Viñedos alpinos
El lago Lemán o Ginebra es el más grande, entre los naturales, de Europa Occidental. Enclavado entre los Alpes franceses y suizos, es en realidad un enorme ensanchamiento del río Ródano, que llega desde el este tras nacer en un glaciar y sale por el oeste en dirección al Mediterráneo. Rodeado de poblaciones de ambos países, la orilla norte en Suiza tiene un segmento más especial. Treinta kilómetros de costa conforman las 830 hectáreas de los viñedos de Lavaux. Estos viñedos arrancan a orillas del Lemán y se elevan en terrazas hasta 500 metros por encima del nivel del lago. Al mirar al sur, las terrazas disfrutan de mucha luz solar. Entre esto y el agua, uno podría pensar que camina entre viñedos mirando al Mediterráneo, como sucede en Cinque Terre, Italia. Sin embargo, cuando uno levanta la vista de los viñedos se topa con las cumbres nevadas de los Alpes.
Si lo vemos desde el cielo, el lago Lemán tiene una curiosa forma de media luna. Se divide geográficamente en tres secciones diferentes. La parte este es denominada haut lac, lago superior, e incluye el estuario que forma el Ródano al entrar al lago. Esta zona está también caracterizada por las cumbres de los Alpes, muchas de las cuales son perfectamente visibles en esta parte del lago. Las montañas de los alrededores son también respetables en la cara sur. La norte, sin embargo, es menos abrupta, aunque cuenta también con suaves colinas. La zona de Lavaux comprende el territorio que parte del pintoresco castillo de Chillón, situado en una isla junto a la costa, hasta las afueras de la ciudad de Lausana, por el este. Entre medias hay un precioso paisaje en el que los viñedos se intercalan con castillos medievales como el de Glérolles, iglesias antiguas, mansiones y bodegas históricas. Entre las poblaciones que se ven rodeadas por viñedos, la más apreciable es Lutry. Es un bonito pueblo medieval que incluso cuenta con tumbas neolíticas. No hay que perderse la vista del castillo de Rôdeurs y los edificios románicos y góticos entre las calles del pueblo.
La geografía de la parte norte del lago ha favorecido los asentamientos humanos y los viñedos. Se calcula que hay unas 10.000 terrazas encaramándose por las colinas sobre el lago y ocupando todo espacio visible. Estas terrazas están soportadas por muros de piedra. En total hay unos 450 kilómetros de muro de piedra o de cemento revestido con piedra, como se construyen ahora. Estás terrazas se dibujan rectangularmente en paralelo al lago. Distintos caminos las cruzan diagonalmente para unir casas y pueblos. Antiguamente, en Lavaux los granjeros tenían cultivos mixtos y ganado. Ahora, sin embargo, se le ha dado toda su esencia al cultivo de la vid, que es el único visible. La uva predominante es la chasselas, probablemente nativa de Suiza. Se vinifica principalmente como vino blanco seco y frutal. Desde los años 70, este paisaje cultural está protegido para evitar construcciones inadecuadamente modernas.
Se protege así un paisaje muy antiguo. Hay ciertas evidencias de que ya los romanos tenían aquí viñedos. Sin embargo, la constancia verídica nos lleva al siglo XI, cuando la zona es entregada por el príncipe-obispo de Lausana a monasterios cistercienses y benedictinos. Ellos son los que gestionan las terrazas, aunque por su extensión la mayor parte son trabajadas por gente de la zona en régimen de arrendamiento. La zona se desarrolló tanto que atrajo capital privado en los siglos XV y XVI. Los viñedos se convirtieron en una parte integral de la economía de la zona, pero esta época fue desigual. Al multiplicarse el número de propietarios hubo desigual calidad y algunos viñedos fueron abandonados. A comienzos del siglo XIX aconteció una ola de renovación e innovación. La tecnología ha aprovechado todo el potencial del territorio, con su microclima y complicada geografía. Especialmente importantes fueron los nuevos sistemas de drenaje y las soluciones a las plagas de phylloxera. Hoy, los viñedos siguen trabajándose tanto como en el pasado.
El aeropuerto más cercano a Lavaux es el de Ginebra y la ciudad más cercana es Lausana. Se puede llegar a varios pueblos en tren, pero la manera más romántica y escénica es utilizar algún transporte marítimo. La mejor manera de ver los viñedos es caminando. Hay un recorrido muy típico entre las localidades de Saint-Saphorin y Lutry muy bien indicado y con lugares para catar vino entre medias. Si queremos algo más descansado hay un tren turístico que hace un recorrido similar. El momento más pictórico es sobre mayo-junio, con los viñedos verdes y las cumbres nevadas de los Alpes. Hace años, el lago sufría de mucha polución, pero hoy está limpio y se pueden practicar deportes acuáticos. Hay una importante regata, el Tour du Lac, en el mes de septiembre. Las uvas chasselas se disfrutan especialmente al pedir una fondue de quesos suizos.
Fotos: Vasile Cotovanu / cadratin
Comentarios recientes