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Puente-canal y canal de Pontcysyllte

Puente-canal y canal de Pontcysyllte

Gales y Tierras Medias Occidentales (Reino Unido)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 10 04, 2022
  • Category:

Puentes de agua


En el siglo XVII se desarrollaron en Europa los modernos sistemas de canales para mercancías. Por todo el continente se multiplicaron proyectos que generalmente declinarían con el ferrocarril. Los sistemas de esclusas fueron fundamentales, pero otro accidente geográfico presentaba un mayor reto. Las súbitas depresiones causadas por los valles fluviales no dejaban espacio y la solución directa, atravesarlas con un puente, no era trivial. Canales como el Midi francés se atrevieron con complejos puentes-canal que tenían que ser totalmente estancos para no dañar la estructura. Fue el brillante ingeniero británico Thomas Telford el que introdujo el hierro forjado y fundido en el puente-canal de Longdon-on-Tern. La prueba del poder de los nuevos materiales quedó cristalina en el espectacular Pontcysyllte, un hito de la ingeniería de comienzos del siglo XIX elevado 38 metros por encima del río Dee. Fue parte de un costoso proyecto para unir la industria galesa del río Severn con el puerto de Liverpool que se quedó a medias, pero impulsó tanto los puentes-canal como la fama de Telford como ingeniero.

Puente-canal de Pontcysyllte

Dirigido por William Jessop, el canal Ellesmere fue uno de los proyectos más ambiciosos de la Revolución Industrial. Su sentido era enlazar las cuencas fluviales del Severn y Mersey atravesando las minas galesas y llegando a Liverpool. Finalizada la parte más sencilla en el norte, los peajes ayudaron a acometer la siguiente sección, más accidentada. Los costes, sin embargo, fueron un obstáculo insalvable. La conexión fue descartada al norte y sur, por lo que el tramo Llangollen quedó aislado. Es más, los ingenieros tuvieron que crear un aliviadero en el río Dee, las cataratas Horseshoe, para proveer agua al canal. Con el fin de dar sentido a la inversión se horadó un canal más sencillo hasta Hurleston para unirlo al concurrido canal de Chester. El canal animó la economía de Ellesmere durante la primera mitad del siglo XIX, pero cuando esta actividad declinó, el canal perdió utilidad. A mediados del siglo XX ni siquiera era navegable, pero fue restaurado e inició una segunda vida gracias al turismo.

Aunque el canal Llangollen se considera hasta Hurleston, la sección Pontcysyllte son sus primeros 18 kilómetros, casi totalmente en territorio galés. En su extremo este encontramos rápidamente el primer gran obstáculo a salvar, el río Ceiriog. La solución adoptada fue un puente-canal nombrado por la cercana Chirk. Diseñado y construido por Telford, fue como una prueba de estrés para Pontcysyllte, pues la solución es similar, pero las dimensiones menores. Aun así, Chirk tiene 220 metros de longitud y 21 de altura, lo que en su finalización en 1801 supuso un récord. Telford puso a prueba su idea de utilizar hierro para hacer estanca la parte navegable. Originalmente solo en la base, pero con las décadas hubo que reforzar los lados. A diferencia de Longdon-on-Tern, Chirk está embellecido con piedra arenisca. Nada más pasar el puente-canal se encuentra el túnel de Chirk de 421 metros, bastantes más que el cercano túnel de Whitehouse.

Puente-canal de Chirk

A lo largo del canal hay pequeños puertos fluviales que servían para cargar mercancías. El más extenso es el de Trevor, que conserva edificios originales. Originalmente tenía que conectar con la parte norte del canal Ellesmere, por lo que los diez kilómetros desde aquí hasta las cataratas Horseshoe fueron la sección improvisada para proveer de agua al canal. Justo antes de Trevor está el icónico puente-canal de Pontcysyllte. Tras diez años de construcción, su finalización en 1805 supuso la apertura definitiva del canal. Telford diseñó un extraordinario puente-canal con 19 arcos simples que salvan los 307 metros del valle del Dee. Los arcos de Pontcysyllte utilizan hierro en su estructura, algo que aligeró mucho el aspecto exterior. Se aprecia al comparar con los puentes-canal de Midi y con el propio de Chirk. Igual que en este, la anchura de Pontcysyllte no permite que dos barcazas no se pueden cruzar.

El turismo en Pontcysyllte empezó cuando aún estaba operativo. Hoy lo visitan anualmente cientos de miles de personas, lo que se traduce en miles de cruceros en barcaza, motorizadas o tiradas por caballos, que se pueden tomar en distintos puntos. Si no queremos navegar, es posible llegar a puente-canal de Pontcysyllte desde Llangollen en autobús, aunque es muy cómodo utilizar transporte privado. El de Chirk está a la salida del pueblo homónimo, así que es posible llegar andando. En ambos casos, así como el túnel, hay un paseo pedestre en paralelo al canal, así que podemos cruzarlos a pie gratuitamente. También es buena idea bajar por otros caminos que nos darán mejores perspectivas de los puentes-canal. En Chirk merece la pena visitar su castillo, construido por Eduardo I junto a otros del norte de Gales. El canal está habilitado todo el año, aunque la zona en invierno puede ser muy fría y lluviosa.

Fotos: DeFacto / Richard Green

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