Navigation Menu
Writing-on-Stone / Áísínai’pi – Petroglifos y Pictogramas del pueblo siksikáítsitapi

Writing-on-Stone / Áísínai’pi – Petroglifos y Pictogramas del pueblo siksikáítsitapi

Alberta (Canadá)

Antes y después del hombre blanco


Las Grandes Llanuras comprenden los territorios norteamericanos situados entre las montañas Rocosas y el río Misisipi. Esta región se caracteriza, como su nombre indica, por su suave relieve e inacabables praderas que durante mucho tiempo fueron el hogar de grandes herbívoros y distintos pueblos nómadas. Era el contexto cuando llegaron del este los colonos occidentales en su ambición por ampliar su extensión hasta la costa pacífica. La convivencia entre ambos mundos no fue sencilla. Inicialmente, grupos como los siksikáítsitapi, también llamados blackfoot o pies negros, se beneficiaron del contacto al adquirir caballos y armas que les facilitaron la caza de bisontes y sus guerras contra otras tribus. En el siglo XIX, las tornas cambiaron. Los colonos cazaron bisontes hasta el borde de la extinción acabando con la forma de vida siksikáítsitapi. En una zona rocosa del río Milk, esta tribu repartida entre Canadá y EEUU contó su historia a través de petroglifos y pictogramas en Writing-on-Stone o Áísínai’pi. Además de estar ante en un paisaje sagrado, es una de las concentraciones de arte rupestre más relevantes de Norteamérica.

Petroglifo y paisaje de Writing-on-Stone

Los pueblos siksikáítsitapi abarcaban un amplio territorio entre el río North Saskatchewan al norte y el Yellowstone al sur. Divididos en cambiantes bandas de hasta 240 individuos lideradas por un jefe, sus ocupaciones preferentes eran la caza de bisontes y pesca de truchas. En el duro invierno formaban campamentos estables de tipis en los que consumían las provisiones acumuladas en el verano en lugares como Head-Smashed-In. Como otras etnias de las Grandes Llanuras, los siksikáítsitapi adoraban principalmente al sol y practicaban rituales como la danza del sol y la búsqueda de visión en los que trataban de comunicarse con los espíritus. Un lugar privilegiado para ello fue Writing-on-Stone, pues los petroglifos fueron realizados, según los siksikáítsitapi, por estos espíritus. Para ellos eran mensajes enviados por seres sagrados, aunque los arqueólogos tienen claro que fueron los mismos siksikáítsitapi los autores del arte en Writing-on-Stone. Lo hacían en un lugar principalmente de paso en sus migraciones estacionales, aunque también hay restos de tipis y ruedas medicinales, elementos propios de campamentos.

Los arqueólogos han datado los restos de Writing-on-Stone, cuyo registro empieza hace 4.500 años y se extiende hasta la era del contacto con los colonos. Los petroglifos y pictogramas son más difíciles de datar, aunque un hueso que pudo usarse para su elaboración tiene 2.700 años. La mayor parte de las representaciones son posteriores y cubren la etapa entre la invención del arco y las flechas y la llegada de las innovaciones occidentales. El valle del río Milk permitía estas manifestaciones artísticas gracias a sus lienzos de arenisca, formados cuando esta zona estuvo sumergida y suavizados durante la última Edad de Hielo. Esta fue responsable también de las formaciones más famosas, las chimeneas de hadas. Junto a los buttes, formaciones algo más anchas, y los precipicios, forman parte del imaginario sagrado de Writing-on-Stone. El valle fue protegido en 1957 por sus valores naturales, mientras que sus valores culturales fueron reconocidos en 1977 tras el trabajo de datación y catalogación de los arqueólogos.

Petroglifo previo al contacto occidental en Writing-on-Stone

Esta catalogación divide Writing-on-Stone en tres zonas de arte rupestre. La inmensa mayoría están en la zona de Áísínai’pi, con algunos más en Haffner Coulee y Poverty Rock, en el mismo valle. Suman 138 sitios que sirven para trazar tanto la historia como cosmovisión de los siksikáítsitapi. La temática de los petroglifos y pictogramas se suele dividir en tres grandes grupos: escenas de guerra con caballos, escenas rituales con personajes portando los habituales tocados de plumas y otro grupo minoritario con figuras humanas punteadas y animales. Entre las escenas más impresionantes de Writing-on-Stone se encuentra una gran batalla formada por 200 figuras diferentes. Como en esta escena hay caballos sabemos que son posteriores a los primeros contactos con los europeos, mientras que las escenas rituales se incluyen en la etapa previa al contacto. Aunque la forma de vida siksikáítsitapi cesó hace décadas, la sacralidad de Writing-on-Stone se mantiene y se siguen celebrando rituales asociados al arte rupestre. El nombramiento como Parque sí detuvo otra tradición, la de utilizar el lugar funerariamente.

Writing-on-Stone no está precisamente cerca de ninguna gran ciudad, siendo Calgary la referencia a más de tres horas. Por ello no es mala idea dormir en la zona de acampada, donde no hace falta que llevemos nuestra propia tienda. La actividad principal son cortos y sencillos itinerarios de senderismo como el de Hoodoo, que arranca en el Centro de Visitantes. Son necesariamente guiados, pues el vandalismo de algunos pictogramas llevó a prohibir el paseo libre. Si queremos ir por nuestra cuenta tendremos que cruzar a la orilla sur del río, donde no hay arte rupestre. Es muy conveniente venir fuera del invierno, cuando podemos encontrarnos con el Centro de Visitantes cerrado.

Fotos: Government of Alberta / Matthias Süßen

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.