Ciudades y estupas
Cuando llegó a los oídos de Ambhi que un poderoso rey occidental había derrotado a Persia y se encaminaba a sus territorios, pensó rápidamente su estrategia. Alejandro Magno recibió de su parte tesoros y tropas para continuar su avance. Ambhi, conocido como Taxiles por los griegos, no era altruista. Su objetivo era vencer a su vecino Porus, rey asentado al otro lado del río Jhelum, afluente del Indo. Estos hechos preceden uno de los eventos históricos del periplo de Alejandro Magno, su entrada triunfal en la capital de Ambhi, Taxila, en el año 326 a.C. Se ha identificado la colina de Bihr, uno de los distintos emplazamientos que tuvo Taxila, como el lugar donde aconteció. En un reducido espacio, cuatro ciudades se fueron sucediendo representando distintos urbanismos más o menos irregulares. Todos tuvieron en común la presencia del budismo desde el siglo III a.C., algo reflejado en sus monasterios y estupas. Aún más antigua es la presencia de enseñanza superior. Datado en el siglo V a.C., Taxila compite por haber albergado la protouniversidad más antigua del mundo.
Aunque hay presencia humana desde el Mesolítico, atestiguada por la cueva de Khanpur, el primer gran asentamiento de Taxila se ha datado en 3.000 años. Inicialmente parece asociada al reino de Gandhara, uno de los más influyentes en esta región geográficamente relacionada con el subcontinente indio, aunque también fue clave como estación previa a los pasos montañosos hacia Centroasia. Fuentes antiguas destacan el tamaño de su reino, pero Taxila fue cayendo bajo el control de grandes imperios como los aqueménidas antes del paso de Alejandro y la resaca helenística. Esta se mezcló inmediatamente con el budismo traído por el imperio indio maurya. Así, las influencias helenísticas de reinos como Bactria y las de otros pueblos como los escitas y los partos fueron alternándose y enriqueciendo el acervo cultural. Los imperios kushán y gupta significaron el último cénit de Taxila, tanto comercial como intelectualmente. Distintas invasiones en la segunda mitad del siglo V iniciaron el declive. Las abundantes ruinas fueron identificadas en el siglo XIX, aunque las labores arqueológicas las inició John Marshall en 1913.
Cuatro son los núcleos urbanos diferenciados. El más antiguo es la colina prehistórica de Saraikala, con evidencias que llegan hasta la Edad de Hierro. La primera gran urbe es Bhir, la conocida por Alejandro Magno. Sus murallas y un amasijo desordenado de calles con viviendas sin ventanas al exterior, solo hacia patios interiores, representan uno de los primeros ejemplos de urbanismo del subcontinente indio. Bactria levantó en el siglo II a.C. la ciudad de Sirkap, claramente influida en su diseño por los orígenes helenísticos de este reino. Se refleja en el trazado rectilíneo de sus calles repletas de templos griegos y jainistas, estupas y viviendas. Sirkap fue destruida por el imperio kushán en el siglo I. Más al norte fundaron Sirsukh. Su diseño centroasiático es uno de los más tempranos que se conocen. Se caracteriza por un trazado irregular y murallas en sillería con bastiones redondeados. Ninguna de las tres ciudades recientes ha conservado estructuras salvo en la base.
La estructura más reconocible de Taxila está fuera de las ciudades. Se trata de la estupa Dharmarajika, levantada en el siglo II. Se reconocen una gran estupa circular, un edificio para preservar reliquias de Buda, varios monasterios de distinto tamaño y numerosas pequeñas estupas construidas por donantes. Entre el resto de estructuras destacan el temprano templo Kalawan, que sirvió de modelo para muchos en India; las estupas y monasterios asociados de época kushán de Mohra Moradu y especialmente Jaulian, con estucos de gran calidad; y el templo de Jandial, uno de los más especiales en Taxila por estar considerado el más claramente helenista en todo el subcontinente indio por su diseño y orden jónico. Al contrario que el centro educativo de Nalanda, en Taxila no hubo edificios específicamente orientados a esta labor y cada profesor tenía su propia academia. Esto no es óbice para que Taxila se considere una de las raíces de la cultura india, el sánscrito y las enseñanzas budistas.
Taxila es visita obligada en Pakistán, país no muy turístico. Se encuentra a menos de una hora de la capital, Islamabad. Para movernos por Taxila necesitaremos transporte privado para ir cubriendo ciudades y templos. No hay una entrada única que cubra todos. Un solo día puede darnos una foto completa, pero con dos podremos sumar más visitas, aunque no hay apenas infraestructuras para pernoctar. Los guías de la zona no son precisamente profesionales, así que o bien lo llevamos de origen o bien visitamos las ruinas por nuestra cuenta, aunque las ruinas precisan de interpretación. Es imprescindible visitar también el pequeño museo, que conserva los principales hallazgos de Taxila, como una estupa votiva de cuatro metros de Mohra Muradu.
Fotos: Sasha Isachenko / Usman.pg
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