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Parque Nacional Rapa Nui

Parque Nacional Rapa Nui

Valparaíso (Chile)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 18 12, 2021
  • Category:

Un mundo aparte


El 5 de abril de 1722 se celebró uno de los domingos de Pascua más recordados. No por la fiesta, sino porque el explorador holandés Jacob Roggeveen se topó con la isla de Pascua o Rapa Nui. La historia de esta pequeña y aislada isla del Pacífico es apasionante. Cuando Roggeveen llegó, Rapa Nui se encontraba en un momento sensible. Colonizada por polinesios sobre el siglo XII, los habitantes estaban enfrentados entre sí tras sufrir una fortísima reducción de población, posiblemente debido a la sobreexplotación de los recursos, incluida la total deforestación isleña. Peor sería el contacto definitivo con el resto del mundo en la segunda mitad del siglo XIX. Los traslados forzosos y las enfermedades prácticamente eliminaron a los rapanui. Con ello se perdió mucha parte de su cultura, que se ha intentado reconstruir a partir de sus petroglifos, cuevas, viviendas, plataformas ahu y especialmente sus casi 900 moais, las icónicas esculturas que protagonizaron la primera etapa de Rapa Nui.

Moais alineados sobre un ahu en Rapa Nui

Rapa Nui compite por ser el lugar habitado más aislado del planeta, solo por detrás de Tristan da Cunha. Son 1.850 kilómetros hasta la siguiente isla habitada y 3.500 hasta Sudamérica. Todo para una isla de solo 24×12 kilómetros de extensión. Su origen es volcánico, distinguiéndose bien sus tres conos principales, con el Terevaka fijando su techo en 507 metros. El clima es subtropical con frecuentes lluvias, pero su historia la aleja del paraíso verde que fue mientras se mantuvo virgen. Igual que le ocurrió a su rica avifauna, la llegada de los humanos cambió radicalmente el panorama. Descartadas las teorías de un origen sudamericano, los nativos llegaron de algún archipiélago de la Polinesia Francesa, más de 2.500 kilómetros al noroeste. En tan pequeño espacio, un rígido sistema de clases y el culto a los ancestros mediante los moais protagonizaron la primera etapa. Tocó techo en el siglo XVI, cuando la sobrepoblación y degradación ecológica cambiaron las tornas. La población se dividió por cinco.

El caos social se apoderó de Rapa Nui y los moais fueron sustituidos por el tangata manu u hombre-pájaro, competición entre los soldados de unos clanes en continuo conflicto. En la década de 1860, todo se complicó tras el choque colonial. Pocos años después, solo 111 rapanuis vivían confinados en la capital Hanga Roa. En 1878, Alexander Salmon adquirió la isla antes de vendérsela a Chile. En su gobierno se iniciaron las primeras labores arqueológicas, aunque la primera gran expedición fue la denominada Mana en 1913 de la mano de Katherine y William Routledge. Excavaron los primeros moais y entrevistaron a los rapanuis concluyendo que había continuidad cultural entre los primeros habitantes y los contemporáneos. Los Routledge iniciaron unas investigaciones que hoy se mantienen. En los años 50, otra expedición fue liderada por el noruego Thor Heyerdahl, famoso por su aventura con el Kon-Tiki. Entre sus miembros estaba William Mulloy, durante muchos años el principal experto de Rapa Nui. 

Moais dispersos por Rano Raraku, cantera de Rapa Nui

Pese a todo, las cuestiones sin resolver abundan, empezando por el rongorongo, una posible forma de escritura glífica aún sin descifrar. El legado físico de Rapa Nui está basado en su piedra volcánica, material protagonista en poblados como Orongo, los moai y los ahu. Estas son plataformas de piedra alargadas, de hasta 220 metros, situadas en la costa. Son una evolución de los marae polinesios y servían como altares para distintas ceremonias. Sobre algunos ahu se erigían los famosos moais, monolitos antropomórficos de distinto tamaño, pero similar aspecto, con una desproporcionada cabeza y parte del torso. Generalmente se esculpían en toba con herramientas de basalto, estando la mayoría en la principal cantera de Rano Raraku. Entre las incógnitas que rodean los moais están su traslado a cada ahu y las causas de la oleada destructiva que los tiró al suelo, como se los encontraron los primeros misioneros. Mulloy y otros se encargaron de restaurar algunos sitios reseñables como los ahus Akivi, Tahai y Tongariki. Otro símbolo cultural de los rapanui son los 4.000 petroglifos repartidos por la isla.

Pese a su aislamiento, Rapa Nui tiene en el turismo su principal industria. Hay vuelos diarios desde Santiago de Chile, a unas cinco horas, y con menor frecuencia desde Tahití, siendo el único problema el alto coste. La estancia habitual incluye tres noches alojándonos en Hanga Roa y yendo a los ahu en taxi, coche alquilado o excursión organizada con guías nativos. Además podremos descansar en playas como Anakena y Ovahe. También son habituales los recorridos a pie, espeleología y el buceo. Si queremos empaparnos de la cultura contemporánea de los rapanui, la mejor idea es coincidir con el festival Tapati, de dos semanas. La cocina indígena se basa en el Umu Rapa Nui, donde pescado y carne se colocan en un hoyo con leña y piedras candentes. Llueve todo el año, pero de abril a julio especialmente.

Fotos: Walkerssk / Frank Kehren

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