Medievo fuera de tiempo y lugar
Tras la caída del imperio aksumita y un breve periodo de incertidumbre, en 1137 nació el imperio etíope, uno de los pocos que fue capaz de evitar casi totalmente los envites de la colonización, salvo la pérdida de Eritrea, y perdurar hasta 1975. La primera dinastía en tomar el mando fue la zagüe, pero fueron reemplazados por la dinastía salomónica. Ellos fueron los responsables de unificar a las numerosas etnias del país. Con los zagüe, la capital fue Tegulet, pero los salomónicos rechazaron fijar una capital. Se movían de forma itinerante por todo el país montando campamentos denominados makkababya. En el siglo XVI, los emperadores empezaron a residir estacionalmente en el lago Tana durante la época de lluvias. En el XVII, Fasílides rompió la tradición y estableció la capital unos kilómetros al norte de este lago, antes de llegar a las montañas Simien. A más de 2.000 metros de altitud, Gondar se erigió en capital durante más de dos siglos. Con un lugar fijo, los salomónicos por fin pudieron dejar un legado arquitectónico en Fasil Ghebi, residencia imperial sorprendentemente inspirada en los castillos medievales europeos.
Fasílides fue un prolífico emperador que construyó numerosas obras por todo su imperio, como por ejemplo multitud de puentes. No se sabe si antes de llegar Fasílides había ya un asentamiento previo, pero el territorio donde se asienta Gondar se convierte en 1636 en la capital etíope. Agricultura y comercio hicieron crecer una ciudad que en pocos años alcanzó los 60.000 habitantes. Fasílides fue también el responsable de construir las siete primeras iglesias de las 44 que tiene la ciudad, así como de inaugurar Fasil Ghebi. Sus sucesores siguieron levantando palacios aquí. Mientras, fuera de las murallas la ciudad creaba su propia identidad e incluso desafiaba los mandatos imperiales. El siglo XIX no fue el mejor: Tewodros II mudó la capital en 1864 y la ciudad sufrió diversos ataques que se llevaron por delante palacios e iglesias. Aun así, en el siglo XX la ciudad se recuperó y hoy es un importante centro regional.
El centro de Gondar recuerda la breve ocupación italiana previa a la II Guerra Mundial gracias a la piazza y la arquitectura colonial que hay en su entorno. El resto de la ciudad está segregada por barrios: Addis Alem para los musulmanes, Kayla Meda para los judíos, Abun Bet alrededor del abuna u obispo ortodoxo, Qagn Bet para la nobleza, Adababa como parque y mercado donde se también los emperadores daban sus audiencias y, finalmente, Fasil Ghebi. Toda esta amalgama de culturas se nota en una ciudad donde la iglesia ortodoxa ha marcado la pauta, pero donde arquitectura, artesanía y artes reflejan mucha diversidad y fusión. Fuera de la ciudad hay dos lugares relevantes. Los baños de Fasílides están a orillas del río Qaha. Se trata de una muy simbólica piscina rectangular en cuyo interior hay un pequeño pabellón de dos pisos. Algo más lejos está la iglesia del siglo XVIII de Debre Berhan Selassie, con unos fantásticos frescos de querubines en el techo.
La zona imperial está defendida con una muralla de 900 metros interrumpida por doce puertas. En general, Fasil Ghebi está bastante bien conservado y se pueden apreciar sus múltiples influencias: desde los nubios, árabes e indios mogoles hasta las transformaciones barrocas europeas que incorporaron los jesuitas. En el interior, de 70.000 metros cuadrados, hay seis estructuras principales y otras cuantas auxiliares, incluidas tres iglesias. La estructura más imponente es el castillo de Fasílides con sus torres y murallas almenadas. El aspecto es el de un castillo europeo medieval fuera de su tiempo y lugar lógicos. El hall Dawit, parcialmente en ruinas, fue en su día la sala del trono y tiene cuatro torres distintas. Además están los palacios de Iyasu I y Mentewab. Esta última emperatriz, además, construyó su propio complejo palaciego con iglesia incluida en una colina: Qusquam.
Gondar tiene más de 200.000 habitantes y es una vibrante ciudad. Tiene un aeropuerto a 18 kilómetros, aunque muchos turistas llegan en circuito por tierra. La visita a Fasil Ghebi incluye un guía y también la entrada para los baños. A ellos podemos llegar en taxi y luego reutilizar este para ir a Debre Berhan Selassie, cuyos frescos son obligatorios. Gondar es también la base para organizar una visita a las montañas Simien, unas tres horas al norte. En enero no solo estaremos en medio de la estación seca, sino que podremos asistir al Timkat en los baños. Es la celebración etíope de la epifanía, uno de los principales rituales religiosos, que tiene lugar anualmente el 19 de enero. En la región de Amhara es muy popular ir a las casas de tej, una bebida local que es una especie de hidromiel y es servida en curiosos vasos llamados berele.
Fotos: Dan Merino / Chuck Moravec
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