Terraceo y espiritualidad
La isla de Bali tiene poco que ver con el resto de Indonesia. En el país con mayor número de personas musulmanas, la cultura balinesa representa el hinduismo. Es un un hinduismo propio que tiene en el tri hita karana su razón de ser. Esta filosofía nos habla de las tres razones de la prosperidad: los tres reinos de lo espiritual, lo humano y lo natural que deben unirse en pos de la armonía vital. El ancestral sistema de agricultura cooperativa subak en Bali tiene mucho de este tri hita karana. Ha transformado la relación de los balineses con la naturaleza desde que fuera implantado, al menos desde el siglo XI. Su establecimiento ha permitido el crecimiento de las poblaciones humanas en una isla tremendamente accidentada. Lo ha hecho de forma sostenible, como demuestra el paso del tiempo. El subak controla una gran infraestructura de terrazas de cultivo, canales, túneles, pequeñas presas y también de templos. Porque la tercera esquina del tri hita karana, lo espiritual, también está muy presente en los subaks.
Lo accidentado de Bali, que en una isla de 150 por 110 kilómetros alcanza los 3.000 metros de altura, proviene de su origen volcánico. Esto genera unos suelos muy fértiles que, unidos al clima tropical, favorecen la agricultura. Fue la principal actividad de la isla en el pasado. Sin embargo, la agricultura precisó de cooperación. Los ríos se canalizaron para acercar el agua a los cultivos, situados en las planicies o en terrazas sobre las laderas. Algunas de estas terrazas, como la de Catur Angga Batukaru, se horadaron ya en el siglo X. Esta transformación del paisaje se ha gestionado a través de los subak: el sistema cooperativo que controla el acceso al agua. En Bali hay 1.200 subaks de entre 50 y 400 granjeros. Los subak se rigen por un régimen tradicional escrito denominado awig-awig. En él se definen las reglas y responsabilidades en el acceso a la fuente de agua controlada por cada subak. A partir de ahí, cada granjero se ocupa de su terreno, donde lo principal es el cultivo tradicional de arroz balinés sin apenas modernidades.
Otra responsabilidad del subak es la gestión de la cara espiritual del sistema, que en la isla de Bali se dirime a través de los templos denominados puras. La religión tiene mucho que ver en el subak. La figura arquitectónica principal en este sentido son los puras de agua: forman una parte integral y fundamental por el número de ellos. Los puras suelen contar con un recinto amurallado y puertas sagradas. En el interior hay varios templetes con una torre principal de varios tejados, al estilo de una pagoda japonesa. Por no pocos puras de agua pasan los propios canales de agua o ríos. En estos templos se enseña la dependencia del hombre de los elementos. Se hace en un contexto ritual en el que el hinduismo domina, pero en el que se incluyen elementos del budismo o la cosmología austronesia.
Ulun Danu Batur es el templo de agua principal, al menos por su localización. Está en las orillas del lago Batur. Situado al noreste de la isla, este lago es el más grande de la isla y está formado sobre un antiguo cráter, a la sombra del imponente volcán Batur, que recientemente causó una tragedia en la isla. Fue en 1926, momento en el cual el pueblo tuvo que trasladarse. También se tuvo que reconstruir de cero el templo. Está dedicado a Dewi Danu, diosa de los lagos y los ríos. Más al sur, en Mengwi, está el templo de Taman Ayun sobre una isla de un río. Es del siglo XVII y, como muchos otros, fue construido por el rajá local. Muchas localidades en Bali tienen su propio templo local. De entre todos, el de Taman Ayun es el más destacable. En cuanto a la ingenieria hidráulica de Bali, la línea divisoria de aguas de Pakerisan contiene el sistema de irrigación más antiguo.
A pesar de los ataques terroristas que ha sufrido el turismo en Bali, esta industria ha crecido de forma desmedida. El turismo viene atraído por unas playas espectaculares y el sistema coralino que rodea a la isla generando buenos puntos de buceo. El punto de entrada es el aeropuerto de la capital, Denpasar. Si queremos visitar los lugares del sistema subak hay dos formas: podemos contratar un tour ad hoc en nuestro hotel o bien alquilar un coche con conductor, lo que nos dará más libertad. En ambos casos es habitual visitar el modesto museo subak de Tabanan, donde podremos aprender más de este sistema cooperativo y ver algunos artefactos de labranza tradicionales. Si queremos probar el arroz balinés cultivado en la isla lo tendremos fácil, porque acompaña casi todos los platos. La cocina balinesa tiene inspiración hindú, como por ejemplo en el bebek betutu, hecho con pato hervido.
Fotos: Aleksandr Zykov / Matteo Pieroni
1 Comment
Para aplicar en otras islas Canarias.