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Sitios de la antigua metalurgia del hierro de Burkina Faso

Sitios de la antigua metalurgia del hierro de Burkina Faso

Centro-Norte, Norte, Hauts-Bassins y Boucle du Mouhoun (Burkina Faso)

Hierro subsahariano


Una de las cuestiones más abiertas para la arqueología es la Edad de Hierro subsahariana. Los debates intercambian posturas, en ocasiones con otros intereses, en torno a una cuestión sin cerrar: ¿el conocimiento del hierro fue una importación cultural o invención independiente? Los primeros dibujan rutas culturales desde Cartago y el reino kushita de Sudán hasta África occidental. Sí existe consenso en que en esta parte del continente se inició una nueva ruta subsahariana que, a través de las etnias bantúes, llevó el conocimiento hasta el sur. Las fechas y lugares son otro embrollo difícil de aclarar, entre otras cuestiones porque hay un periodo que el radiocarbono data peor, justo este. Siendo amplios, el primer milenio a.C. se puede considerar de manera relativamente fiable como el inicio de la metalurgia subsahariana. Lo habría hecho en una amplia zona de la cuenca del río Níger. No necesariamente en Burkina Faso, pero este país destaca por haber conservado en gran estado diferentes tipos de técnicas de la metalurgia del hierro en distintas fases históricas.

Horno de fundición de Tiwêga en Burkina Faso

La falta de fuertes corrientes de agua y del desarrollo de técnicas hizo que la metalurgia subsahariana se anclara en la ferrería de monte, hornos con salida de humo superior alimentados por carbón. La técnica limitaba la eficiencia, así que a cambio los herreros fueron ampliando el tamaño de estos primitivos hornos desde el siglo VI. El éxito en Burkina Faso queda demostrado con el tamaño de sus montañas de escoria, material sobrante tras fundir la mena de hierro. Este paso fundamental de la cadena de valor se solía realizar en el mismo lugar que la minería y la forja de herramientas. Los efectos sociales y políticos del desarrollo de la metalurgia sobre la organización jerárquica de los distintos pueblos de África occidental no tuvo precedentes. El hierro favoreció el desarrollo del comercio con grupos musulmanes y se formaron grandes imperios. Con la llegada de los colonos europeos, sin embargo, la producción tradicional del hierro declinó. Todos los antiguos hornos fueron siendo abandonados, pero no así la actividad ni la figura del herrero, que en Burkina Faso mantiene un alto estatus.

Cinco sitios en una amplia región son testigo de esta antigua metalurgia. Salvo matices, todos presentan infraestructuras similares, aunque con dos tipos de hornos: al aire libre y enterrados o semienterrados. Los materiales, forma de construcción y bases de los hornos también varían. Alrededor hay canteras, minas, montículos de escoria y restos de viviendas o talleres de los herreros. En este sentido, Douroula es interesante, pues se han investigado quince montículos artificiales encontrando todo tipo de materiales y artefactos relacionados, pero también lo que parecen villas asociadas a la actividad metalúrgica. Además, Douroula es relevante porque su primera actividad ha sido datada en 2.800 años, lo que lo convierte en el horno de fundición más antiguo de Burkina Faso y seguramente de la orilla oeste del Níger. El tipo de hornos utilizados aquí eran de los semienterrados, como en Békuy, uno de los sitios más extensos y complejos. La protección natural que ha dado la vegetación ha permitido su buen estado de conservación.

Vista en detalle de un horno de fundición en Burkina Faso

Los otros tres sitios presentan hornos completamente externos con formas cilíndricas o semicónicas que alcanzan hasta los dos metros y medio de altura, los del horno más alto de Tiwêga. La altura se consigue acentuando la forma cónica y cambiando el material de construcción en la parte superior. La conservación de estos hornos es más complicada y ha habido que minimizar los daños derivados de vegetación y termitas. Los otros dos sitios metalúrgicos de Burkina Faso, Kindibo y Yamané, están encuadrados temporalmente en el último milenio. El primero está datado en torno al siglo X y sus hornos habrían sido fabricados por la etnia Prédagomba. Con el tiempo, parece que grupos de la etnia Moosé ocuparon esta región y utilizaron sus propias bases en los hornos. Los Moosé fueron los creadores del sitio de Yamané, con una datación más exacta en los siglos XIII-XIV. Kindibo y Yamané comparten también la continuidad histórica hasta el presente. Aunque no se funde el hierro como antaño, se siguen forjando herramientas partiendo de chatarra de hierro.

Los sitios metalúrgicos de Burkina Faso están en un estado naciente para el turismo, más aún el internacional, pues la falta de seguridad de muchas zonas del país evita la llegada de viajeros internacionales. De momento, lo más relevante es poner en valor los sitios arqueológicos para las comunidades locales y fomentar su visita con excursiones escolares. Para ello, los principales puntos de momento son el museo al aire libre de hornos de fundición en Kaya, cerca de Tiwêga, y el museo etnográfico de Douroula. Tanto en Kindibo como Tiwêga se planifica abrir centros de visitantes para animar al turismo.

Fotos: Sébastien Moriset / David Gandreau

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