El círculo de la vida
Una de las imágenes más clásicas y repetidas de los documentales de naturaleza es la de inmensas manadas de ñus intentando cruzar un río infestado de cocodrilos, mientras grupos de leones esperan pacientemente su turno observando la escena. Este espectáculo anual tiene como marco el Parque Nacional del Serengueti. El río es el Grumeti y las manadas de ñus están en ese momento buscando nuevas zonas de pastos en el oeste del Parque. Además, aprovechan el río para saciar su sed. Les acompañan cientos de miles de cebras, gacelas y otros ungulados seguidos de toda clase de depredadores en lo que es una de las mayores migraciones terrestres del mundo. Cada año, todos estos herbívoros hacen un movimiento circular de unos 2.000 kilómetros de longitud sobre un territorio que combina sustrato volcánico, hidrología adecuada y el propio abono de los herbívoros para conformar un rico territorio. Las praderas del Serengueti, el lugar donde el campo se extiende sin fin según el idioma masai, son también el territorio donde la palabra safari adquiere todo su significado.
Los masai llevaban pastoreando en el Serengueti unos doscientos años cuando el primer occidental pisó sus tierras. Era el joven alemán Oscar Baumann, un cartógrafo, explorador y etnógrafo que se acercó en 1892 a este sitio del este de África con una expedición de 200 personas. Antes incluso de que el territorio pasara a manos británicas, estos empezaron a organizar cacerías de leones en el Serengueti. Los excesos llevaron a crear una primera zona de reserva en 1921, ampliada pocos años después. Este fue el germen del parque, que se crea oficialmente en 1951. Con esta creación y la dirección de Myles Turner se pudo empezar a detener el problema de la caza furtiva, que históricamente ha sido el más grave en el Parque. El conservador alemán Bernhard Grzimek y su hijo grabaron aquí uno de los primeros documentales de naturaleza en los años 50 con el objetivo de llamar la atención mundial sobre la degradación del Serengueti.
Con los británicos al frente se fue ampliando el territorio del Serengueti y se tomaron medidas polémicas, como el realojo de todos los masai en el área de conservación de Ngorongoro, al sureste. Actualmente, en el Parque solo hay un pequeño asentamiento llamado Seronera para la policía del Parque. Tiene además un pequeño aeródromo. Sin embargo, nada ha sido del todo suficiente y algunas poblaciones están bastante diezmadas, sobre todo los rinocerontes negros con 200 ejemplares, los elefantes, los guepardos y los perros salvajes. Además de la caza furtiva, el principal problema es la crisis hidrológica que está sufriendo el Serengueti tras años de sequías. Se está planteando ampliar el Parque hasta el lago Victoria para crear un corredor libre. Así, los animales tendrían una fuente de agua aparte del río Mara, que forma la frontera con Kenia.
Flanqueado en casi todos sus bordes por otros Parques o áreas de conservación, en el Serengueti se pueden distinguir tres zonas. La extensa y desnuda llanura que le da nombre es donde los herbívoros se pasan la mayor parte del año y donde más fácil es hacer safaris. En esta llanura hay pequeños promontorios graníticos llamados kopjes donde se resguardan los depredadores para tener mayor visibilidad de sus posibles víctimas. El corredor del oeste incluye el río Grumeti, donde los ungulados tienen su encuentro con los cocodrilos del Nilo. Toda esta zona pantanosa es mucho más húmeda, como el norte, donde el bosque y las pequeñas colinas abundan más en torno al río Mara. En esta tercera zona es donde más fácil es ver elefantes y jirafas. La biodiversidad del Parque es tan excepcional que es imposible resumirla. Comienza con los cinco grandes (leones, leopardos, elefantes, rinocerontes negros y búfalos) y continúa con pequeños depredadores, reptiles, 500 aves distintas con la mayor población de avestruces, etc.
Unos 90.000 turistas hacen safari anualmente en el Serengueti y suponen involuntariamente otra de las causas de presión del Parque. La mayor parte entra desde el aeropuerto de Arusha, unos 325 kilómetros u ocho horas al este, en la zona del Kilimanjaro. Otra opción es tomar un pequeño avión y entrar por Seronera, aunque es más caro. Dentro del Serengueti se puede uno alojar en campamentos fijos o móviles y en los famosos lodge, una palabra originada aquí. Además de safaris en todoterreno se puede hacer visitas en globo. En ambos casos no hay que olvidar el teleobjetivo, está claro. Dependiendo de la época del año se visitará una parte del Parque u otra: la cuestión es ir donde estén los herbívoros. De diciembre a mayo suelen estar en la llanura. Entre junio y julio llegan al Grumeti y luego van al río Mara, de donde poco a poco empiezan a bajar hacia el sur para cerrar el ciclo.
Foto: Philip Sheldrake / gmacfadyen
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