India antes de India
Antes de las culturas del valle del Indo, en el subcontinente indio no hay apenas constancia de asentamientos prehistóricos. Salvo casos aislados fueron más habituales los asentamientos esporádicos y el uso de refugios rocosos. Los más valiosos por la información que han aportado y su arte son los de Bhimbetka. Las cifras bailan por la dificultad para datar con exactitud las fases, pero se estima que distintos homínidos frecuentaron la zona, plena de recursos naturales, antes de los Homo Sapiens. Nosotros fuimos responsables de los 133 refugios en los que se ha identificado arte tanto rupestre como histórico. La datación del arte más antiguo de Bhimbetka también está sujeta a debate, con estimaciones más o menos conservadoras y una edad aproximada de 10.000 años, dentro del periodo mesolítico indio. Tan interesante como su antigüedad es su continuidad temporal. Tanto es así, que en el siglo XIX se creyó que eran pinturas de origen budista y hoy siguen teniendo lazos culturales con los nativos locales.
Esta región se encuentra en el centro de la India, en las montañas Vindhya, una cordillera discontinua que corre paralela al río Narmada. No es una zona muy elevada, pero sí muy boscosa y simbólica para el hinduismo. Bhimbetka es una de sus colinas y en su entorno se localizan los refugios rupestres. Las primeras noticias de las pinturas llegaron a oídos británicos a finales del siglo XIX, pero fueron inicialmente relacionadas con los budistas. Tuvo que ser el arqueólogo indio Vishnu Shridhar Wakankar el que en 1957 empezara a desentrañar el verdadero pasado de Bhimbetka. En un contexto arqueológico muy diferente, Wakankar había visitado cuevas rupestres europeas como Altamira y Lascaux. En los 70 se iniciaron los trabajos para excavar y catalogar los centenares de refugios rupestres tanto de Bhimbetka como otras montañas de los alrededores como Lakha Juar. Wakankar fue el primero en identificar los distintos estratos que situaron a Bhimbetka como un sitio fundamental para entender el subcontinente indio desde la última etapa del periodo achelense hasta la Edad Media.
La principal dificultad es relacionar el registro arqueológico de herramientas de distintas épocas con las pinturas. Estas están además mezcladas en muchos refugios, lo que complica la datación. Grosso modo se distinguen dos grandes grupos. Las más antiguas, generalmente en colores blanco y rojo, muestran figuras zoomorfas y escenas de caza propias de sociedades de cazadores-recolectores. Son un auténtico catálogo de la macrofauna de la época, en muchos casos extinta. En menor medida hay también escenas de danzas, instrumentos, mujeres embarazadas, etc. El otro gran grupo es más heterogéneo y muestra la evolución de Bhimbetka a sociedades agrarias en contacto con otras regiones como Malwa, que ha servido de referencia para datar algunas. Entre la variedad de motivos destacan escenas de pastoreo, vehículos como carros, figuras geométricas, inscripciones budistas y narrativas pictóricas como grandes procesiones y batallas. La variedad de las pinturas en tamaño, complejidad de trazo y de composición es igualmente muy acusada.
En medio del bosque se encuentran los cinco núcleos que suman los abrigos rupestres de Bhimbetka, generalmente grandes peñas monolíticas de arenisca muy erosionadas. Además de cientos de herramientas prehistóricas, en algunas se han encontrado restos de paredes y suelo de la Edad de Piedra y la de Hierro que se encuentran entre los más antiguos del mundo. Una de las cuevas más famosas y extensas es la zanja III F, más conocida como cueva del Auditorio. Se trata de una estructura natural con cuatro entradas, una en cada punto cardinal, con plano en forma de cruz latina. Dada la forma y el espacio interior, a muchos les recuerda a una catedral. El principal lienzo rocoso en el Auditorio es la peña conocida como la del Jefe. Otros abrigos rupestres conocidos en Bhimbetka son la Roca Zoo, pintada en dos fases y con una nutrida representación de la fauna local, y la Roca Jabalí, una de las escenas más famosas en la que una enorme criatura persigue a un cazador.
Bhopal, conocida como la ciudad de los lagos, es la más cercana a las cuevas de Bhimbetka. Es buena base para visitar otros lugares como Sanchi, aunque al estar en direcciones opuestas es complicado, aunque no imposible, combinarlos en un día. Para llegar a Bhimbetka podemos tomar un autobús o ir en transporte privado. En ambos casos nos llevará poco más de una hora, pero en el primero tendremos un trecho andando hasta la entrada. Aunque las cuevas se cuenten por cientos, la visita turística es relativamente sencilla pues hay un itinerario a pie que nos va llevando por los principales abrigos rupestres hasta llegar a un mirador sobre otra peña. En total destinaremos unas dos horas, dependiendo del tiempo que dediquemos a las pinturas. Es muy buena idea venir con guía para interpretar las escenas y situarlas temporalmente.
Fotos: Jean-Pierre Dalbéra / Dinesh Valke
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