La fiebre del salitre
La cordillera Domeyko no es muy conocida, pero es la más seca del mundo. Forma frontera entre Chile y Bolivia separando dos accidentes geográficos más conocidos, el desierto de Atacama chileno y el salar de Uyuni boliviano. En ambos casos estamos en lugares extremadamente secos donde la lluvia es escasísima. Tanto flora como fauna se han adaptado a absorber la humedad ambiental. Esta región no fue siempre así y donde hay lagos salados antes hubo lagos normales. Además de Uyuni hay multitud de lagos cargados de nitrato de sodio. Este salitre es una materia prima utilizada principalmente como fertilizante agrícola, pero también como ingrediente en explosivos, pigmentos, conservantes, etc. Explotar este salitre fue el objetivo de varias empresas en el siglo XIX, pero vivir en este entorno fue durante sesenta años un reto. Humberstone y Santa Laura representan esta era de desarrollo económico capitalista, pero también de la lucha laboral de los trabajadores en un entorno tan hostil.
La vida en el norte chileno se recluye en la costa, en ciudades como Iquique. Es la capital de la región de Tarapacá, una de las menos densas de Chile. Los iquiqueños extraen su agua del subsuelo de lugares como la pampa de Tamarugal, unos cincuenta kilómetros al este. Alrededor de esta pampa es donde se acumularon las salitreras. El uso del salitre como fertilizante fue conocido por los pueblos prehispánicos, que explotaron modestamente la zona. El primer uso de los colonos no fue este, sino como ingrediente para fabricar pólvora para las guerras españolas. El aumento de la demanda con la exportación a países como EEUU y Francia trajo las primeras explotaciones permanentes en 1810, aunque entonces tenían escala familiar y el trabajo era manual. Poco después se descubrió el uso como fertilizante y llegó el impulso definitivo. Tarapacá se convirtió en el primer proveedor mundial de nitrato de potasio. Además, el ingeniero químico Pedro Gamboni mejoró el proceso de extracción y el ferrocarril acortó las distancias.
El caramelo era tan dulce que fue la principal causa de la guerra del Pacífico, en la que Chile arrebató a Perú y Bolivia una buena porción de las regiones salitreras para liderar su explotación. Fue tal la relevancia que a finales de siglo XIX suponía la mitad de la economía chilena. En 1862 nació la salitrera La Palma, luego renombrada como Humberstone, fundador de la Compañía de Nitratos Peruanos. Más modestamente, en 1872 la compañía Barra y Risco abrió Santa Laura muy cerca. Alrededor de 1880 se inicia el boom definitivo con multitud de salitreras y ciudades industriales anexas. Sus trabajadores, procedes de Chile, Bolivia y Perú, eran tratados de forma paternalista por los empresarios. Organizaron algunas de las primeras huelgas históricas e influyeron en la formación de los sindicatos. Paulatinamente fueron formando una cultura propia que aún perdura, la de los pampinos. Poco tiempo después de ver mejoradas sus condiciones se descubrió el proceso para fabricar nitrato sintético, lo que hizo declinar las salitreras. Algunas como Humberstone sobrevivieron, pero en 1959 echaron el cierre definitivo.
Afortunadamente, ambas salitreras fueron conservadas en vez de desmanteladas. Se complementan porque Humberstone es una foto perfecta de una ciudad industrial y Santa Laura conserva la maquinaria de época. La ciudad de Humberstone tiene un diseño rectilíneo cortado por la diagonal de la línea ferroviaria. El centro en la plaza central tiene edificios de los años 30: mercado, teatro, grandes almacenes, piscina, hotel y capilla. Las sencillas casas eran de madera, estuco y tejados metálicos, siempre de un piso. Había tres modelos según el trabajador estuviera casado o soltero o tuviera mayor rango. En Santa Laura sobreviven menos edificios, pero tenemos el proceso de extracción del nitrato hasta su cristalización. El cobertizo de madera para calentar y filtrar la mena es el único en su clase de Chile. Los residuos se almacenaban en un enorme edificio que también pervive, como una gran chimenea y el buzón, una construcción semisubterránea para almacenar la mena.
La zona norte de Chile ha crecido a nivel turístico gracias a sus playas y resorts, así que la franja de Iquique a Arica cuenta con bastantes infraestructuras y un aeropuerto. Iquique es una ciudad que explotó gracias al salitre, por lo que su arquitectura dominante es de la misma época, como se puede ver en el palacio Astoreca. Menos amable es la visita para rememorar la matanza de la Escuela Santa María de 1907, relacionada con las huelgas de los pampinos. Visitar Humberstone y Santa Laura es muy sencillo y hay excursiones de medio día que cubren ambas. Ir con guía es desde luego muy aconsejable, pues tanto el proceso del salitre como los pueblos fantasma merecen una explicación. No hay que olvidar las extremas temperaturas, así que hay que llevar agua y protección.
Fotos: Diego Dulit / Diego Delso
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