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Región de interés panorámico e histórico de Huanglong

Región de interés panorámico e histórico de Huanglong

Sichuan (China)

Travertino de altura


Las piscinas naturales formadas por travertino son de una belleza difícil de igualar. Aunque escasas, hay un buen puñado repartidas por sitios tan famosos como los lagos Plitvice en Croacia, Pamukkale en Turquía o el Parque Nacional Yellowstone. Si al travertino le sumas un fondo alpino de montañas nevadas y nutridos bosques en los que te puedes cruzar con osos panda, la composición es completa. Es el paisaje que ofrece un sitio menos conocido como Huanglong, cada vez más visitado junto al cercano Jiuzhaigou. Ambos valles forman parte de las montañas Min, que tienen en Huanglong su punto más alto. Son los 5.588 metros del pico Xuebaoding, que conserva los glaciares más orientales de China. Hacia el norte cae el valle Huanglong, de forma que en pocos metros pasamos de nieves perpetuas a un bosque caducifolio con piscinas de travertino en el que las combinaciones de niebla matutina y la profusión de colores forman inolvidables postales.

Piscinas de Huanglong con las montañas Min al fondo

El río Min, afluente del gran Yangtsé, vertebra las montañas homónimas recogiendo agua de varios valles. Sirve como línea divisoria para las dos zonas escénicas de Huanglong: el propio valle de Huanglong y la región de Muni. Esta segunda es menos conocida, pero las deposiciones de calcita típicas del travertino siguen siendo las protagonistas. En Muni se acumulan en las sucesivas cascadas del valle de Zhaga, en el que la verticalidad no permite la formación de estanques estables. La cascada que lleva el nombre del valle es especialmente deslumbrante: con 93 metros de altura y 35 de ancho es la cascada de travertino más grande de China. Para llegar a ella atravesaremos un bosque primitivo que se alterna con el bambú, alimento casi único del habitante más carismático de las montañas Min, el oso panda. No es nada fácil verlo, pero en esta zona es posible. Más salvaje aún es la zona de lagos de Erdaohai, el más grande y bello de los 400 que se suceden junto a cuevas.

Al este del río Min queda la estrella de la región: el valle del Huanglong o dragón dorado. Este valle de caliza de tres kilómetros y medio tiene multitud de arroyos y manantiales que arrastran la caliza hasta formar deposiciones que en poco tiempo, a escala geológica, forman piscinas de travertino. Las diferentes composiciones de algas y bacterias de cada una generan toda una gama de azules. Las primeras que encontramos son las de Yingbin, a unos 3.200 metros de altitud. Desde ahí iremos ascendiendo por un bosque caducifolio y de coníferas. Los bosques, entre los que podemos ver al esquivo langur chato dorado, llegan a los 3.600 metros. Desde aquí parten los prados alpinos hasta llegar a los glaciares y las cimas rocosas. Por el camino se suceden cuevas, cascadas y las zonas de piscinas de travertino. Algunas tienen árboles en las propias piscinas, como la zona de Bonsai. Casi al final se encuentra Shita Zhenhai, las piscinas multicolores. Aquí, una profusión de centenares de pequeñas piscinas superpuestas forma la foto más conocida.

Cascada de Zhaga en la región de Huanglong

Los valles de las montañas Min no fueron realmente explorados hasta el siglo XX, siendo hogar de pastores tibetanos. Por tanto, el frágil travertino ha sufrido bastante menos que en otras zonas mucho más explotadas como Plitvice o Pamukkale. El valle de Huanglong es así una zona más natural, aunque el creciente turismo está suponiendo cierto estrés al travertino. Entre las construcciones solo cabe destacar un par de templos budistas junto a las piscinas. La puerta de acceso a Muni sí tiene más historia gracias a la ciudad de Songpan, a orillas del Min. Esta milenaria ciudad fue fundada en el periodo Tang y funcionó como frontera entre Tíbet y China. Destacan sus murallas y las puertas de acceso a la ciudad.

Aunque hay turistas que llegan aquí desde Chengdú en un duro viaje de seis horas en autobús, el aeropuerto de Jiuzhaigou-Huanglong está atrayendo a cantidades muy superiores de turistas que invariablemente visitan tanto Jiuzhaigou como Huanglong. En todo caso, en toda esta zona tendremos carretera de montaña y el desplazamiento no es sencillo: es mejor moverse en transporte privado previamente acordado. La visita al valle de Huanglong lleva unas 4-5 horas teniendo en cuenta que un funicular ahorra un buen tramo. Hay que tomárselo con calma para evitar el mal de altura. La parte de Muni, menos frecuentada, es fácilmente accesible hasta las cascadas Zhaga. Si queremos ir a Erdaohai lo mejor es optar por los caballos, típicos en la zona. De mayo a agosto hay lluvias, así que lo mejor es ir al acabar esta estación. Si vamos antes encontraremos muchas piscinas secas. En pleno invierno es posible encontrarse algún puerto de montaña cerrado por la nieve, pues alcanzan hasta los 4.000 metros. En esta época tampoco funciona el funicular.

Fotos: iheartpandas / rheins

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