver el cielo reflejar el rojo del lago de lava, y trekkings de varios días por las montañas Rwenzori. Aquí llueve todo el año, aunque de junio a agosto algo menos.

Fotos: Fanny Schertzer / Nina R