Factor común
Más de la mitad del mundo se adhiere a una de las religiones monoteístas abrahámicas, encabezadas por judaísmo, cristianismo e Islam. Todas comparten al profeta Abraham, al que, según el Génesis, Dios le prometió la tierra otorgada originalmente a Canaán. Abraham adquirió un terreno en la ciudad de Hebrón/Al-Khalil con el fin de que fuera su tumba y la de su esposa Sara. Aunque la arqueología no confirma este mito fundacional, hace muchos siglos que la tradición sitúa estas tumbas en la Cueva de los Patriarcas de Hebrón, protegida desde el siglo I por una estructura levantada por Herodes. Este lugar, segundo en relevancia para el judaísmo, fue compartido y disputado. Ha sido sinagoga, mezquita e iglesia según los gobernantes de esta ciudad de larga y compleja historia. Todavía hoy continúa esta complejidad, siendo compartida por israelíes y palestinos como lo es Hebrón, lo que ha supuesto momentos de gran tensión como la masacre de 1994. El centro histórico refleja un diseño funcional musulmán heredado de su etapa bajo los gobiernos mameluco y otomano.
Tanto el hebreo Hebrón como el árabe Al-Khalil hacen referencia a conceptos como alianza y amistad remitiendo al mito abrahámico. La historia local arranca, no obstante, con el tell arqueológico de Tel Rumeida, un asentamiento al menos 3.800 años atrás. Hebrón era cruce de comerciantes entre Jerusalén, desierto de Neguev, mar Muerto y costa levantina. Por su carácter estratégico fue destruida y reconstruida varias veces. Justiniano I fue el primero en transformar la estructura herodiana en iglesia y prohibir su acceso a los judíos, que la recuperaron con la ayuda de los persas sasánidas. Por entonces, Hebrón había declinado comercialmente, rol que tampoco recuperó con el Islam. Aunque los musulmanes construyeron una mezquita sobre la Cueva de los Patriarcas, compartieron el lugar con los judíos. Hebrón creció como centro de peregrinaje hasta que los caballeros cruzados la conquistaron en el 1099. Una nueva alianza participada por judíos liberó la ciudad con Saladino al frente, pero las hostilidades no cesaron. Finalmente la ciudad fue destruida en el 1241 de la mano de un ejército de jorezmitas.
Poco después, en 1260, llegaron los mamelucos, que reconstruyeron Hebrón e imprimieron su actual diseño urbano basado en una jerarquía de calles y los denominados haras, barrios repartidos de acuerdo a etnia, religión y profesión. Surgieron así barrios como el cristiano, judío, kurdo o cristalero. Suyos fueron también los trabajos hidráulicos para trasladar, almacenar y distribuir agua gracias a canalizaciones, reservas y fuentes, infraestructuras que todavía sobreviven parcialmente. Hebrón terminó de tomar forma bajo el dominio otomano iniciado en el siglo XVI. Esta época de prosperidad solo tuvo un revés con el saqueo en el siglo XIX del egipcio Ibrahim Pasha. Tuvo como consecuencia la destrucción de la principal fortaleza y varios barrios. Desde 1967, los problemas han sido otros. La invasión israelí y división de Hebrón en dos sectores ha supuesto el abandono de muchas viviendas y comercios musulmanes del centro, lo que está implicando problemas de conservación. Esta tendencia se está tratando de revertir.
Desde tiempos mamelucos, la ciudad está dividida en tres grandes distritos: el de la Cueva de los Patriarcas, Qaytoun o los comerciantes de seda al sur y Sheikh al norte. En cada uno se ubican las distintas haras. Los unen dos grandes avenidas que se bifurcan en una red de calles, plazas y callejones. Terminan en la unidad básica, el hosh, generalmente un callejón que pertenece a una gran unidad familiar y va creciendo hacia arriba según necesidades. Las distintas partes de la ciudad se integran entre sí gracias principalmente a los numerosos zocos, entendidos como espacios abiertos en plazas o tiendas alineadas en una calle. El principal monumento es la ecléctica Cueva de los Patriarcas, con retoques en casi todas las épocas de Hebrón, especialmente la mezquita de Ibrahim. Aparte sobreviven una mezquita de tiempos mamelucos, Othman, y otra otomana, al-Qazzazine. Otros edificios históricos de distintas épocas son madrazas, baños y caravasares.
Hebrón es con 200.000 habitantes la ciudad más poblada de Cisjordania. Objeto de conflictos periódicamente, en general la seguridad es suficiente. La gran mayoría de habitantes son palestinos, pero la ciudad está oficialmente dividida en dos sectores entre los que como turistas se pueden mover con relativa facilidad. Hasta Hebrón se puede llegar en autobús o taxi desde Jerusalén o Belén. El foco es la Cueva de los Patriarcas, dividida también según la religión. Musulmanes y judíos tienen su sección en la que realizan oficios habitualmente. La puerta a las cuevas está en el lado musulmán, pero no se puede traspasar. Además es muy recomendable visitar los zocos, sobre todo las partes dedicadas a la artesanía de cristal, cerámica y pañuelos. Hebrón es un lugar ideal para probar gastronomía palestina como el falafel o Al-Qidra, un plato de arroz y carne.
Fotos: Michael Privorotsky / Ericstoltz
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