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Reserva forestal de Sinharaja

Reserva forestal de Sinharaja

Sabaragamuwa y Sur (Sri Lanka)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 16 05, 2020
  • Category:

Selva propia


Hace millones de años, Sri Lanka acompañó al subcontinente indio en su aventura marítima hasta chocar con Eurasia. Fue así porque comparten placa tectónica, la que en su día estuvo unida a territorios muy lejanos. Cuando la placa se unió, flora y fauna empezaron a entremezclarse, pero en distintos grado. Los aproximadamente cincuenta kilómetros del estrecho de Palk mantuvieron a Sri Lanka en un contexto diferente. Una isla relativamente pequeña y una evolución al margen han hecho que Sri Lanka tenga la mayor densidad de biodiversidad de Asia, con unos porcentajes de endemismo muy altos. No toda la isla tiene el mismo clima, lo cual añade variedad. Las selvas tropicales de tierras bajas, por debajo de mil metros, son las más ricas. Desgraciadamente, el desarrollo de la isla se ha llevado por delante buena parte de estos ecosistemas. Plantaciones de arroz, goma o palma y desarrollo urbano han ido limando los kilómetros cuadrados de este hábitat, dejando las zonas a salvo como islas de biodiversidad separadas entre sí. La más relevante de todas es la Reserva Forestal de Sinharaja.

Vegetación en la Reserva de Sinharaja

Hablamos de una región no muy extensa de apenas veinte kilómetros de ancho y solo siete de largo, aunque Sinharaja está reforzada con otras de similar tamaño que conjuntamente suponen la mitad de las áreas protegidas de selva baja. En Sinharaja, en apenas 6.000 hectáreas ocurren muchas cosas. Geográficamente está vertebrada por una zona montañosa que provoca un gradiente de altitud de los 300 metros a los 1.171 que marca el pico Hinipitigala, en la parte este. De lado a lado hay multitud de arroyos que van arrugando el terreno gracias a la excepcional caída de lluvia acumulada durante el doble monzón que azota Sri Lanka y mantiene las montañas entre densas nubes. Los ríos de la cara sur acaban en el río Gin, mientras que los del norte fluyen hasta unirse al Kalu. Además, en estos siete kilómetros de largo hay un cambio geológico de la roca sobre la que se asienta el sustrato vegetal. La flora, con un 60% de árboles endémicos, cubre toda la extensión de Sinharaja a salvo del desarrollo. Su protección y extensión hacen que se considere el último remanente viable de selva primitiva en el país.

Aunque no se sabe con exactitud el origen del conocido como Puente de Adán, la conexión entre India y Sri Lanka, sí se sabe que ha estado emergido durante épocas. Pese a este pasillo ecológico, la fauna de Sri Lanka ha caminado al margen de la india manteniéndose fiel a los orígenes taxonómicos de Gondwana. Esto significa que la proximidad evolutiva es mayor con Australia que con una zona cercana como los Ghats Occidentales indios. La importancia de Sinharaja en flora se resume en que dos de cada tres especies endémicas de selva baja cingalesa están presentes. Son relevantes por alojar una ingente fauna también endémica. Especialmente entre las aves, pues la práctica totalidad de las endémicas cingalesas están presentes. Algunas están irremediablemente amenazadas por la reducción de hábitat, pero han desarrollado una adaptación muy especial. Diferentes especies de aves insectívoras forman bandadas que colaboran juntas. Es difícil ver un ave solitaria. También son relevantes los reptiles, con varias especies de camaleones, víboras y varias de las sensibles ranas de árbol.

Monos blancos en la Reserva de Sinharaja

Los mamíferos lo tienen más complicado, pues Sinharaja no tiene el tamaño suficiente para que se desarrollen poblaciones saludables de grandes mamíferos. Es cierto que hay constancia de leopardos y quizá de elefantes. Más habituales son los langures de cara púrpura, acostumbrados a los árboles, más algunos cérvidos y pequeños felinos. Su supervivencia se ha basado en dos factores relacionados: inaccesibilidad y temprana protección. El área de Sinharaja, traducida como rey león, fue nombrada Reserva Real en 1875, proporcionando protección frente a la explotación del resto del país. No obstante, en los años 70 surgieron problemas con las talas indiscriminadas. La defensa de los ambientalistas logró internacionalizar el conflicto y se consiguieron garantías para salvar Sinharaja. Las poblaciones locales están comprometidas y hoy no hay grandes amenazas.

La capital Colombo o Galle son las ciudades más cercanas a las entradas de la Reserva de Sinharaja, entre las que Kudawa, en el norte, es la más transitada. Llegar en transporte público es tedioso, así que es mejor si conseguimos transporte privado. En esa parte hay lodges para hacer noche, aunque con un día es suficiente para hacerse una idea del hábitat. Lo habitual es hacer unas horas de senderismo prismáticos en mano para avistar aves, lo más asequible. Se suele acabar en alguna zona de cascadas para tomar un baño. La mayor parte de la gente acude con guía interpretativo, que nos prevendrán sobre las sanguijuelas y nos enseñarán plantas salvajes típicas de la isla como la canela. De mayo a julio y de noviembre a enero es la estación lluviosa en Sinharaja.

Fotos: Shanaka Aravinda / Gaurika Wijeratne

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