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Um er-Rasas (Kastron Mefa’a)

Um er-Rasas (Kastron Mefa’a)

Madaba (Jordania)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 11 07, 2020
  • Category:

Torres y mosaicos


Los estilitas fueron un grupo no organizado de cristianos ascéticos que tuvieron en San Simeón un modelo de conducta. Este santo escaló un pilar cerca de Alepo en el año 423, del cual no bajó hasta morir 37 años después. Según su fe, este tipo de mortificación del cuerpo garantizaba el paraíso. Desaparecidos gradualmente con el paso de los siglos, los estilitas matizaron el asunto, pero siempre con el aislamiento en un punto elevado como constante. Muy escaso es el legado de esta práctica relativamente común en el Levante de tiempos bizantinos. Una torre cerca de las ruinas de la ciudad de Um er-Rasas ha sido señalada como muy probablemente estilita. Además de tener una única habitación en la parte superior, accesible solo con una escalera de mano, hay varios símbolos cristianos grabados en sus paredes. Una evidencia indirecta es su localización, pues Um er-Rasas fue una de las ciudades más activas religiosamente incluso en los comienzos del califato omeya. Investigada tan solo desde 1986, en Um er-Rasas hay también valiosos mosaicos y mucho trabajo pendiente.

Ruinas de Um er-Rasas con la torre estilita

Esta ciudad nació como asentamiento romano en el siglo III gracias a la Vía Regia, una antigua calzada al este del mar Muerto establecida por los nabateos que los romanos mejoraron. Esta región era el limes arabicus, esto es, la frontera del gran imperio por el este, por lo que Um er-Rasas nació como campamento militar para controlar la zona, mucho más despoblada que al oeste del mar Muerto. Se ha querido buscar un enlace entre Um er-Rasas y la ciudad bíblica de Mephaat, pero el registro arqueológico solo parte del siglo III. La principal conexión es la autorreferencia a la ciudad como Kastron Mefa’a en una iglesia levantada tras la caída de los romanos, bajo el imperio bizantino. Como buena parte del territorio alrededor de Jerusalén, Um er-Rasas se convirtió en ciudad que daba servicio a los peregrinos camino de la ciudad santa. Especialmente a partir del siglo V, cuando se establecieron varias órdenes monásticas. La transformación de campamento militar a ciudad de peregrinos trajo el cénit de Um er-Rasas, que excedió el límite de sus murallas.

En el 634 llegaron los primeros musulmanes en su expansión hacia el norte. El control de las tribus árabes por los bizantinos nunca había sido pleno, así que estas allanaron el camino a los invasores. Ciudades como Um er-Rasas optaron por la rendición evitando la destrucción y facilitando la convivencia durante un tiempo. La tolerancia musulmana llegaba hasta un punto y las dificultades de los monasterios se acumularon. En el siglo IX se pierde el rastro de Um er-Rasas, abandonada y expuesta a un desierto que la va cubriendo junto a sus avanzadas infraestructuras hidrológicas como presas, cisternas y canales, imprescindibles para vivir aquí. El primer contacto occidental procede de 1871, cuando el explorador E.H.Palmer señaló la conexión con los bizantinos. No obstante, hubo que esperar más de un siglo a unas investigaciones que aún tienen mucho trabajo por delante. En los 80, el principal descubrimiento de los arqueólogos del Studium Biblicum Franciscanum, encabezados por el italiano Michele Piccirillo, fue el descubrimiento de los mosaicos de San Esteban.

Mosaico de San Esteban en Um er-Rasas

Um er-Rasas está compuesta de los restos del campamento militar romano y la ciudad bizantina que excedió sus murallas. Se han identificado hasta 16 iglesias cuyas estructuras presentan distinto estado de conservación, desde algunas con simples cimientos hasta algunos arcos supervivientes. Lo más destacable son los mosaicos de varias, elaborados entre el siglo VI y el VIII. El de San Esteban, de 785, es el más famoso por su originalidad. Casi complementando al famoso mosaico del mapa de Madaba, en San Esteban se muestran viñetas representando a varias ciudades de la región identificadas con inscripciones en griego, como la propia Madaba, Jerusalén, Amán o Nablus. Otros mosaicos muestran actividades como caza y pesca, animales, diseños geométricos y un único icono religioso que sobrevivió a la iconoclastia musulmana. Unos cientos de metros al norte está la torre estilita, levantada en piedra y anexa a otra iglesia. Se ha podido reconstruir para recuperar su verticalidad.

Um er-Rasas está a pocos kilómetros de Madaba, que a su vez no está lejos de la capital Amán, así que es factible acercarse en coche privado hasta el yacimiento. Puede ser una excursión de medio día que complementemos con Madaba. Um er-Rasas no es muy visitado, no tiene apenas infraestructura y ni siquiera cobran entrada. Es recomendable ir con un guía para entender las estructuras del lugar, pues no deja de ser un sitio con mucho trabajo de catalogación e interpretación. Lo más visible es la iglesia de San Esteban con sus mosaicos, bien protegidos. En cuanto a la torre, podemos llegar caminando, aunque el probable calor hará más aconsejable acercarnos también en coche.

Fotos: NH2501 / isawnyu

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