Colonia sinuosa
Barbados es una pequeña isla, de apenas 34 kilómetros de largo, desplazada del arco que forman las Pequeñas Antillas hasta el punto de ser considerada una isla atlántica y no caribeña. Esto a nivel geográfico, puesto que históricamente cuenta con un pasado equiparable al de sus islas vecinas. Fue habitada por tribus amerindias desde el siglo IV, se estima, y visitada por españoles poco después del descubrimiento de América. Estos tampoco le dieron demasiada importancia a la isla, que solo utilizaron para capturar a sus habitantes y utilizarlos en otras colonias. En 1627, una delegación británica se hizo con la isla, ya deshabitada. La economía de Barbados se orientó hacia los cultivos de tabaco, algodón, jengibre, índigo y finalmente caña de azúcar. Este último producto implicó un fuerte aumento de la población de origen africano. Barbados permaneció siempre en manos británicas hasta su independencia, más de tres siglos después. La bahía natural de Carlisle, en el suroeste de la isla, fue el lugar elegido para levantar la capital, Bridgetown. Hoy representa la hibridación cultural de británicos, africanos y caribeños.
Bridgetown fue conocida como Saint Michael, el nombre de su parroquia. Su nombre oficial procede de un primitivo puente que una tribu caribeña, quizás los arawak, construyeron para salvar el río Careenage o Constitution. Al norte de este río, que parte la bahía en dos, es donde los primeros colonos se instalaron. El fundador fue Charles Wolverstone, aunque lo hizo en nombre del conde de Carlisle. Durante los siglos XVII-XIX, la ciudad fue evolucionando con el comercio de azúcar y esclavos. A finales de siglo añadió también un importante dique seco para arreglar barcos. Por entonces, Barbados había dejado de ser el centro político de Gran Bretaña en la zona, factor que le había hecho ganar influencia en el pasado. En 1925 arrancaron los deseos de mayor autonomía al reclamar un alcalde propio. La petición fue atendida en 1958. Curiosamente, la independencia finiquitó esta figura poco después y hoy Bridgetown es gestionada directamente por el parlamento estatal. A pesar de todos estos cambios, en los últimos 200 años el centro histórico apenas se ha modificado.
Lo que más destaca en el diseño urbano de Bridgetown es que, al contrario que el típico damero de las ciudades españolas, la calle principal es una sinuosa avenida de la que parten callejones. El río Careenage fue siempre la principal referencia. En paralelo a este corre la calle principal, Broad Street. Sirve como centro comercial y político y en ella hay edificios tan icónicos como el Mutual Building. Entre calle y río está la plaza de los Héroes Nacionales, cuya estatua de Lord Nelson es el centro neurálgico de Bridgetown. Mirando a la plaza están los principales edificios del parlamento. De estilo victoriano y construidos con piedra coral y caliza, fueron levantados entre 1872 y 1873. Cuentan con dos alas: este y oeste. En la segunda se levanta la torre del reloj, principal vista cuando se llega por mar. El principal edificio religioso es la Catedral de San Miguel y Todos los Ángeles. Fue consagrada en 1665, aunque el edificio actual es de 1789. Destacan su torre y vidrieras.
Esta zona fue el centro comercial y político, mientras que el militar se situó unos tres kilómetros al sur. Si tomamos la Bay Street llegaremos a la Guarnición militar, simbólico lugar que se eligió para bajar la bandera británica y levantar la de Barbados. Hoy es un distrito más de la capital, pero todavía alberga las tropas del país. La Guarnición de Santa Ana fue utilizada por los británicos como base para su dominio en el Caribe. En ella se juntaban la c, soldados reclutados de origen indígena o africano. Entre los edificios destaca otra torre del reloj y la casa de George Washington. Aquí residió el presidente de los EEUU durante seis semanas en la que fue su única salida al extranjero. Es también histórico el Garrison Savannah Racetrack, un hipódromo que lleva en funcionamiento desde el siglo XVIII.
Barbados cuenta con un aeropuerto al sur de la isla, aunque un porcentaje cada vez mayor de turistas llega en enormes cruceros. Las mejores vistas de la ciudad las tendremos en Cave Hill, donde está la universidad. De ahí podemos bajar al centro y acabar en la Guarnición, donde el museo de Barbados merece la pena. De diciembre a mayo es la estación seca y, si gustamos, entre febrero y marzo se celebra la Barbados Gold Cup. Es la carrera de caballos más importante, el deporte más seguido junto al cricket. Por lo demás, Barbados cuenta con excelentes playas para surf y kitesurf. La gastronomía tiene influencias británicas, pero con picante. El plato nacional es el pez volador. Se sirve frito, con pan y una salsa amarilla picante. Rivaliza con el Pepperpot, un guiso de cerdo.
Fotos: Barry haynes / CaribDigita
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