Dominio del rajput
Los rajputs fueron líderes de una serie de clanes que gobernaron pequeñas regiones en India desde el siglo VI, cuando colapsó el imperio gupta, hasta el XX. Tenían un espacio de poder muy variable, siendo algunos auténticos reinos. Asentados entre el Himalaya y la costa, los rajputs fueron un auténtico tapón que impidió el avance del Islam durante mucho tiempo. Aunque se aliaban en confederaciones constantemente, también luchaban entre sí, especialmente cuando quedaba una vacante en algún lugar. Las reglas cambiaron con los mogoles, pues las victorias de estos forzaron a entenderse con el invasor. El acuerdo fue mutuo: el mogol Akbar entendió la relevancia de los rajputs y organizó cuarenta matrimonios con ellos. La relación se resquebrajó generaciones después, siendo una de las causas del declive mogol. En 1947, los rajputs decidieron incorporarse al nuevo estado indio, donde formaron el estado de Rajastán. Sus antiguas sedes de poder, sus increíbles fuertes sobre colinas, son su legado más patente.
Si hubo unos rajputs complicados de gestionar para los mogoles fueron los fundadores del reino de Mewar. Liderados por distintas dinastías, la última y más combativa fue la Sisodia: se negaron a aceptar vasallaje alguno. Akbar les forzó a mudar la capital, pero resistieron como estado de Udaipur. La mudanza provocó el abandono del fuerte Chittorgarh, uno de los más espectaculares, históricos y también el más antiguo, del siglo VII. Tres veces fue severamente atacado, con derrota rajput y suicidios masivos de mujeres y niños para evitar la captura. El asedio de Akbar de 1567 fue el definitivo, pero tras el fin de los mogoles fue restaurado. Se expande en una colina de verticales paredes y difícil acceso. Sus tres kilómetros cuadrados están protegidos por trece kilómetros de murallas y una única puerta séptuple. En su perfil destacan dos torres: Kirti Stambh del siglo XII y Vijay Stambha del XV. Comparten espacio con palacios, templos hinduistas y jainistas, veinte cisternas y monumentos. Si Chittorgarh es muy pura en su estilo hindú, Kumbhalgarh lo es más, pues solo fue tomada un año. Las murallas tienen unos increíbles 38 kilómetros. Es la segunda muralla continua más larga tras la Gran Muralla china.
Otros fuertes sí recibieron mayor influencia mogol. Tres están localizados al este. Los de Gagron y Ranthambore son híbridos, pues pertenecieron tanto a los propios Mewar como desde el XVI a los mogoles. Gagron tiene la particularidad de ser el único sobre una colina en la confluencia de dos ríos para mayor protección. Ranthambore está en medio del Parque Nacional homónimo, un fastuoso bosque y antiguo lugar de caza. El fuerte de Amber está al lado de Jaipur, a orillas del lago Maota. Es el que más influencia mogol presenta gracias a la alianza de los rajputs Kachchwaha con los mogoles. Amber es también el más palaciego, pues estaba conectado bajo tierra con el de Jaigarh, más preparado defensivamente. Está dividido en cuatro patios, siendo el tercero el más lujoso. Renovado en el siglo XVII, Amber bebe de los mogoles en adornos, hidráulica y el diseño de jardines.
Muy alejado del resto se encuentra la ciudad dorada de Jaisalmer, en medio del desierto de Thar, frontera entre India y Pakistán. Su fuerte, antigua parada de la Ruta de la Seda, está sobre una aislada meseta triangular. La historia aquí es parecida, pues los rajputs se rindieron ante Akbar. Sin embargo, su aislamiento le da otro carácter. Una de las principales particularidades de Jaisalmer es que la gente continúa viviendo entre sus gruesas murallas de arenisca amarilla reforzadas por 99 bastiones. Por eso mantiene su urbanismo y arquitectura civil, especialmente en sus mansiones haveli, como Patwon-ki. La otra diferencia es que Jaisalmer tiene una fuerte comunidad jainista, una de las más potentes de la India. Suyos son los principales monumentos del interior: ocho templos construidos entre los siglos XIV y XVII. Parsvanath es el más antiguo, grande y bello.
La moderna Jaipur es el punto de partida idóneo para visitar los fuertes, pues forma parte del triángulo más turístico del país con Delhi y Agra. Aquí podremos ver el de Amber con tan solo tomar un taxi. El Parque Nacional Ranthambore y su fuertes son también accesibles desde aquí viajando a Sawai Madhopur. Este es uno de los mejores lugares para ver tigres en libertad. 600 kilómetros al oeste está Jaisalmer, a la que se llega tras un duro viaje. La recompensa lo merece, pues disfrutaremos de una India muy diferente. Aquí los safaris típicos son con camellos. Udaipur tiene su propio aeropuerto. Esta turística ciudad es la base para ver los fuertes de Chittorgarh y Kumbhalgarh. También podremos llegar hasta el último, Gagron, menos visitado pues exige un viaje largo. La cocina de Rajastán tiene mucho de sus rajputs y geografía: salvo excepciones usa mucha carne, legumbres, picante y poca preparación. La época para visitar Rajastán va de octubre a marzo.
Fotos: Santosh namby / Daniel Mennerich
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