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Parque nacional del Manovo-Gounda St. Floris

Parque nacional del Manovo-Gounda St. Floris

Bamingui-Bangoran (República Centroafricana)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 26 03, 2018
  • Category:

Encuentro de fauna africana


La historia del rinoceronte negro occidental es una de las más tristes en cuanto a fauna salvaje se refiere. A comienzos del siglo XX, este animal disfrutaba de una sana población formada por 850.000 individuos localizados en el centro de África. En 2011, esta especie de rinoceronte fue oficialmente declarada extinta. Cómo se llegó a esta situación solo es explicable por la caza furtiva. En general, las especies del planeta son amenazadas ante todo por la reducción de sus hábitats. Sin embargo, para especies concretas, la cuestión de la caza furtiva puede ser más grave. Los cuernos de este rinoceronte se pagaban muy bien en el mercado negro, gracias sobre todo a su exportación ilegal hacia China y Vietnam, donde eran apreciados por sus imaginadas propiedades curativas. A pesar de todos los esfuerzos, los últimos ejemplares desaparecieron en Camerún. Un tiempo antes lo habían hecho en el que fue uno de sus santuarios: el Parque Nacional Manovo-Gounda St. Floris, en la República Centroafricana. Este Parque, cruce de caminos de fauna africana como pocos, necesita imperiosamente que su situación mejore. De otro modo, los guepardos o los rinocerontes negros podrían ser los siguientes en la lista.

Vista aérea de Manovo-Gounda St. Floris

Como en casi todo el país, el Parque contiene hábitat de sabana a una altitud de unos 500 metros sobre el nivel del mar. Manovo-Gounda St. Floris está limitado en el sur por el macizo des Bongo, una cordillera de arenisca. Esta zona más montañosa se va suavizando hacia el norte en un terreno ondulante. Lo atraviesan cinco ríos que parten del macizo y atraviesan el Parque antes de descargar en las cuencas de los ríos Bahr Aouk y Bahr Kameur, justo en la zona fronteriza con el Chad. Esta parte norte, mucho más llana, se inunda estacionalmente generando un sustrato adecuado para praderas y juncos. Sin embargo, el drenaje del terreno es muy ineficiente, lo que produce que en las pequeñas depresiones del terreno se acumule sustrato ferruginoso. En él solo crece el arbusto combretum, adaptado a este sustrato. Esta parte norte del Parque fue investigada por el científico Loevinsohn a finales de los 70. La zona del macizo, sin embargo, apenas ha recibido a investigadores extranjeros.

La flora del Parque evoluciona de acuerdo a la altitud y el sustrato, siendo más intensa en la zona montañosa, que también es la que más lluvia recibe. En todo caso estamos siempre en terreno de sabana. La razón de ser del Parque es su fauna. A nivel continental, Manovo-Gounda St. Floris supone un cruce de caminos entre la fauna africana del este y del oeste, así como del Sahel y de las zonas tropicales. La zona de St.Floris, más investigada, acumula 57 mamíferos diferentes. La zona es muy pródiga en llanuras y aloja a herbívoros típicos como las gacelas de frente roja, elefantes o jirafas. Tras ellos, depredadores especializados en espacios abiertos como los perros salvajes o los guepardos, pero también otros como el leopardo. En avifauna, Manovo-Gounda St. Floris es también relevante con sus 320 especies. Hay algunas como el picozapato que están en peligro de extinción. Otras muchas encuentran en la zona pantanosa del norte un lugar ideal para pasar temporadas largas. Especies migratorias como pelícanos y marabúes acuden aquí estacionalmente.

Hipopótamos en Manovo-Gounda St. Floris

La protección de Manovo-Gounda St. Floris nació en 1933 con la designación del Parque Nacional Oubangui-Chari. Tras varios añadidos, en 1979 se fijaron sus límites actuales, que cubren casi dos millones de hectáreas. Lamentablemente, la gestión del Parque es una de las más complicadas del mundo, algo agravado por la situación de descontrol gubernamental. Aquí son muy habituales la ocupación ilegal, la minería o el pastoreo trashumante ilegal. Con todo, el mayor problema es la caza furtiva por parte de grupos fuertemente armados. Cuatro miembros del Parque fueron tiroteados en 1997, lo que sumado a la guerra civil en marcha ha hecho que la gestión del Parque sea desconocida y seguramente inexistente. Algunas estimaciones hablan de una reducción del 80% de la fauna. Es bastante seguro que algunas especies se han extinguido o están al borde de hacerlo.

El turismo también ha notado la guerra civil: ahora es inexistente y está desaconsejado totalmente. En todo caso, en ningún momento llegó a despuntar por la inestabilidad de la República Centroafricana. La ciudad de Ndéle, a unas diez horas de la capital, es la base para ir a Manovo-Gounda St. Floris. Aquí es donde se pueden contratar safaris que utilizan la carretera que cruza el Parque en dirección a Birao. De junio a noviembre hay lluvias, por lo que es mejor visitar el Parque al acabar esta estación.

Fotos: José Tello

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