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Sistema hidráulico histórico de Shushtar

Sistema hidráulico histórico de Shushtar

Juzestán (Irán)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 25 05, 2019
  • Category:

Consultoría hidráulica romana


Irán no es un país de grandes ríos, aunque algunos tienen su relevancia. El Karún tiene el mayor caudal y mayor longitud entre los que fluyen íntegramente por el país. Es además el único navegable. Nace en las montañas Zagros y es embalsado varias veces antes de llegar a la llanura de Susa y enfilar su desembocadura en el delta del Shatt al-Arab, confluencia del Tigris y Éufrates. Son unos 800 kilómetros, a pesar de que en línea recta hay solo 250 desde el nacimiento hasta la desembocadura. Karún no compite con las grandes cuencas mundiales, pero es un histórico río que se identifica con uno de los cuatro ríos del Edén. Ha sido y es la arteria económica del suroeste de Irán y la antigua Persia como vía de transporte y fuente de agua. Ahvaz es hoy su ciudad más poblada, pero otras como Shushtar tienen más historia. En esta ciudad, los persas mostraron al mundo su dominio del agua hace 1.750 años. Heredaron los conocimientos de elamitas, sumerios, romanos y nabateos para idear un complejo sistema hidráulico con presas, puentes, molinos y túneles.

Vista de la zona de presas y molinos de Gargar en Shushtar

Es con los elamitas cuando nace la ciudad como Adamdun y se inician los primeros proyectos de irrigación sobre el siglo XIII a.C., seguramente influenciados por sumerios. En tiempos del persa aqueménida Darío el Grande se arregló el sistema y se creó el primer canal artificial, Dâriun, hoy al oeste de la ciudad. Es en el siglo III cuando la hidráulica entra en su fase avanzada bajo el emperador sasánida Shapur. Según fuentes posteriores, un grupo de presos romanos liderados por Andimeshk aportaron tanto el diseño como la mano de obra. Suyo es el proyecto de Band-e Kaisar o Shâdorvân, presa y puente sobre el río Karún. Además, la presa divertía el agua hacia el canal Dâriun a través de túneles o qanats, técnica ideada por los persas. Cuentan las crónicas que entre este grupo de romanos estaba el emperador Valeriano, apresado por Shapur en el 260 pese a su rendición. Este grupo aportó la influencia romana e indirectamente nabatea al sistema de Shushtar. Encumbró a la ciudad hasta convertirla en la capital de verano de los sasánidas.

Band-e Kaisar fue complementada por otra presa aguas arriba: Mizân. Controlaba el flujo hacia aquella y también divertía el agua hacia otro canal artificial, el de Gargar, que se convirtió en la arteria principal de Shushtar. El canal Gargar continúa hacia el sur e irriga toda una zona de 40.000 hectáreas, permitiendo el despliegue de una serie de actividades económicas: agricultura, especialmente de caña de azúcar, acuicultura, molinos de agua, transporte, defensa de la ciudad y también agua corriente y refrigeración en los hogares. Tal fue la influencia del canal que la zona cambió su nombre por Mianâb, el paraíso. Pequeñas presas controlan el flujo de agua aquí y complementan los dos canales principales. Cuando los musulmanes llegaron a esta zona se quedaron maravillados por el sistema de Shushtar y lo siguieron utilizando y conservando. Con el tiempo, sin embargo, las periódicas crecidas fueron dañando las presas, que quedaron inutilizadas sobre el siglo XIX. Parte fue restaurada en el XX. No el puente y presa arqueado romano, Band-e Kaisar. Llegó a medir medio kilómetro y hoy está en ruinas.

Restos del puente romano de Shushtar

Aún hoy, el núcleo de Shushtar es una isla artificial entre los canales de los sasánidas. Gargar sigue plenamente en uso casi dos milenios después. Contiene la parte más visible y espectacular. En su recorrido forma una presa secundaria frente a un acantilado en el que se alza la ciudad. De la presa parten túneles de agua hacia la base de las viviendas. Todo el conjunto forma bonitas cascadas acompañadas de viejos molinos hasta que el canal vuelve a calmarse. Partes del canal han sido modernizadas. Dos edificios, hoy en ruinas, eran parte integral del sistema y se sitúan a orillas del Karún. Nada más pasar la primera presa está la torre Kolâh-Farangi, encargada de medir el nivel del agua. Sus lecturas se analizaban para tomar decisiones en el castillo Salâsel.

Shushtar tiene hoy unos 200.000 habitantes y está a unos noventa kilómetros de Ahvaz. El aeropuerto de esta es la forma más rápida de llegar, pues las montañas Zagros separan esta región de las más turísticas. Sin embargo, es una excusa para atravesar las montañas y hacer alguna actividad de montaña. Shushtar, una ciudad con cultura propia muy arraigada, merece dedicar una noche. La zona del Gargar es la más visitable. Es recomendable ir a primera hora y subir a la casa Marashi para ver las vistas. Después nos podemos acercar a la zona de Band-e Kaisar y el castillo Salâsel, que ofrece vistas del río Karún. Para rematar el día se puede contratar una barca para navegar el río o los canales. Esta zona es extremadamente calurosa, así que hay que evitar el verano.

Fotos: Alireza.heydear / Ali Afghah

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