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Susa

Susa

Juzestán (Irán)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 10 07, 2019
  • Category:

Restos de grandezas


Cuando se piensa en los lugares del mundo habitados durante más tiempo tendemos a considerar sitios que en el presente lo siguen estando. Sin embargo, no tienen por qué ser los más longevos de la historia. Aunque se podría argumentar que la actual ciudad de Shush es heredera de Susa, esta vieja ciudad desapareció en torno al siglo XIII. Cerró entonces unos 5.500 años de historia siendo referencia y cruce de caminos entre Mesopotamia y las llanuras persas, que quedaban al otro lado de unas montañas Zagros que guardaron históricamente la espalda de Susa. Tantos siglos de historia llevan dando trabajo a los arqueólogos casi dos siglos. Susa es un complejísimo problema a resolver. Cada nuevo descubrimiento nos puede trasladar siglos respecto al anterior. Podemos saltar de los protoelamitas a los elamitas, persas, musulmanes… todos los pueblos de referencia en esta parte del mundo tuvieron en algún momento en Susa una ciudad clave a nivel religioso, comercial y/o político. Tanto es así que su nombre aparece en textos mitológicos griegos y en la Biblia.

Capitel en forma de toro en Susa

Fue el oficial, político y orientalista Sir Henry Rawlinson el que se interesó por este sitio arqueológico a comienzos del siglo XIX. La identificación con la mítica Susa tuvo que esperar al año 1851. Fue de la mano de William Loftus, quien también descubriera la ciudad sumeria de Uruk. Los británicos fueron sustituidos por los franceses, que intensificaron el trabajo. Especialmente prolífica fue la labor de Roman Ghirshman tras la II Guerra Mundial. Fue capaz de representar la estratigrafía completa de Susa. Es una tarea nada obvia si tenemos en cuenta su edad: aunque la zona muestra trazas de habitación anterior, la zona urbana está datada en el quinto milenio a.C., en torno al 4400-4200 a.C. Nace al aglutinar varias poblaciones y de esta primera época hay registro básicamente cerámico. En el siguiente milenio, Susa cayó bajo la influencia de ciudades como Uruk, mientras que en el tercer milenio a.C. fue formando su propia cultura. Se le llama cultura elamita o susiana, precisamente en referencia a la que fue capital durante el segundo milenio a.C.

Elam está considerada, de hecho, una de las principales influencias de Persia. Su territorio fue el hoy ocupado por la provincia iraní de Juzestán. Es decir, la parte más pegada a Mesopotamia. La relación con esta región fue compleja: de ellos obtuvieron la escritura, pero también habituales saqueos. Susa quedaba siempre en el medio: a ratos sumeria, a ratos elamita. Entre tantos saqueos se perdió aquí la famosa estela con el Código de Hammurabi, descubierta en 1902. Saltando al siglo VI a.C., Ciro el Grande conquistó Elam para Persia y luego Darío convirtió a Susa en su segunda capital, solo por detrás de Persépolis. Lo mismo ocurrió con los persas partos, cuando la capital principal era Ctesifonte. En esta época, Susa llegó a estar en manos romanas, pero no por mucho tiempo. Lo peor llegó de la mano de los musulmanes y los mongoles. Con los primeros perdió relevancia. Los segundos la borraron del mapa.

Restos de columnas de la Apadana de Susa

Toda esta larga historia nutre las ruinas de Susa. Están situadas entre los ríos Karkheh y Dez, en una zona especialmente fértil de la llanura de Juzestán. La zona arqueológica está compuesta de cuatro montículos principales denominados Acrópolis, Villa Real, Villa de los Artesanos y la conocida como Apadana. En esta última Darío levantó un gran palacio sobre la base de uno elamita. El persa es perfectamente visible en sus cimientos y se distinguen estancias, pero no hay mucho en pie. A la otra orilla del río hay otro palacio similar, de menor factura, llamado Ardeshir. Fue obra probablemente de Artajerjes. Al margen de estas zonas, se han hecho catas y excavaciones que han ido relevando nuevas estructuras y artefactos. Esto también incluye el periodo musulmán, representado por los restos de una de las primeras mezquitas de Irán.

Ahvaz es la ciudad de referencia para viajar hasta esta zona del país. Su aeropuerto está a hora y media de la moderna Shush. Con toda su relevancia histórica, Susa no es de los lugares más visitados de Irán por la lejanía a los circuitos habituales y la inexistencia de grandes ruinas en pie. Cerca está, eso sí, un sitio más contundente con el visitante como es la ciudad religiosa Choga Zanbil. Susa, sin embargo, requiere más imaginación y un buen guía. En el mismo sitio son visitables un castillo, reconstruido por los arqueólogos franceses durante su trabajo aquí, y el museo arqueológico. Las piezas más importantes de este son reproducciones: los principales restos de Susa están repartidos por el mundo. Especialmente en Louvre, donde está el Código de Hammurabi.

Fotos: youngrobv / youngrobv

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