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Parque Nacional Los Alerces

Parque Nacional Los Alerces

Chubut (Argentina)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 18 02, 2021
  • Category:

Secuoyas del sur


El oficial de la marina inglesa Robert FitzRoy ha pasado a la historia como capitán del HMS Beagle que transportó a Darwin en un viaje que transformó la biología en el siglo XIX. FitzRoy y Darwin no solo estuvieron en las Galápagos, sino que rodearon el continente sudamericano. Allí vieron bosques de un árbol al que se pondría su nombre: Fitzroya cupressoides. Estas enormes y longevas coníferas, capaces de medir sesenta metros y alcanzar los 3.600 años, reciben el nombre de alerce, lahuán o simplemente ciprés patagónico. Oriundos de las zonas andinas de Chile y Argentina, son la estrella  de la ecorregión de bosque valdiviano, único bosque templado lluvioso de Sudamérica. Desgraciadamente, son la estrella no solo por su tamaño, sino su escasez. Los alerces fueron talados tanto, especialmente en el archipiélago chileno de Chiloé, que hasta la moneda local se denominó entonces real de alerce. Un solo árbol podía producir 600 planchas de madera que se exportaban al norte. Prohibida su tala desde 1976, hoy su mayor extensión protegida la supone el Parque Nacional homónimo en Argentina, un edén resultado de la acción glacial del pasado.

Paisaje del Parque Nacional los Alerces

La Patagonia andina es la sección más meridional de la larga cordillera que bordea Sudamérica por el oeste. Arranca aproximadamente en la zona argentina de Bariloche y llega hasta la Tierra de Fuego. Esta sección no es tan alta si la comparamos con los Andes centrales. Los picos más altos no superan los 4.000 metros, 2.307 metros si nos restringimos al techo de Los Alerces, el Cerro Situación. La razón es que aquí la placa sudamericana está parcialmente inundada por el Pacífico, donde se forman archipiélagos. El Parque contiene las principales características de los Andes patagónicos, cordilleras discontinuas cortadas por valles de origen glacial, muchos inundados formando alargados lagos como Menéndez, Futalaufquen, Amutui Quimei, etc. Esta hidrología es producto de la geografía, pero también de la intensa pluviosidad, que por un lado genera picos nevados y por otro llena de verde las laderas. Aunque de origen glacial, hoy la región está considerada templada y los glaciares prácticamente han desaparecido y están limitados a las zonas altas. Su acción del pasado se nota, eso sí, en los valles.

Las más de 250.000 hectáreas de Los Alerces están en una de las zonas más virginales del ecosistema, justo en la frontera con Chile, donde continúa el Parque Pumalín. La estampa es espectacular, con picos nevados cayendo desde zonas rocosas y de pradera alpina hacia lagos y circos glaciares de agua cristalina rodeados de bosques templados que se transforman en estepa al llegar al este. Los bosques son mayoritariamente de coníferas, especialmente cipreses. La parte más valiosa son las 7.000 hectáreas de bosque primitivo de las secuoyas de Sudamérica, los alerces. Un tercio de los argentinos están aquí, incluyendo el Abuelo, el más viejo con 2.600 años. Abajo destaca el colihue, un bambú que sigue amplios ciclos de cincuenta años que periódicamente dejan seco el manto del bosque. La fauna es la habitual de los Andes de estas latitudes, con especies relevantes como el amenazado cérvido huemul, el puma como superdepredador y el curioso monito del norte, uno de los escasos marsupiales fuera de Australia que tiene aquí su hábitat más meridional. Entre las aves destacan el cóndor andino y flamenco chileno.

Alerce el Abuelo en el Parque los Alerces

Los bosques de alerces en el Parque se beneficiaron de la excepcional rugosidad y lejanía del territorio, que nunca ha llegado a explotarse seriamente salvo el complejo hidrológico Amutui Quimei en el sur, una gran presa. No obstante, en Los Alerces se han encontrado restos de ocupación humana muy antigua en la zona del valle del río Desaguadero, incluidas pinturas rupestres similares a las del noroeste de la Patagonia. La llegada de los colonos no fue hasta el siglo XIX, pocas décadas antes del nombramiento como Parque en 1937, clave para proteger lo alerces, cuya tala era legal. Hoy apenas hay población en el interior, donde la mayor población es Villa Futalaufquen, sede central del Parque. La mayor amenaza la suponen los incendios, que se complican durante los periodos secos del bambú colihue.

Lo remoto de Los Alerces lo hace complejo de visitar, pero el turismo interno está más que establecido y anualmente vienen decenas de miles de visitantes. La localidad de referencia es Villa Futalaufquen, a la que se llega por tierra atravesando la escénica carretera 71 desde el aeropuerto de Esquel. También es posible llegar desde Bariloche, más frecuentada, unas cuatro horas al norte. Las principales actividades tienen que ver con los lagos: windsurf, kayak, pesca, etc. Para ver alerces hay un itinerario muy conocido, el alerzal milenario, que combina navegación y senderismo. Parte de Puerto Chucao y tras atravesar el brazo norte del lago Menéndez nos veremos rodeados de alerces, incluido el Abuelo. La mejor época para venir es entre enero y abril.

Fotos: Gobierno del Chubut / Cristian Barahona Miranda

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