Terrazas al Caribe
En 1956, 82 revolucionarios con miembros tan históricos entre sus filas como los hermanos Castro y Che Guévara, se trasladaron de México a Cuba para iniciar un régimen que ha marcado la historia reciente de esta isla caribeña. Lo hicieron a bordo de un yate de origen estadounidense, el histórico Granma, que se ha convertido en uno de los símbolos del movimiento socialista cubano. Entre otras cosas, el Granma ha dado el nombre a la región donde los revolucionarios pisaron tierra. Lo hicieron en concreto en la playa de Las Coloradas, justo donde empieza el Parque Nacional del Desembarco del Granma. El principal atributo de este Parque son sus terrazas marinas. Son porciones de costa planas que por movimientos tectónicos en conjunción con variaciones de clima emergen y se sumergen dependiendo de la era. Aquí, las placas del Caribe y Norteamérica han generado uno de los sitios en los que estas terrazas son más abundantes y espectaculares, en parte gracias a las privilegiadas vistas al mar Caribe que disfrutan.
El Parque Granma está en los municipios de Niquero y Pilón, en la punta occidental de una península que finaliza en Cabo Cruz, donde está la punta del inglés, punto más meridional de la isla. El terreno arranca desde la Sierra Maestra y al llegar a la costa cambia su orografía con el sistema de terrazas de Cabo Cruz, de gran interés para la ciencia de la geomorfología, pues sus procesos formativos siguen en marcha. Estas terrazas alcanzan hasta 360 metros de altura, en concreto en Alegría de Pío. No alcanzan esta altitud con un solo escalón. En realidad, las terrazas son escaleras de hasta veinte tramos diferentes, como sucede en Punta Escalereta. Algunos de estos escalones, eso sí, pueden llegar a tener un desnivel de 100 metros. Cuando por estas terrazas discurre un río y llega un escalón se forma inevitablemente una cascada, algunas de ellas de bella factura. También hay terrazas sumergidas, de hasta tres niveles y 180 metros de profundidad. Además, el terreno es de caliza detrítica y coralina, lo que produce cuevas, simas y cañones como en la cueva del Fustete o el hoyo de Marlotte, con 77 metros de profundidad.
Las terrazas y el clima semiárido han generado una biodiversidad muy particular con bastante grado de endemismo. En flora, el protagonista principal es el matorral xerófilo, principal protagonista en las terrazas, que deja paso a los árboles más lejos de la costa. Hay 600 especies de flora con mucho endemismo cubano y doce especies presentes solo aquí. En fauna, el endemismo es casi total en reptiles y anfibios, además de tres especies de mamíferos de las trece que hay. Aves hay muchas más, unas 110 contabilizadas con especies como la paloma cubana, amenazada en la isla y con una buena población en Granma. La rápida caída que hay en el mar genera múltiples hábitats diferentes, incluidas zonas de coral, de manto oceánico y manglares. En sus aguas hay manatíes y las cuatro especies de tortugas marinas de Cuba.
Esta región fue avistada ya por Colón durante sus viajes. Entonces vivían aquí algunas comunidades indígenas a orillas del mar. Los asentamientos humanos tienen una larga historia en el Parque Granma. Desde los tiempos anteriores a la cerámica y la agricultura, los humanos han buscado cobijo en sus cuevas kársticas. De los muchos yacimientos arqueológicos con petroglifos y artefactos destaca el de Guafe. En lo que fue una cueva ceremonial se encontraron representaciones de ídolos de los nativos. La inaccesibilidad del Parque hizo que no fuera apenas colonizado y solo sirvió como refugio de piratas. En 1871 se construyó la primera estructura fija en la zona del Granma: el faro de Cabo Cruz. Por tanto, apenas ha sido explotado salvo algunas talas y una cantera. La creación del Parque en 1986 ha facilitado que la flora se regenere perfectamente.
Tampoco el turismo ha afectado apenas, pues esta zona está lejos de la fama de Varadero. No es sencillo llegar. Lo más factible es volar a Santiago de Cuba y contratar aquí un taxi 4×4. En unas tres horas llegaremos al Parque Granma dejando atrás la nacional 20, una de las carreteras más espectaculares del mundo, siempre en paralelo a la costa. Para alojarse hay varias opciones en la playa de Las Coloradas, en Niquero o en Marea del Portillo. En estos sitios se pueden contratar rutas de senderismo interpretativo como El Guafe, Cueva del Fustete u hoyo de Morlotte. La otra actividad que está creciendo en la zona es el buceo, pues la costa ofrece puntos excepcionales. Se hacen también visitas históricas rememorando el desembarco del Granma. En Portada de Libertad hay una réplica del yate, estando el original en La Habana.
Fotos: VIChapayev / Martin Cathrae
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