Vehículo solar
Surya es como se denomina al sol en India y Nepal y también una de las deidades de mayor rango para varias escuelas hinduistas. Como muchos cultos al sol, su origen es muy antiguo. Con más 3.000 años, es uno de los mayores en el subcontinente indio. Surya se fue incorporando al universo hinduista, especialmente en las ramas brahmanas. Es usualmente representado como una persona resplandeciente que porta una flor de loto mientras conduce un carruaje tirado por siete caballos, equiparados con los siete colores del arcoíris. También hay variantes y evoluciones que llegan hasta de la Grecia clásica. Aparece en muchos templos del primer milenio de nuestra era como las grutas de Ellora, pero lo que es más complicado de ver son templos dedicados a él, los denominados templos del sol. El más celebrado y deslumbrante se encuentra en el estado de Odisha, al este de India: el templo de Konârak. Orientado hacia el este, al golfo de Bengala y el sol naciente, es un prodigio tanto de arquitectura como escultura.
Odisha es el estado actual de la región histórica de Kalinga. Esta zona varió sus fronteras, siempre sin abarcar grandes extensiones, y fue dominada a temporadas por otros pueblos como los maurya o los gupta. En el siglo XI ascendieron al poder los ganga del este, dinastía fundada por Anantavarman Chodaganga, descendiente de los ganga del oeste y los chola. A estas influencias sumó la chalukya. El gobierno de los ganga fue desafiado constantemente por los sultanatos musulmanes vecinos. Uno de los reyes más duros fue el gran Narasimhadeva I. En 1243 inició una serie de contraofensivas para invadir territorios de los propios musulmanes y aplacar así sus ánimos. Sus victorias funcionaron incluso cuando estos se repusieron. Temiendo represalias no osaron entrar en Odisha. A la muerte del rey, sin embargo, los ganga declinaron y perdieron terreno. La dinastía se estiró hasta el siglo XV, cuando los gajapati tomaron el mando hasta la llegada mogol.
Narasimhadeva I celebró sus victorias sobre el sultán bengalí Tughral Tughan Khan encargando la construcción del templo de sol de Konârak en 1255. Situado en la desembocadura del río Chandrabhaga, los sedimentos han extendido la costa y hoy el templo está unos metros al interior. Parece que previamente hubo un templo en Konârak desde el siglo VII o IX. La construcción del actual está llena de leyendas. Se dice que 12.000 hombres a las órdenes de Bisu Maharana destinaron doce años. Tuvo que ser su hijo Dharmapada de, claro, doce años, el que diera con la solución para culminar la estructura con una corona llamada shikhara. Luego se suicidó para no mancillar a su padre. También abundan teorías del colapso de la principal estructura. Pudieron ser ataques mogoles en el XVI, pero también se especula con deficiencias estructurales. El caso es que en el siglo XIX se derrumbó lo que quedaba. Hubo que esperar a finales de ese siglo para que se protegiera la estructura y relieves, sobre todo de la erosión del viento.
El templo de Konârak es en realidad un enorme carro de Surya o vimana, por lo que se identifican bien sus elementos: siete caballos divididos en dos grupos tiran del templo, equipado con doce pares de ruedas. Estas, de tres metros de diámetro, funcionan como relojes solares y a su alrededor hay motivos astronómicos. El vimana, que medía setenta metros, yace en el suelo, así que la estructura más alta es el piramidal jagamohana de 39 metros, que servía de hall de audiencias. Otras dos estructuras sobreviven: el hall de danza natmandir y el de cena. Al oeste se han descubierto otros dos templos previos al del sol. Todo el templo de Konârak es como una enorme escultura de piedra condalita en estilo kalinga, del que es su máximo exponente. Entre los relieves más famosos están los tántricos eróticos, muy en el estilo de Khajuraho. Como en este, son solo una parte de los que muestran el ideal de vida tántrico y la cotidianeidad de los ganga del este.
Konârak forma parte del denominado triángulo dorado del este junto al templo de Jagannath en Puri, también a orillas del mar, y el templo de Lingaraj en Bhubaneswar, la capital. Konârak está a unos sesenta kilómetros de ambas y suele ser visitada en excursión de un día. Toda la costa hasta Puri está formada por el santuario de vida salvaje Balukhand-Konark, con fantásticas playas vírgenes como Chandrabhaga. En el templo es útil contratar un guía oficial y acercarse al pequeño museo arqueológico. Hay otras piezas por el mundo, especialmente en museos británicos. De vuelta a Bhubaneswar podemos parar en Pipli a comprar artesanía. En febrero se celebra durante cinco días en el templo uno de los festivales de danza más importantes de India. Es buena época también por las lluvias, que dan un respiro de noviembre a mayo.
Fotos: Ankush Bagga / Arpan Mahajan
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