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Parque nacional Sangay

Parque nacional Sangay

Morona Santiago, Chimborazo y Tungurahua (Ecuador)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 10 06, 2018
  • Category:

Milenios de lava


Como ocurre en Colombia, Perú o Bolivia, la geografía de Ecuador está muy marcada por los Andes, que atraviesan el país de norte a sur. Al oeste queda la región costera, en el caso ecuatoriano muy beneficiosa para la agricultura, y al este la región amazónica. La zona montañosa está marcada por picos de origen volcánico y en varios casos nevados, pese a la latitud del país. El punto más alto es el Chimborazo, que supera los 6.000 metros. Un poco al este se localizan otros tres que superan los 5.000: Altar, Tungurahua y Sangay. Este último pasa por ser el volcán activo desde hace más tiempo: lleva 14.000 años en su estado actual. Los nativos lo llaman “espanta” y llevan siglos viéndolo actuar. La última erupción comenzó en 1934 y sigue en marcha. Además, Sangay da nombre a un Parque Nacional que, al expandirse a los lados, alberga las distintas ecorregiones del país. Estos territorios tienen además el añadido de que por su inaccesibilidad están prácticamente vírgenes, de modo que resguardan a una buena muestra de la biodiversidad andina ecuatoriana.

Monte Sangay con su collar nevado

Los tres volcanes dominan un paisaje marcado por la latitud. Sangay está justo debajo del ecuador, lo que garantiza una climatología bien nutrida de lluvias. Estas varían según la cara de las montañas: al este, la influencia de la cuenca del Amazonas hace que llueva unas cuatro veces más que en el oeste. El territorio es muy rugoso, con multitud de picos dentados. La zona más alta oscila entre los 2.000 y 5.000 metros. Aquí, los glaciares han dejado un paisaje lleno de profundos valles. La zona más alta está marcada por las calderas volcánicas, con presencia de lava y ceniza en los volcanes activos. La hidrología de Sangay es también muy intensa, especialmente en la cara este. Por aquí fluyen los principales ríos y se forman grandes cascadas. Hay también lagos, siendo el mayor la laguna Pintada, de cinco kilómetros de largo.

El de Sangay es, no obstante, un paisaje dinámico que en los últimos miles de años ha ido cambiando. La culpa la tienen los volcanes. El Sangay tiene unos 500.000  años y marca la frontera de la actividad por el sur. El siguiente volcán activo está ya en Perú, a 1.600 kilómetros. Su continua actividad ha hecho que forme cúpulas de nubes que se elevan por encima de su cima, a 5.230 metros. Esta cima tiene tres cráteres y una forma clásica, collar de nieve incluido, que recuerda visualmente al monte Fuji. El otro activo es el Tungurahua o garganta de fuego, activo desde 1999. Entonces fundió sus glaciares y empezó a rugir. No es tampoco raro en este volcán, activo desde hace 1.300 años. El Altar o Kapak Urku es visualmente muy distinto, pues ha perdido la forma clásica de volcán. En su lugar tiene nueve picos por encima de los 5.000 metros formando una herradura de tres kilómetros. Entre ellos se ha formado una caldera volcánica, laguna Amarilla, rica en azufre.

Laguna Amarilla a los pies de El Altar

Todo el territorio del Parque Nacional Sangay está en estado prácticamente virgen. Aquí solo vivían unos pocos indígenas huamboyas cuando llegaron los españoles. Estos tampoco le prestaron mucha atención y solo sondearon la zona en busca de oro. Así, flora y fauna se desarrollan con tranquilidad. Están muy marcados por dos variables: altitud y orientación, que marca la pluviosidad. En la cara este, por debajo de los 2.000 metros estamos ya en pleno bosque subtropical. En la fauna influye especialmente la altitud. En las zonas altas destaca el tapir andino, la especie de tapir más amenazada de las cuatro que hay. Comparte espacio con pumas y zorros andinos. Más abajo, la estrella es el oso de anteojos, único autóctono de Sudamérica. Viven también varios felinos encabezados por el puma, el pequeño cérvido pudú y las amenazadas nutrias gigantes. Las aves suman unas 500 especies. Los cóndores andinos abundan, pero también las pequeñas y esquivas rupícolas o el colibrí más grande, el picaflor gigante.

La carretera panamericana recorre el oeste del Parque y es la más accesible. Tiene varias localidades para alojarse: Ambato es la más grande; Baños, que como indica su nombre tiene fuentes termales; Riobamba; y Alausí, salida del mítico y turístico ferrocarril Nariz del Diablo. En todas podemos organizar actividades montañeras. El este es menos turístico, pero mucha gente llega parcialmente para recorrer la vertiginosa carretera entre Baños y Puyo. Sangay y Tungurahua son coronados habitualmente. En ellos, lo más complicado es la actividad habitual de ambos. Paradójicamente, el más complicado es el único inactivo. El pico más alto de El Altar, el Obispo, es técnicamente complejo. La laguna Amarilla es sin embargo un trekking muy habitual. No es complicado, pero el camino incluye zonas muy embarradas. De mayo a enero hay menos lluvias en esta zona.

Fotos: Albert BackerFrancesco Bailo

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