Desagüe productivo
La gestión del agua es una tarea imprescindible en la minería desde sus inicios. Tanto en las minas a cielo abierto como en las subterráneas, las filtraciones de agua son enemigas para los mineros, que corren el riesgo de ver la mina anegada. Hasta el siglo XVI, los métodos de desagüe eran puramente manuales salvo inventos como el tornillo de Arquímedes. Entonces se empezaron a popularizar métodos más mecánicos como las bombas de agua utilizadas en Rammelsberg, Alemania. Cuando la Revolución Industrial requirió mayores cantidades de materias primas, la cuestión se volvió fundamental para mantener o incluso recuperar minas. El ingeniero Thomas Savery fue el primero en vislumbrar un método basado en la fuerza del vapor. Sus ideas fueron completadas por otros nombres como Thomas Newcomen y Denis Papin y a mitad del siglo XVIII se empezaron a instalar las primeras bombas de vapor en minas. La más eficaz fue la instalada en 1788 en Tarnowskie Góry. Fue clave para llevar a esta mina polaca a la vanguardia de la producción minera del siglo XIX.
La ciudad de Tarnowskie Góry nació en tiempos medievales, aunque las primeras extracciones de vetas de plata y plomo están datadas a finales del siglo XV. El margrave de Brandeburgo-Ansbach facilitó la conversión de campesinos a mineros, de modo que a finales del XVI Tarnowskie Góry era la mayor mina de Silesia y una de las más productivas en Europa. El uso del plomo para facilitar la extracción de plata de las menas de cobre supuso la principal demanda, sobre todo por su exportación a América. Antes del descubrimiento de métodos similares utilizando mercurio, las minas no tuvieron rival. A comienzos del siglo XVII, las vetas más superficiales se agotaron y se empezó a necesitar mayor profundidad. Sin embargo, la Guerra de los Treinta Años fue un frenazo para las minas y la ciudad, que tuvieron que esperar al gobierno prusiano en 1740 para recuperarse. El agua había anegado las minas, pero la nueva relevancia del zinc de las minas hacía rentable la empresa siempre que se solucionara la gestión hidráulica, hasta entonces solucionada parcialmente con molinos movidos por caballos.
Es cuando entra en escena Friedrich Wilhelm von Reden. Este innovador ingeniero de minas propuso instalar el segundo motor a vapor en la Europa continental para bombear agua. Corría el año 1787 y la decisión devolvió vida a Tarnowskie Góry. No fue un trabajo sencillo, pues además de bombear el agua había que trasladarla, para lo cual se horadaron varias galerías de desagüe diseñadas con un ligero desnivel para facilitar a la gravedad la evacuación del agua sobrante, una antigua técnica. Nació así la flamante mina de Friedrich, cuyo nombre no fue puesto en honor al ingeniero, sino al rey de Prusia. El siglo XIX vio cómo se seguían abriendo nuevas galerías al sur mientras se gestionaba el agua para mantener a Tarnowskie Góry como una mina clave en la producción de zinc mundial hasta 1910, cuando las vetas empezaron a escasear. Las minas se mantuvieron unos años más abiertas, pero en los años 30 se cerraron.
Afortunadamente, solo cuatro años después arrancaron los esfuerzos para conservar la infraestructura, aunque el tiempo había eliminado maquinaria original. Algunos elementos fueron transformados, como el parque público de la ciudad, que esconde montículos de escombros y hoyos bajo sus árboles y lagos. El principal legado de Tarnowskie Góry es su gestión hidráulica forzada por el plano terreno, inusual en una mina. Los kilómetros de galerías de desagüe se cuentan por decenas: 50 en galerías principales y 150 en secundarias, que de hecho todavía funcionan. Por lo llano del terreno y la escasa profundidad de las minas, estas galerías corren a pocos metros de la superficie hasta descargar en los ríos Stola y Drama. En la superficie se conservan elementos como la entrada neoclásica a la mina de Friedrich original, las minas a cielo abierto originales del XVI, montañas de escombros, instalaciones para procesar y transportar la mena extraída, etc.
Tarnowskie Góry es parte del área metropolitana de Katowice, a una media hora con posibilidad de llegar en tren. También es factible visitar la ciudad en excursión de día desde Cracovia, unas dos horas al este, combinando la visita con los palacios y jardines de Świerklaniec. Además de dar un paseo por el centro histórico de Tarnowskie Góry y el parque público, en las minas hay dos lugares visitables: el museo histórico Zabytkowa Kopalnia Srebra y la galería de Czarnego Pstrąga. El primero consiste en una visita guiada de unos noventa minutos que incluye vídeo, exposición y paseo bajo tierra por las galerías de casi dos kilómetros con una parte salvada en barca. Este es el medio de locomoción en Czarnego Pstrąga, donde recorreremos unos 600 metros por una estrecha galería. Entre ambos lugares necesitaremos transporte, pues distan cinco kilómetros.
Fotos: Stowarzyszenie Miłośników Ziemi Tarnogórskiej / Gabriel Wilk
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