Selva sin fronteras
La cuenca del río Congo es la segunda en extensión del planeta, solo por detrás del Amazonas, con cuatro millones de kilómetros cuadrados, más que la India. La República Democrática de Congo supone más de la mitad de esta extensión, pero varios vecinos también la comparten. Tres de ellos son la República Centroafricana, Camerún y otro país que lleva el nombre del río, Congo. Los tres se citan en una frontera trinacional donde confluyen tres Parques Nacionales, uno en cada estado. De oeste a este, Lobéké, Ndoki y Nouabalé-Ndoki cubren principalmente la cuenca del río Sangha, uno de los últimos grandes afluentes del Congo. Entre todos suman la apreciable cantidad de 750.000 hectáreas con la virtud de preservarse excepcionalmente. Ningún tipo de actividad humana perturba aquí una ingente vida animal asociada tanto a la tupida selva que cubre la región como los claros de praderas que se abren. Es el hogar de poblaciones sostenibles de mamíferos amenazados como chimpancés, gorilas de llanura, elefantes de bosque y emblemáticos antílopes como el bongo.
Sangha se encuentra en el noroeste de la cuenca del Congo y está vertebrado por el río homónimo. Sus 785 kilómetros de longitud nacen en Camerún, pero al comienzo del Sitio Trinacional se encuentra en territorio centroafricano. Según fluye al sur forma una primera frontera entre este país y Camerún para luego serla entre Camerún y Congo, país por el que continúa hasta su encuentro con el río Congo. Estamos en una región muy llana, sin apenas desnivel y siempre por debajo de los 700 metros. Las lluvias son intensas, lo que forma densas selvas, lagos, humedales y ríos con grandes bancos de arena producto de la llanura aluvial que es Sangha. La excepción la suponen el más de centenar de claros, islas ecológicas fundamentales por los minerales que tiene su sustrato, complemento para muchos animales. Se distinguen dos tipos de claros: los baïs a orillas de los ríos y las depresiones llamadas yangas. Varían en tamaño y sustrato hasta formar cada una un pequeño hábitat particular.
Baïs y yangas tienen su propia vegetación, incluidas especies herbáceas específicas que no se encuentran en la selva. Esto, sumado a que en Sangha se citan dos regiones florísticas, hace que el número de especies vegetales sea sobresaliente pese al escaso gradiente. Algunos árboles amenazados como el Autranella congolensis tienen aquí su principal hábitat. Baïs y yangas son además visitados regularmente por especies específicas de fauna. Otro factor geográfico que interviene decisivamente en las poblaciones de Sangha son los ríos, especialmente el principal. Existen especies como pequeños primates que solo están presentes en una orilla, mientras que otros, como los gorilas, manifiestan comportamientos diferentes al estar progresando al margen de otros grupos. El río en sí también contiene especies carismáticas como cocodrilos del Nilo y los inmensos y temidos peces tigre. No obstante, las estrellas son los miles de chimpancés, gorilas de llanura y elefantes de bosque. Estos, mas pequeños que los de sabana, tienen una de sus poblaciones más sanas en Sangha, donde están mayormente a salvo de la caza furtiva.
La densidad de fauna tiene mucho que ver con la inaccesibilidad histórica de Sangha, que apenas ha sido poblada ni explotada nunca salvo por pequeñas comunidades indígenas de cazadores-recolectores. Lo más destacable, varias concesiones madereras en la segunda mitad del siglo XX, fueron eliminadas y la selva se ha recuperado. Actualmente, solo alguna pequeña comunidad de pescadores está presente en el interior de los Parques. Estos fueron creados entre 1990 y 2001, pero los conservadores se dieron cuenta que se necesitaban esfuerzos coordinados que respondieran a la realidad de la fauna. Especialmente los elefantes de bosque se mueven en amplias extensiones atravesando constantemente las fronteras políticas. Así, en 2007 se formalizó la creación de la Fundación de Sangha Trinacional, un ejemplo de esfuerzo conjunto que ha dado sus frutos. Estamos ante una de las zonas de fauna más y mejor protegidas no solo de la cuenca del río Congo, sino de todo África.
La conservación se fundamenta en los fondos aportados por la Fundación Trinacional, complementada por el turismo. No es una región sencilla de visitar por la inaccesibilidad, pero en los tres países existen tanto lodges en los Parques como expediciones organizadas, generalmente de una semana. No son baratas, pero son la única manera de acceder. Junto a los guías se hacen distintos itinerarios a pie o en barca visitando zonas de selva y baïs. El objetivo principal es avistar fauna, aunque también en las zonas pegadas a los Parques se visitan comunidades indígenas. Especialmente en el lado congolés hay grupos de gorilas habituados a los turistas, por lo que un mayor acercamiento. Por lo demás, los tres países ofrecen experiencias similares y, por tanto, la elección dependerá del resto del viaje. De diciembre a febrero es cuando menos llueve.
Fotos: GRID-Arendal / Gregoire Dubois
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