El legado de Erik
No parece lógico que el territorio más helado del hemisferio norte, Groenlandia, tenga en su etimología el adjetivo verde. Parece que fue cosa del antiguo nórdico Erik el Rojo, considerado por las sagas islandesas primer poblador estable de la isla más extensa del planeta. Erik llegó a Groenlandia en el 982 exiliado desde Islandia y sobrevivió exitosamente durante tres años. Se propuso levantar los primeros asentamientos agrícolas de Groenlandia y para atraer gente necesitaba un nombre atractivo, al menos más atractivo que el hielo al que hace referencia Islandia. Muchos le siguieron y nació Brattahlið, primer asentamiento agrícola de Eystribyggð o, como se denomina en groenlandés, Kujataa. Hasta que distintas circunstancias hicieron insostenible la vida en Kujataa, la vida en el sur de Groenlandia progresó. Hasta qué punto convivieron los nórdicos europeos con los inuit thule, de origen norteamericano, es debatible. Sí sabemos que desde 1780 estos pueblos inuit iniciaron en solitario la segunda oleada de agricultura en Kujataa.
Tres cuartas partes de los más de dos millones de kilómetros cuadrados de Groenlandia están heladas permanentemente, hecho clave en el nivel del mar del planeta. Los poco mas de 50.000 habitantes se distribuyen por la costa, principalmente oeste y sur. Dominada por sucesivos fiordos producto de los glaciares, la costa tampoco es un lugar sencillo para vivir. Pueblos árticos como los esquimales o inuits ocuparon Groenlandia intermitentemente desde el 2500 a.C., principalmente por las posibilidades de caza de mamíferos, tanto marinos como terrestres. Todos compartían la procedencia americana, continente al que geográficamente pertenece la isla. En el siglo X empezaron a llegar a sus costas expediciones nórdicas desde Islandia. Fueron ellos, de mano de Erik, los que introdujeron la agricultura y llegaron a sumar hasta 3.000 valientes. Sobre la llegada de los inuit thule se sabe menos, pero se estima que lo hicieron sobre el siglo XIII. Fueron los que finalmente se asentarían en Kujataa cuando la situación empeoró por epidemias, agotamiento del suelo y/o cambios climáticos.
Cuando los nórdicos daneses y noruegos volvieron a ocupar Groenlandia en el siglo XVIII, lo hicieron principalmente en la costa oeste, pero también se acercaron a Kujataa. Instalaron un puesto comercial en Qaqortoq, donde los inuit llevaban tiempo sin practicar ni agricultura ni ganadería. Fueron una pareja formada por un comerciante noruego y su mujer inuit, Anders Olsen y Tuperna, los que recuperaron la actividad medieval de Kujataa. Lo hicieron en Igaliku, que había sido ocupada por los nórdicos medievales. La etapa iniciada por Olsen y Tuperna ha tenido continuidad hasta nuestros días y en Kujataa todos se consideran sus descendientes inuit. No obstante, la actividad agropastoral tuvo su declive a finales del siglo XX en favor de la ganadería industrial en Qassiarsuk, la caza y la pesca. En el siglo XIX empezaron los trabajos arqueológicos en la zona de Tasikuluulik que fueron desentrañando, junto a los documentos escritos, la primera etapa de Kujataa, sobre cuyas ruinas se instaló la segunda.
En toda la región denominada Kujataa se han identificado más de 500 sitios arqueológicos de los nórdicos medievales. Qassiarsuk, situada en una fértil y protegida área al final del fiordo Eriksfjord, es la principal. Aquí se han identificado dos decenas de granjas medievales y la primera ciudad nórdica, Brattahlið. En esta localidad estuvo seguramente la primera iglesia de América, pero al ser de madera y tepe no sobrevivió la desocupación. Hoy se ha reconstruido una similar. Frente a Qassiarsuk se encuentra Igaliku, sede del primer obispo de Groenlandia. Testigo de ello son las ruinas de la catedral de Garðar, del siglo XII. En Igaliku hay también muchos vestigios de la segunda etapa como viviendas y tumbas del siglo XIX. Al suroeste de Igaliku se encuentra el vestigio nórdico más icónico de Kujataa, la iglesia medieval de Hvalsey, gracias a su mejor estado de conservación producto de las pesadas piedras usadas en su construcción. El techo, seguramente de tepe, se perdió en el tiempo.
Narsarsuaq es la puerta de entrada al sur de Groenlandia gracias a su aeropuerto internacional. Muchos turistas cogen aquí cruceros o el ferri de verano para ir bordeando toda la costa hacia el oeste. En el aeropuerto también podemos contratar vuelos panorámicos para conocer la región de Kujataa. Desde Narsarsuaq es sencillo conseguir transporte para ir a los distintos puntos arqueológicos: Qassiarsuk se encuentra al cruzar el fiordo y aquí veremos la recreación de la vida vikinga; Igaliku y su catedral unos kilómetros al sur; y unos kilómetros más hasta Qaqortoq, ciudad más poblada de Kujataa antes de la cual está la iglesia de Hvalsey. En todo caso, la mejor manera de moverse, siempre que vengamos en verano, es en barcos o lanchas. En esta región es también típico el agroturismo en las numerosas granjas de Kujataa.
Fotos: jtstewart / Rune S. Selbekk
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