Amplitud safávida
La dinastía safávida, que optó por la rama musulmana chií y modernizó su estado, es el origen de la Irán moderna. Ascendieron al poder en 1501 aguantando dos siglos, aunque no todo el periodo fue plácido. A finales del siglo XVI, la dinastía dio síntomas de agotamiento, con conflictos internos entre la casta militar Qizilbash, que aprovecharon los otomanos para arrebatarles territorios. En 1588 ascendió al poder Abás el Grande para cambiarlo todo. Colocado por un Qizilbash, se resistió a ser manejado y planteó un cambio radical. Disminuyó la relevancia política de los Qizilbash y abrió las puertas de la administración a pueblos del Cáucaso históricamente minoritarios, algunos cristianos. Abás no solo resistió frente a los otomanos, sino que recuperó territorios que él mismo había cedido. Como tantos dirigentes persas, mudó la capital, que se trasladó de Qazvín a Ispahán. Esta histórica ciudad tuvo uno de los rediseños urbanos más profundos en la historia persa. El mejor ejemplo está en su inmensa plaza Meidan Emam, rodeada de icónicos monumentos.
Abás reformó su gobierno y organizó la economía en torno al producto estrella iraní, la seda. Pasados unos primeros años de regencia, mudó la capital en 1598 e inició su espectacular rediseño. La elección de Ispahán tuvo sentido, pues se alejó de sus enemigos otomanos y uzbekos y se acercó al golfo Pérsico, fundamental en el comercio con Europa, con quien estrechó lazos. Parece que Abás encargó al matemático, filósofo y arquitecto Sheikh Bahaei, uno de los prohombres de esta era persa, el diseño de Meidan Emam. La plaza tenía que representar la tendencia absolutista de Abás, que con Ispahán quiso centralizar el poder cambiando la tendencia histórica persa de usar varias capitales. Así, en Meidan Emam se citan los tres principales poderes: religioso, político y económico. El segundo era el único existente antes de los trabajos encargados por Abás, pues había un pequeño palacio timúrida que se amplió generosamente. Todas las obras se realizaron simultáneamente, de forma que se habían finalizado al morir Abás en 1628. Desde entonces solo ha habido labores de restauración.
Naqsh-e Jahan, nombre alternativo de Meidan Emam, es una inmensa plaza rectangular de 560 metros de largo y 160 de ancho, las más extensa de todo Oriente Medio. El interior está vacío, pero el ambiente se suaviza con un amplio parque que pinta de verde la plaza. Este vasto espacio ha sido utilizado para todo tipo de entretenimientos y acontecimientos que el shah veía desde su palacio, como partidos de polo persa chavdag, malabaristas, títeres, acróbatas, cómicos, etc. En el perímetro está lo arquitectónico, empezando por una homogénea y continua arcada de dos pisos que solo se interrumpe con los principales monumentos, uno por punto cardinal. Al norte queda la inmensa puerta Qaysariyyeh, que da paso al inmenso bazar imperial, uno de los más grandes y antiguos de Persia. Todas las arcadas, además, están ocupadas por comercios. Atraían a comerciantes de medio mundo que daban un toque cosmopolita a la plaza. También presentan la decoración típica en Meidan Emam, con azulejos y pinturas de diseño floral con el estilo de Reza Abbasi, gran pintor de la corte de Abás.
Los otros tres puntos cardinales están ocupados por la mezquita del Shah o Imán y Lotf Allah y el palacio Ali Qapu. La mezquita del Shah es la joya arquitectónica del estilo safávida. Sustituyó a la histórica mezquita de Ispahán, Masjed-e Jāme’, como principal en Ispahán. Sus principales características son su inmensa cúpula turquesa y el diseño basado en cuatro porches arqueados o iwan. La decoración interior es asimismo espectacular con, por ejemplo, medio millón de azulejos. Lotf Allah es mucho más modesta en tamaño, pues su rol era el de mezquita real, principalmente para el harén real. De arquitectura más sencilla, destaca por su finísima decoración con azulejos e inscripciones, especialmente en el interior de la cúpula. En cuanto al palacio, lo que vemos es en realidad una inmensa puerta de 48 metros de altura y seis pisos. Una gran terraza decorada con pinturas de Reza Abbasi era el escenario donde el shah agasajaba a sus invitados.
Ispahán es visita obligada en Irán. Tiene aeropuerto, aunque mucho turismo llega en ruta. Otras obras relevantes de Abás en la ciudad son la avenida de seis kilómetros Chaharbagh, diseñada también por Sheikh Bahaei, el palacio Chehel Sotún o el puente Si-o-se-pol, una de sus postales más famosas. Meidan Emam será un lugar recurrente en nuestra visita por sus monumentos, todos de pago, y su animación. Al ser tan grande podemos utilizar una turística calesa con caballos. Es imprescindible venir también de noche, cuando muchos locales hacen picnic en los jardines y la plaza se transforma. El momento álgido en Meidan Emam, no obstante, es el año nuevo persa o Nowruz. Aunque estemos en un oasis, el calor en Ispahán puede ser agobiante en verano.
Fotos: Arad Mojtahedi / Babak Farrokhi
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