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Parques de las Montañas Rocosas Canadienses

Parques de las Montañas Rocosas Canadienses

Columbia Británica y Alberta (Canadá)

Paisajes y fósiles


Las Montañas Rocosas forman un arco de 4.800 kilómetros relativamente paralelo a la costa oeste norteamericana, cruzando en su camino la frontera entre Canadá y EEUU. Cuanto más al norte, más alpino es el paisaje y menos explotación humana ha sufrido. En la sección canadiense, los Parques Nacionales son tan extensos que se solapan. Los de Banff, Jasper, Kootenay y Yoho suman más de 20.000 kilómetros cuadrados. Aunque nacieron hace mucho, las Rocosas se empezaron a elevar más hace ochenta millones de años por la orogenia Laramida. Varias placas se introdujeron debajo de la norteamericana empujando hacia arriba la superficie, que luego fue sufriendo la erosión natural. Mucho antes de este proceso, partes de lo que hoy son las Rocosas estaban bajo el mar. Una de ellas, la zona de esquisto de Burgess, produjo las condiciones necesarias para que se generara uno de los sitios de fósiles de partes blandas más prolífico, conservado y antiguo del mundo. Su pequeña fauna marina tiene 508 millones de años, en medio del periodo Cámbrico.

Lago Peyto en el Parque Banff de las Rocosas Canadienses

Las Rocosas canadienses son, en realidad, la parte más oriental de la denominada Cordillera Norteamericana, que se extiende en esta región hasta la misma costa. Al este quedan las grandes llanuras forradas de praderas. El pico más alto es el monte Robson con 3.954 metros, aunque más de una docena superan generosamente los 3.000 metros. El pico Snow Dome es relevante por ser el vértice hidrológico que separa las tres direcciones de desembocadura de los numerosos ríos, nutridos en varios casos por los glaciares supervivientes de la Edad de Hielo que esculpió valles en U y lagos glaciares. Algunos de estos lagos forman las postales más famosas de las Rocosas, especialmente en Banff. Combinan el paisaje alpino con una particular geología de polvo de roca en suspensión, lo que les da un color turquesa inolvidable como el del lago Peyto. El arco de Parques está dividido en dos. La sureste la conforma Banff junto a los menores Kootenay y Yoho, que aloja el sitio de esquisto de Burgess. Un corredor lleva al más extenso, Jasper, que tiene su punto más famoso en el lago Maligne.

Las Rocosas distribuyen sus ecosistemas según altitud y latitud en montano, subalpino y alpino, estando la línea de árboles a menor altitud que en EEUU. En Banff, por ejemplo, está a unos 2.300 metros. El hábitat subalpino ocupa aproximadamente la mitad del territorio y concentra los principales bosques. Estos son generalmente de coníferas como píceas, pinos y abetos, pero también veremos sauces o álamos. La fauna se ha beneficiado de la poca densidad histórica de las Rocosas y se cuentan hasta 56 mamíferos. Los más carismáticos de todos son los osos, aunque tampoco abundan: unos 200 grizzlis y otros 200 osos negros. Mucho más numerosos son herbívoros como uapitíes, alces y ciervos. Tienen como depredadores los pumas, linces, lobos, zorros, etc. Dado el clima, los reptiles y anfibios escasean, pero las aves son también numerosas. Entre las 280 especies destacan las rapaces.

Fósil de trilobites hallado en Burgess, en las Rocosas Canadienses

Esta fauna vive en un entorno estable por la temprana protección. Banff es el Parque más antiguo de Canadá, Yoho tiene un año menos y Jasper y Kootenay son de comienzos del siglo XX. Aun así, especialmente en Banff la presencia humana se hace sentir, siendo el principal problema una autopista y línea ferroviaria que parten en dos islas de biodiversidad el Parque. La lucha entre conservacionistas y desarrollistas viene de lejos y es la raíz de la creación de Banff. Ha habido triunfos por ambas partes, sufriendo los conservacionistas una dura derrota en 1911 con la reducción del Parque en el este para permitir talas y pastoreo. Dos años antes, Charles Walcott dio un giro a la relevancia de las Rocosas al descubrir fósiles en Burgess. En los 60, todo su material fue reinterpretado y puesto en valor. Hoy se considera una de las colecciones más prolíficas. Solo la cantera Walcott proporcionó 65.000 fósiles de 150 especies.

Las Rocosas son sin duda la estrella de todo viaje al oeste canadiense y los visitantes se cuentan por millones: unos cuatro en Banff y la mitad en Jasper. Calgary es la puerta de entrada, a solo hora y media. Lo mejor es alquilar un coche y viajar por las carreteras secundarias viendo el paisaje. La extensión es enorme, así que podemos dedicar los días que queramos. Se puede hacer noche en Banff pueblo, pero al estar limitado en tamaño mucha gente termina en Canmore, justo a la entrada. De infraestructuras tenemos teleféricos en Banff y Jasper, numerosos balnearios históricos como Cave and Basin y una pasarela acristalada, Glacier Skywalk. Hay multitud de kilómetros para hacer senderismo de todos los niveles y, si nos atrevemos a coronar picos, el más accesible es Temple. Salvo que queramos nieve, el momento ideal es el verano, imprescindible si queremos disfrutar del turquesa del lago Peyto.

Fotos: Emmanuel Milou / James St. John

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