Un pueblo para la misa
Norrboten ocupa un cuarto de la extensión de Suecia, pero apenas viven aquí 250.000 habitantes. Es la región más septentrional del país y se nota: parcialmente en el Círculo Polar Ártico, la vida es complicada. Apenas una agricultura de subsistencia, ganadería y caza fueron sus actividades históricas hasta la Revolución Industrial. Norrboten está dividida en dos provincias muy distintas: Laponia y Norrboten provincia. En la segunda se fueron asentando los suecos emigrados del sur, que ocuparon una zona eminentemente lapona. A los colonos les movían dos intereses impulsados por la Corona sueca: ocupar terra nillius, es decir sin dueño, pero disputada por Rusia, y llevar el cristianismo más al norte. El camino no fue sencillo y empezó a dar verdaderos frutos en el siglo XV. Una de las pruebas fehacientes del éxito es la iglesia de piedra de Gammelstad, construida en ese siglo. Lo más sorprendente es su contexto: está rodeada de cabañas vacías que servían de alojamiento temporal a los fieles de la región. Se le denominó aldea-iglesia.
A pesar de este proceso colonizador, el norte de Suecia no ha dejado de lado su carácter sami. Esta etnia, por su parte, solo ha asimilado parcialmente la cultura sueca. Con el tiempo, esta región empezó a forjar una identidad propia distinta de Västerbotten, sus vecinos del sur. Fue en el siglo XX cuando consiguió su autonomía y escudo de armas. En este aparecen los cuatro grandes ríos que dejan sus aguas en el mar Báltico. Uno de ellos es el Lule, que desemboca en Luleå. Hasta 1649, esta ciudad estuvo asentada donde hoy está Gammelstad, traducido como ciudad vieja. Esta zona de Escandinavia, sobre todo desde la Costa Alta, está sufriendo un rebote postglacial que ha elevado el nivel de mar unos diez metros en mil años. Es un proceso tan visible que el puerto de Gammelstad se volvió impracticable para los barcos por la falta de profundidad. Luleå se desplazó unos kilómetros hacia el mar Báltico, pero a no ser que el cambio climático lo evite sufrirá los mismos problemas.
Gammelstad era de hecho una isla cuando fue concebida en el siglo XIV como centro parroquial dependiente del arzobispado de Uppsala. Parece que fue en 1339 cuando se celebró el primer oficio. La prosperidad de la zona, gracias la venta de pieles y salmón, dio los fondos necesarios para levantar una iglesia a comienzos del XV, que no obstante fue consagrada en 1492. La iglesia se convirtió en el centro no solo religioso, sino cultural, de una amplia región. Daba servicio los domingos y festivos a una población dispersa en 47 pueblos y más de 400 granjas. Hielo, nieve y oscuridad dificultaban el desplazamiento en muchas épocas, hasta el punto que las familias no podían volver de forma segura el día del oficio. De forma natural surgió la necesidad de proveer a estas familias de alojamiento hasta la mañana siguiente. La fórmula funcionó a la perfección y fue replicada en el norte de Suecia hasta conformar 71 aldeas-iglesia. El crecimiento de otras zonas y el desplazamiento de la población a Luleå han preservado Gammelstad, que además ha tenido la fortuna de no sufrir ningún gran incendio.
El tiempo sí ha determinado el diseño urbano, inicialmente radial y hoy más disperso. El centro está en la iglesia Nederluleå, rodeada por 424 cabañas de similar diseño: madera pintada de rojo, salvo en los marcos de ventanas y puertas blancos, y techos metálicos. La antigüedad de las casas es difícil de establecer porque muchas se han ido renovando, pero la mayoría son del XIX. Cuando nos alejamos lo suficiente aparecen viviendas más permanentes. Nederluleå es la iglesia más relevante del norte de Suecia. Está protegida por un murete para protegerse en su día de mercenarios. Es de piedra en las paredes y madera en el techo. En su única nave destaca el fino retablo de Amberes de la década de 1520. Alrededor de la iglesia hay edificios como la casa parroquial, capilla, posada, etc.
Luleå es de largo la población más grande de Norrboten pese a tener solo 75.000 habitantes. Como centro de la zona tiene aeropuerto. Por carretera es un camino de diez horas desde Estocolmo. Luleå es una puerta también a Laponia, pues de aquí parten trenes que se dirigen al país sami. Gammelstad es muy fácilmente accesible, pues un autobús de línea nos dejará aquí en media hora. Se puede pasear libremente entre las cabañas, hay una convertida en museo, o contratar un tour guiado. El centro de visitantes está frente a la iglesia. Un poco más al norte está el museo al aire libre de Hägnan, perfecto complemento para entender la historia de Norrboten. El verano es sorprendentemente agradable en esta parte de Suecia.
Fotos: Mark Hakansson / Lars Falkdalen Lindahl
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